Luis Alfonso García Carmona
Como lo expliqué en
reciente escrito, todos los indicios conducen a predecir el propósito del guerrillero-presidente
de quedarse en el poder indefinidamente. Aún en el hipotético evento de que
decidiera convocar a elecciones presidenciales su descomunal poder económico, armado,
y de comunicaciones digitales hacen nugatorio cualquier esfuerzo de quienes
aspiren a darle la pelea en los comicios.
Esta aseveración,
basada en la realidad que palpamos a diario, no significa que estemos
condenados a aceptar este frustrante destino sin intentar cambiarlo. El ser
humano guarda un invaluable tesoro que, en ocasiones que parecen perdidas,
puede darles un giro de 180 grados. Ese tesoro es la cooperación. En su
excelente libro The Social Intinct dice Nichola Raihani: “la
cooperación es el superpoder de nuestra especie, la razón por la que los seres
humanos no solo han conseguido sobrevivir, sino prosperar en casi todos los
hábitats de la Tierra”.
Pues bien, apelando
a ese oculto tesoro, quiero invitar a mis compatriotas a que cooperemos en
la erradicación de los males que nos han llevado a tocar fondo en todos los
aspectos de nuestra vida como país independiente. Transformemos, como seres
racionales que somos, esta desgracia nacional en un motivo para salir del
subdesarrollo mental y material, y hagamos de Colombia un “milagro
económico” nunca visto en el continente americano.
Detalle
de la propuesta
Tomemos como modelo
a Singapur, ya que en pocos años pasó de ser una ciudad-estado
empobrecida, insegura e inviable a una de las grandes potencias de la tierra.
Nuestras actuales condiciones superan en varios aspectos a aquellas que
enfrentó Singapur al comienzo de su independencia en 1965 bajo la orientación
de su primer ministro Lee Kwan Yew. Por lo tanto, no tendremos que partir de
cero, pues nos basta con reorientar el uso de nuestros recursos.
“Milagro
económico”. La propuesta consiste en tomar conciencia de que no nos
enfrentamos a otra contienda electoral donde está en juego solamente el control
del presupuesto, el poder de contratación y el manejo de abultadas burocracias.
No. Ahora nos jugamos nada menos que el futuro de la Nación y no es una
consigna vacía de contenido. No se oculta a ningún colombiano medianamente
informado, que esa posibilidad nos conduciría irremediablemente a la instauración
de la dictadura totalitaria del comunismo y a la condena de las nuevas
generaciones a la miseria, la violencia y la esclavitud, como ocurre en Cuba
desde hace 60 años.
Se impone
ineludiblemente que mutemos nuestra actitud de indiferencia frente a lo
que ocurre en la política pues a todos nos atañe lo que aquí está pasando. Al
pensar en el país tenemos por fuerza que despojarnos de nuestras pasiones,
nuestros rencores, nuestras personales simpatías y concentrarnos solo en lo
que sea de mayor utilidad para nuestra Patria.
Si la mayoría de
nosotros está de acuerdo en esta nueva actitud ¿por qué no nos unimos en contra
de Petro y su camarilla, de los criminales, narcotraficantes, terroristas y
corruptos que quieren destrozar nuestra sociedad? ¿Por qué no cooperamos
para la construcción de una nueva Colombia manejada por nuestros mejores
ciudadanos, por quienes compartan esta noble causa, no por quienes se están
vendiendo por un miserable plato de lentejas mientras proclaman a los cuatro
vientos que ellos también están en la oposición al oprobioso régimen?
Esta fuerza de
colombianos honestos, no contaminados con la vieja politiquería tendrá como
objetivo poner en marcha el “milagro económico de Colombia” en 16 años,
equivalente a 4 períodos presidenciales. Se convocaría desde ahora a todas las
asociaciones de resistencia al actual régimen, los que asisten a las marchas de
protesta, los militares en retiro, los pensionados, el personal de la salud,
los cafeteros, los transportadores, los arroceros, las amas de casa, los
estudiantes, los cotizantes al riesgo de vejez, los grupos cívicos que trabajan
contra el régimen, los columnistas y tanques de pensamiento opositores al
gobierno, y los candidatos y precandidatos presidenciales independientes, no
contaminados de la vieja politiquería.
Todos los que
participen activamente en esta fuerza renovadora podrán seguir perteneciendo a
sus respectivas organizaciones, pero utilizarán un distintivo que los
identifique como parte del movimiento salvador de Colombia. Para Congreso, el
movimiento apoyará a los aspirantes que hagan parte de esta noble causa,
quienes se identificarán también con el distintivo de nuestra fuerza. Para la
Presidencia el movimiento se compromete a escoger en los próximos 4 períodos al
candidato del movimiento que en cada elección cuente con la mayor fuerza
electoral, que se medirá mediante encuesta interna entre los afiliados.
Equivale a una
experiencia como la del Frente Nacional, no consagrada en la Constitución, pero
sí avalada por personas serias y honorables que precisamente se proponen
eliminar las viejas trampas de los politiqueros de carrera. Se contaría así con
un tiempo prudencial para la planificación e implementación del “milagro
económico”, que dejaría de ser un programa para ganar las próximas
elecciones para pasar a ser la más ambiciosa política de Estado que
hayamos tenido desde nuestra independencia.
B. Bases para
alcanzar el “milagro económico”
1. Abrir la economía
colombiana en el ámbito internacional. Debemos concientizarnos
en exportar nuestros recursos naturales, manufacturas y servicios a todo el
mundo e importar la tecnología, los capitales y los insumos necesarios de quien
pueda ofrecerlos en las mejores condiciones. Habrá que reorientar nuestra
industria manufacturera hacia productos de alta creatividad y tecnología y tener
como principal objetivo el mercado exterior antes que el limitado mercado
nacional. Es un deber inaplazable aprovechar nuestra privilegiada ubicación geográfica
en las Américas.
2. Aspiremos a crear en
Colombia un Centro Financiero Global, con presencia de las grandes
empresas multinacionales del sector financiero, inversionistas y grandes
corporaciones de servicios tecnológicos y de comunicaciones, como lo ha logrado
Singapur. Se ahorraría mucho esfuerzo y dinero si escogemos una ciudad con un
comienzo de infraestructura urbana, facilidades académicas y posibilidades de
desarrollo, como Medellín.
3. Para la atracción de
inversionistas hay que ofrecer ventajas tributarias competitivas con el
resto de los países americanos. Por ejemplo, en Singapur las corporaciones
están gravadas con un máximo del 17 % y, en algunos casos, con el 13,5 %; las
personas naturales pagan entre el 0 y el 20 %, y el equivalente al IVA es del
7%.
4. Se requiere una gran
transformación en la educación, para contar con el recurso humano
calificado para trabajar en el Centro Financiero Global y en la creación de
riqueza en todos los frentes. Nos asesoraremos de territorios como Singapur,
Macao (China), Japón y Taiwan, los mejor calificados en las pruebas PISA de
matemáticas y ciencia para establecer el pénsum, en el cual se incluirá el
bilingüismo desde el inicio de la escolaridad. Se orientará la educación a la
investigación, la comprensión, el razonamiento y la utilización de tecnología
para la solución de problemas. Se complementará con la formación de los alumnos
en principios y valores que los conviertan en los buenos ciudadanos que el país
necesita. Serán gratuitos los primeros 12 años de escolaridad para todos los
estudiantes Se le dará status al personal docente con buenas
remuneraciones, selección por méritos, entrenamiento permanente, y preparación
en bilingüismo.
5. Desde el comienzo
buscaremos la meta del pleno empleo para lo cual el Estado deberá
acometer grandes proyectos que copen esa oferta, mediante empresas de
economía mixta. Tal como lo puso en práctica Singapur, el Estado debe
buscar inversiones de gran calado donde, además de generar múltiples empleos,
se cree riqueza. Se nos ocurren sectores como el de la generación de energía,
explotación de hidrocarburos y gas, sistemas de desarrollo de vivienda urbana
en ciudades capitales e intermedias, parte de las cuales pueden ser arrendadas
a largo plazo como se hace en Singapur, empresas para el desarrollo de sistemas
y productos tecnológicos, sistemas ferroviarios de alta velocidad,
comercialización internacional de productos agropecuarios y agroindustriales,
etc.
