viernes, 28 de febrero de 2025

Cónclave... la película

José Leonardo Rincón, S. J.
José Leonardo Rincón, S. J.

La fuerza de la oración es poderosa y para muestra un botón: con la gracia de Dios Francisco está, poco a poco, saliendo adelante por la sumatoria de esa avalancha universal de plegarias que piden su recuperación para que no deje su obra inconclusa; por supuesto su propia tenacidad y ganas de vivir y, digámoslo directa y también respetuosamente, para dejar con los crespos hechos a sus detractores que ya se estaban postulando para sucederlo y hasta para aquellas perversas lenguas viperinas que decían, no sé si con sarcástico humor, o que lo pensaban de verdad, que el Papa se moría en pleno lanzamiento de la película Cónclave para hacerla un éxito taquillero porque tenía intereses económicos que lo beneficiaban. ¿Habrase visto?

Al margen de esa mediática morbosidad, el hecho es que Francisco mejora con la ayuda de Dios, por un lado y, por el otro, que la película dirigida por Edward Berger, basada en una novela publicada en 2016 por Robert Harris, que se viene estrenando en el mundo desde diciembre pasado y que a Macondo llegó por fin la semana pasada, efectivamente promete ser una de las mejores películas del año. No gratuitamente tiene ocho nominaciones a premios Óscar y ya ha ganado otros cuantos en festivales internacionales de cine.

No quiero "espoilear" Cónclave (excusas a los académicos de la lengua por conjugar verbalmente el anglicismo ya aceptado por ustedes), pero sí decirles que tuve la fortuna de verla a comienzos de enero en privada premier y el martes pasado en una de nuestras salas de cine, muy bien acompañado, por cierto, jejeje.

Hay que verla. Vale la pena. Está bien hecha, está bien actuada. El guion está bien logrado y bien documentado. Es verdad que tiene elementos de ficción, al fin y al cabo, novela y película que no tienen carácter histórico, pero que sí recogen realidades evidentes e indiscutibles, candentes temas éticos y morales de actualidad. Personalmente le puse especial cuidado a unos cuantos speech, bien dateados, bien escritos, que no pueden pasar desapercibidos para un buen cineasta, para un buen cristiano, que no se quedan en la representación, sino que van al trasfondo de lo expresado simbólicamente, analizan y sacan provechosas conclusiones.

Puede ser que no estemos lejos de un cónclave de verdad, no es nuestro interés ni nuestra decisión, pero lo que sí es interesante es ser consciente de que, como todo acto humano, conjuga realidades humanas que no se nos escapan, más aún, realidades espirituales que también hacen parte de la trama y vale la pena reflexionar, más allá del éxito cinematográfico. Buen provecho y que Francisco siga mejorando. Amén.