martes, 14 de octubre de 2025

Pensar en grande para ser dueños de nuestro destino

Luis Alfonso García Carmona

Breve es la vida. Debemos aprovechar el presente con buen juicio y justicia (Marco Aurelio, Meditaciones)

A raíz de las incongruentes actuaciones del camarada presidente en relación con el conflicto de Gaza, se le ha ocurrido a un despierto influencer convocar a una marcha nacional para protestar por la dedicación del sátrapa a la defensa de presuntas víctimas al otro lado del mundo, mientras nuestro país arde por la violencia, el pueblo sufre por la inseguridad, y se desmoronan el sistema de salud y el equilibrio económico. La iniciativa, aún en embrión, ha despertado gran interés, especialmente entre los grupos cívicos que se oponen a este maquiavélico régimen.

De verdad es acertado el planteamiento de cambiar la protesta contra conflictos extraños, por la dedicación prioritaria por resolver nuestros agudos problemas, como lo ordena la Constitución.

Una de las falencias de las pasadas marchas es que, a pesar de movilizar a unas mayorías indignadas contra el régimen, han carecido de metas concretas que puedan ser alcanzadas si la temporal manifestación de la marcha se convierte en un movimiento permanente que trabaje sin pausa hasta revertir los males que nos aquejan.

Es hora de que pensemos en grande y nos impongamos como meta un profundo cambio en el poder legislativo que nos permita revertir el daño causado por el régimen anarco-comunista de Petro aprobando las reformas constitucionales y legales que nos devuelvan la tranquilidad, el orden, y el manejo transparente de los recursos públicos.

Como decía Maritain, Pienso que en una democracia la vocación de liderazgo (…) debería normalmente ser ejercida por pequeños grupos dinámicos libremente organizados y múltiples por naturaleza, que no estuvieran interesados por los éxitos electorales, sino que se entregaran por entero a una gran idea social y política, y que actuasen como un fermento en el interior o al exterior de los partidos políticos”.

Debemos tener el convencimiento, aunque no sea de nuestro total agrado, de que se ha producido un dramático cambio en cuanto a las elecciones presidenciales con la llegada de Abelardo de la Espriella, quien apunta todas las señales de poder infringir una derrota a la extrema izquierda, según lo evidencian las encuestas y su campaña en los medios virtuales y en el recorrido por el país.

Nos queda a nosotros, como ciudadanos independientes, buscar el camino para transformar radicalmente al Congreso para llevar a su seno a ciudadanos honestos, preparados para resolver tan graves problemas como el de la inseguridad y el del estancamiento económico, y que estén comprometidos con el básico programa de reconstrucción nacional que ha venido propugnando el Frente Patriótico.

La tarea no es fácil y el tiempo es ya muy corto, pero lo podemos superar si en la marcha programada convocamos a las mayorías independientes del país a constituir el grupo significativo de ciudadanos denominado Frente Patriótico, para inscribir candidatos al Congreso en todas las circunscripciones electorales.

La meta es alcanzar el 51 % de las curules en Senado y Cámara de Representantes, para lo cual se inscribirá el Comité Promotor en la Registraduría y se constituirán comités coordinadores en cada departamento. Prepararemos las listas con quienes se comprometan a poner en marcha el programa básico de reconstrucción nacional y cumplan con los requisitos éticos y profesionales que buscamos.

Esta tarea la adelantará la Confederación Alianza Reconstrucción Nacional, persona jurídica sin ánimo de lucro que agrupa a varios grupos cívicos, y veteranos de la fuerza pública.

Para pensar en grande y forjar con nuestro propio esfuerzo el destino de nuestras familias y de la patria que amamos, debemos desechar todo sentimiento negativo, de pesimismo o de incredulidad. Según las palabras de Marco Aurelio “porque la inteligencia derriba y desplaza todo lo que obstaculiza su actividad encaminada al objetivo propuesto, y se convierte en acción lo que retenía esta acción, y en camino lo que obstaculizaba este camino” (Meditaciones).