La ley laboral debe
servir para fomentar el empleo, no para castigarlo y, en consecuencia, deberá
ser reformada para garantizar empleo digno a la mayoría de los colombianos en
edad laboral. El contrato sindical que con tanto éxito se ha ensayado
entre nosotros es una fórmula digna de ser fomentada para incrementar el
empleo.
En forma gradual buscaremos
la reducción y eliminación de cargas parafiscales que desalientan la
apertura de nuevos empleos. Progresivamente tenemos que pasar de la legislación
paternalista que tenemos hacia el salario integral y la flexibilidad
para la contratación de personal de acuerdo con las necesidades del
desarrollo.
6. Seguridad para
personas y sus bienes. Esta es una condición prioritaria en un
plan de atracción de inversionistas al país. Implica una reingeniería en las
fuerzas militares y de policía para levantar la moral de la tropa, asignar
con claridad sus metas, dotarlas con suficientes efectivos, equipos y
presupuesto, modernizarlas con la asesoría de Estados Unidos e Israel para
prepararlas en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y el vandalismo
urbano.
Las normas penales
deberán ser aptas para combatir el terrorismo, el narcotráfico, el vandalismo y
la corrupción, elementos generadores de violencia. Sancionar, con especial
severidad, los actos de terrorismo, el asesinato de personal de la fuerza
pública, el narcotráfico, el secuestro y la corrupción.
La administración de
justicia debe ser reformada a fondo para librarla de los males que la
aquejan, a saber: la corrupción de los jueces, el origen político de los
magistrados, el conflicto de intereses en el juzgamiento de los magistrados por
el Congreso y de los congresistas por la Corte, la proliferación de Altas
Cortes, la usurpación de la función legislativa con el pretexto de modular los
fallos de carácter constitucional, el incumplimiento de los términos
judiciales, la falta de supervisión de los despachos judiciales para exigir
niveles de rendimiento, los nombramientos no sujetos al mérito sino a las recomendaciones.
7. El
Estado para el “milagro económico” debe ser de menor tamaño, costos más
reducidos, transparente y eficaz para atender las necesidades de los
gobernados. Se impone un recorte de entidades y nóminas, eliminación de gastos
superfluos, simplificación de trámites, erradicación de la corrupción y la
implantación de la vinculación de los funcionarios públicos mediante evaluación
de méritos y no por tráfico de influencias o clientelismo.
8. Seguridad jurídica
para inversionistas. Por ley debe garantizarse la vigencia en el
tiempo de los beneficios ofrecidos a los inversionistas. Hay que trabajar
para ganarse la confianza de los inversionistas.
9. Infraestructura para
el desarrollo. En adelante no se programarán obras sin antes no establecer
su contribución al “milagro económico” en términos de facilitar la operación
empresarial, crear riqueza, generar empleo. Se pondrá coto a las intervenciones
comunitarias que solo buscan frenar todo tipo de proyectos en busca de
beneficios personales.
10. Desarrollo del
campo. Contamos
con amplias extensiones cultivables que no aportan nada a la economía,
abundantes aguas no reguladas técnicamente, y variedad de climas y suelos que
permiten una enorme oferta en la producción agropecuaria. Estudiaremos los
renglones más aptos para nuestras condiciones y con mayor mercado internacional
y diseñaremos un plan de desarrollo del campo. Se incluirán proyectos de manejo
de las fuentes de agua como los ríos Magdalena y Cauca para dotar de sistemas
de riego a los agricultores y controlar los desastres de las inundaciones. Se
financiará el desarrollo agropecuario con grandes inversiones nacionales y
extranjeras, aportes del Gobierno en empresas mixtas y organización de
campesinos en cooperativas. Las experiencias de los productores de café,
lácteos, etcétera, deben ser aprovechadas.
C. Beneficios
colaterales
1. Unidad
de los colombianos. Este propósito nacional genera un poderoso
factor de unión entre los colombianos de bien. En lugar de seguir lamentándonos
de la situación y de angustiarnos por la falta de una salida a la espantosa
crisis que vivimos, se nos muestra una meta para cooperar activamente en su
realización.
Obliga a que participe
no sólo el Gobierno Nacional, sino las tres ramas del poder, cada una dentro de
su competencia, y todos los niveles de la administración (incluyendo distritos,
departamentos y municipios), de la mano de los gremios, y, en general de todo
el sector privado.
Es esta una verdadera
unión para mejorar, no simplemente una estratagema que utilizan los políticos
de oficio para engatusar electores.
2. Cambiamos
la polarización por la cooperación. El pesado ambiente de polarización,
estigmatización, odio y engaños que enturbia el ambiente de nuestra sociedad lo
vamos a sustituir por el entusiasmo, el patriotismo, la cooperación productiva
y el compañerismo en una epopeya como la de la independencia que nos llevará a
ser los forjadores de la nueva Colombia con oportunidades para todos.
3. Salir
del subdesarrollo. El esfuerzo conjunto para implementar el “milagro
económico” nos deja como subproducto de inmenso valor un Estado eficiente y
despojado de los males que lo han mantenido atado al atraso y a la corrupta
politiquería.
4. Bien común
para los colombianos. La creación de riqueza y el fortalecimiento de
nuestro sistema económico nos permitirá mejorar sustancialmente las condiciones
de los más vulnerables y facilitar el ascenso social de la pobreza hacia
estratos económicos superiores. Creemos que el desarrollo debe ser integral
pues el ser humano está compuesto de materia y espíritu, y debemos atender a todas
sus necesidades, no solo a las materiales. No propugnamos por un capitalismo
salvaje sino por un sistema sabio y civilizado. Por ello, dentro de nuestras
prioridades están las de atender al pleno empleo, que este sea digno y
formalizado con todas sus garantías, que exista un sistema de seguridad social
para atender dignamente a los enfermos, a los ancianos y a los impedidos para
ganarse la vida por sí solos. Que los recursos de la salud y de las pensiones
no queden a merced de burócratas sin control alguno.
5. Compromiso
de los aspirantes al poder con el “milagro económico”. Si se logra contar
con un candidato a la presidencia independiente y comprometido con el “milagro
económico”, y que una buena parte de los aspirantes al Congreso se sumen a esta
iniciativa, podemos tener el poder suficiente para sacar adelante las reformas
constitucionales y legales para la total implementación del plan.
6. Estabilidad
política. Elemento esencial del plan es la duración de 16 años programada
para su planificación e implantación, menor que la empleada por Singapur en su “milagro
económico”, pero suficiente si se cumple a cabalidad. Le otorgaría a Colombia
un tiempo de tranquilidad de 4 períodos presidenciales para que, con paciencia
y minuciosa programación, podamos llevar a cabo las profundas transformaciones
que anhelan los colombianos.
Es bien diferente a lo
que proponen los políticos de turno que sólo quieren ganar unas elecciones a
toda costa, con triquiñuelas y mentiras, sin propuestas de fondo como las que
debería formular un verdadero estadista.
7. Posibilidades de
triunfo. Ya analizamos en pasado escrito que ninguna fórmula partidista o
de los candidatos espontáneos tiene una real posibilidad si Petro se lanza o lo
hace por interpuesta persona. El milagro económico debe arrancar ya con la
debida fortaleza para impedir el autogolpe que viene preparando el sátrapa y
empezar la labor de activismo digital con el respaldo del sector privado. Esa fuerza incontenible que se encuentra agazapada en las
mentes y los corazones de los colombianos de bien estallará de manera
arrasadora para derrumbar las intenciones de los enemigos de Colombia, ahora
que vislumbra una altruista meta por la cual luchar.
Pienso, en compañía
de Jacques Maritain, que “en una
democracia la vocación de liderazgo (…) debería normalmente ser ejercida por
pequeños grupos dinámicos
libremente organizados y múltiples por naturaleza, que no estuvieran
interesados por los éxitos electorales, sino que se entregaran por entero a una
gran idea social y política, y que actuasen como un fermento en el interior o
al exterior de los partidos políticos”.
Siguiendo
tan sabia admonición, estamos llamados, mis estimados compatriotas a formar ese
pequeño grupo que liderará la gran fuerza ciudadana que dará vuelta a nuestro
fatídico destino mediante la conversión de Colombia en el “milagro económico
de América”.