jueves, 2 de octubre de 2025

La fiebre de las siglas

Fredy Angarita
Fredy Angarita

Cuando el presidente Gustavo Petro lanzó un comentario sobre los «Brayan», para algunos fue un chiste, para otros una expresión despectiva y otros lo consideraron simplemente una ofensa. Pero más allá de la polémica en redes –que ya es un boom mediático–, lo que realmente me sorprendió fue la respuesta inmediata de los ABC: la Asociación de Brayan de Colombia.

El asunto me voló la imaginación. Tal vez porque en este país todo se convierte en moda o porque vivimos en esa extraña sincronicidad entre espacio y tiempo que hace que lo absurdo se normalice.

Para completar la escena, casi en paralelo, la RAE publicó un artículo recordándonos cómo se deben escribir y usar las siglas: mayúsculas, minúsculas, plurales, acentuación, lectura… Y mientras tanto, un amigo mío terminaba peleando con la IA porque no entendía por qué “ACINPRO” no está bien escrito, cuando la forma correcta es “Acinpro”.

La RAE lo explica con detalle:

Formación: iniciales de varias palabras que deben deletrearse (ONU, AVE, EPS), deben escribirse todas en mayúscula sostenida.

Mayúsculas: cuando la integran cuatro letras, se escriben en mayúscula sostenida y sin puntos (OTAN). Cuando son más de cuatro solo la inicial va en mayúscula (Ecopetrol). En su lectura, algunas se deletrean (FBI) y otras se leen como palabras completas (Unesco).

Plural: no se le agrega “s” a la sigla, se determina en el artículo fuera (“las ONG”).

Género: depende de lo que representan (“la ONU”, “el FMI”).

Acentuación: no llevan tilde, salvo si se lexicalizan (láser).

Me dio por revisar entonces cómo usamos las siglas en Colombia, y sí: no solo tenemos muchísimas, sino que cada entidad pública, cada ministerio, cada organismo crea sus propias listas. Basta ver:

Institucionales: DNP (Departamento Nacional de Planeación), SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje), DIAN (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales).

Políticas y de justicia: JEP (Jurisdicción Especial para la Paz), MOE (Misión de Observación Electoral).

Salud: EPS (Entidad Promotora de Salud)

Se exime de esta normatividad, el registro que se hace de las marcas, lo cual prima sobre la regla académica. SAYCO (Sociedad de Autores y Compositores de Colombia), es común escribirla con mayúscula sostenida, al igual que INVIMA (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos).

Economía: Colpensiones, SMMLV (Salario Mínimo Mensual Legal Vigente).

Seguridad: FF.MM. (Fuerzas Militares), INPEC (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario).

El país es casi un diccionario viviente de siglas. Tanto así, que ya existen compilaciones enteras: desde el Diccionario Panhispánico de Dudas, hasta manuales como el Diccionario de siglas y acrónimos políticos, económicos y militares.

Pero lo nuestro no se queda ahí, porque como nos gusta abreviar todo y rápido, ya vamos camino de inventar siglas para cualquier cosa. Imaginen el futuro cercano:

Para Los Bryan

ABC → Asociación de Brayan de Colombia

Para los medios de comunicación:

MIM → Medios de Información Mediáticos (sí, redundante).

MINA → Medios de Información y Narrativas Alteradas (MINA que explota la noticia).

MEGA → Medios de Espectáculo y Gestión de la Agenda.

RIM → Red de Información Mediática.

Para los comités que aparecen después de cada escándalo:

CAME → Comité de Apaciguamiento Mediático de Escándalos.

CIRCUS → Comité de Imagen, Reputación y Control de Urgencias Sociales.

PALI → Plan de Acción Luego del Incidente.

CONTRA → Comité Nacional de Trámite Reactivo de Asuntos. (Pueden ser sin importancia).

Así podríamos seguir una sopa de letras infinita.

La pregunta es: ¿realmente aclaramos algo con tanta sigla, o solo disfrazamos la realidad detrás de abreviaturas que suenan técnicas, serias y hasta respetables? Porque al final, un “CIRCUS” no deja de ser eso: un circo.

Quizá lo sensato sea volver a lo básico: llamar a las cosas por su nombre completo, sin esconderlas en un acrónimo. Un nombre largo y claro se entiende mejor, nos deja menos espacio para la confusión y, sobre todo, menos margen para la manipulación.

En Colombia, donde hemos reducido hasta la compasión en siglas: (COMPAS - Colectivo para la Organización de Movimientos por la PAZ y la Solidaridad), tal vez sea hora de recordarnos que las palabras largas también tienen su poder: obligan a pronunciar la realidad sin disfraces.

Si seguimos dejando que las siglas nombren todo, terminarán nombrando también lo innombrable; Colombia no necesita más siglas, necesita memoria, claridad y responsabilidad. Lo demás es solo humo en mayúsculas.

PD:

HUMO: Hablar, Unificar, Mentir y Ocultar

Colombia es Colombia.

Referencias: