José Leonardo Rincón, S. J.
La Asociación de Colegios Jesuitas de Colombia fue la
concreción jurídica de una dinámica de trabajo que para el momento de su
fundación venía preparándose durante más de una década. Durante los años
setenta y entrados los ochenta se cuestionó fuertemente el apostolado educativo
pues se le reprochaba ser el mantenedor del statu quo de injusticias
sociales. La idea era ir cerrando los colegios y focalizar el trabajo
apostólico entre los pobres.
Sin ignorar tamaño cuestionamiento, afloraron reflexiones,
personas que les hicieron eco y un grupo humano que se propuso darle un vuelco
a la propuesta educativa. El padre Pedro Arrupe, con su conferencia "Nuestros
colegios hoy y mañana", y años más tarde con la publicación de las “Características
de la educación de la Compañía de Jesús y pedagogía Ignaciana, un planteamiento
práctico”, inspiraron a fondo al que se convirtió en el adalid de la
radical evolución y transformación de nuestras instituciones educativas: Carlos
Vásquez Posada. Su gesta fue decisiva para volver a apostar por la educación.
Freire, Piaget, Faure, Kohlberg, por citar algunos autores, contribuyeron a
darle sustento académico. La espiritualidad ignaciana promovida a través de los
Ejercicios Espirituales personalizados acompañados que magistralmente organizó
Julio Jiménez, fueron claves para darle sentido al quehacer pedagógico. Las
reuniones de homólogos de todos los niveles fueron la estrategia para armar
colectivamente programas y proyectos.
Cuando me nombran su sucesor en la recién creada ACODESI podrán imaginar el reto tan grande por asumir. Había que continuar, consolidar
y fortalecer lo realizado, pero también había que proseguir el camino. Durante
los seis años que allí estuve, entre otras realizaciones compramos, adaptamos y
dotamos la casa sede; publicamos una docena de libros para recoger
conceptualizaciones y experiencias valiosas; con la participación de casi 200
educadores redactamos “La formación integral y sus dimensiones”, texto
referente en adelante para la red; el currículo, entendido como todo lo que
intencionalmente educa en razón de la propuesta educativa, nos llevó a
articular sus elementos: principios, plan de estudios, programas, proyectos y,
modelos de gestión; participamos en el Comité Técnico de ICONTEC que concibió
la certificación en gestión de calidad aplicada a colegios; nos convertimos en
ejemplo referencial por lo que recibimos visitas de educadores de USA, España,
Italia, Portugal y de varios países de Suramérica y el Caribe, y asumimos como
primer presidente de la FLACSI, la red de redes de nuestros 95 colegios que
tenemos desde México y el Caribe hasta el Cono Sur.
De manera que al recibir en grado oro la condecoración que
otorga ACODESI uno agradece al maestro Jesús por ser nuestra razón de ser y
existir, por tantos jesuitas y laicos de todos los estamentos de la comunidad
educativa sin cuyo concurso estos logros no hubieran sido posibles. Hoy la
asociación sigue evolucionando y creciendo como expresión evidente de ese
"magis" ignaciano que no nos deja apoltronarnos, nos interpela y nos
ratifica en la convicción de que lo que nos puede ayudar a salir adelante como
país es la educación, y los jesuitas, con más de 400 años de experiencia, mucho
podemos contribuir para que esa experiencia sea posible.
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