martes, 7 de enero de 2025

Planeación política 3

Andrés de Bedout Jaramillo
Andrés de Bedout Jaramillo

Se nos acabó este 2024 y arrancó el 2025, el tiempo está pasando rápido, los partidos y movimientos políticos, dormidos en lo más importante, actualizar sus bases de datos con sus seguidores, que son en última instancia la razón de su existir, renovar su conexión con ellos, carnetizarlos, conectarse con ellos, hacerlos partícipes de sus decisiones.

Deberían imitar a las nuevas entidades financieras que están entregando tarjetas de crédito sin ningún costo, sin poner un solo peso, para capturar a sus clientes, tener sus datos y contar con la información que les permitirá interactuar con ellos y lograr los mejores objetivos, invitándolos a participar en promociones y a obtener buenos rendimientos económicos.

En mi sentir, la inversión más importante de los partidos y movimientos está en contar con los datos de sus seguidores, carnetizarlos y más, con la llegada de la virtualidad y la inteligencia artificial.

Los partidos y movimientos políticos desde que, hace rato se convirtieron en clubes de parlamentarios, monopolizadores de avales y de concentración de poder, en la búsqueda de su reelección, olvidan el grado de desprestigio en que se encuentran, perdiendo la capacidad de creatividad que los avances tecnológicos coloca en sus manos.

No podemos olvidar el viejo anhelo de los colombianos de disminuir el Congreso de la República, anhelo que se convierte en necesidad, habida consideración del creciente déficit fiscal y que debe ir acompañado de una importante disminución en gastos de representación, camionetas y escoltas, racionalizando, optimizando y profesionalizando las unidades de trabajo legislativo.

En un futuro próximo veremos la necesidad de establecer requisitos que nos permitan senadores y representantes con las competencias, experiencia y condiciones de vida, que sean ejemplo y redunden en beneficio de la sociedad y lo más importante, que sean escogidos en procesos democráticos limpios, al interior de los partidos y movimientos.

Si logramos en Colombia senadores y representantes probos y honestos, habremos dado el primer paso exitoso en la lucha contra la corrupción, que hoy ha invadido con mucha fuerza al Congreso de la República, además de ministerios y todo tipo de entidades gubernamentales nacionales, generando pérdidas económicas, que además del afán de derroche y malos e ineficientes manejos, nos tienen en una situación fiscal, que ha convertido al Gobierno nacional en el principal deudor moroso de Colombia, con las consecuencias desastrosas que ya empezamos a ver en muchos sectores de la economía, como lo son los de la salud, la educación, los servicios públicos, las concesiones y hasta el de los subsidios ofrecidos a las clases más desfavorecidas, sin dejar de mencionar las miles de promesas incumplidas a las regiones más pobres y atrasadas del país como lo son la Guajira, Chocó y Amazonas, y ni hablar de los incumplimientos con San Andrés.

En la historia quedará escrito para siempre, el altísimo nivel de corrupción, mal ejemplo, irresponsabilidad, derroche e ineficiencia, al que estuvo y está sometida Colombia durante este demoníaco período de Petro y la confianza en nuestros gobernantes y legisladores está por el piso. La reconstrucción de nuestro país tardará muchísimos años; afortunadamente el trabajo desde las regiones, de los gobernadores y alcaldes elegidos, ha logrado mitigar un poco la acción destructiva de Gustavo Petro que está empeñada obstaculizar el accionar de los gobernantes locales.

Los colombianos seguimos esperando el accionar de la Comisión de Acusaciones, que podría librarnos de las garras de Petro, el presidente loco y destructor.

Los analistas políticos cada día avanzan en la construcción de las tres fuerzas (derecha, izquierda, centro) que tienden a alinearse para la confrontación política, con miras a las próximas elecciones, poniéndole a cada una de las fuerzas los precandidatos correspondientes, ejercicio que puede ir dándole un orden al tema, pero cuando se miran variables se desorganiza lo estructurado, porque lo que unos consideran unión de fuerzas políticas correctas otros lo consideran fuerzas políticas incorrectas, dependiendo mucho de conveniencias y manejo de egos.

Yo sigo insistiendo en la necesidad de abrir el frente de oposición a Petro, que con su Colombia Humana y su Pacto Histórico, va a contar con una unidad de izquierda radical, para Senado, Cámara y Presidencia, y que solo podrá ser derrotada por una fuerza opositora que aglutine a la derecha y al centro, dispuestas a salvar el país de una hecatombe como la de Venezuela, Cuba o Nicaragua, que nos llevaría a una dictadura de izquierda. Me atrevo a decir, que el espectro de fuerzas políticas correctas opositoras del Gobierno actual, deben dar cabida hasta a los petristas arrepentidos, que se comprometan a participar, respetar y acompañar unas primarias para elegir al candidato o candidata único a la Presidencia; en este frente deben quedar también los independientes, que ya anuncian proceso de recolección de firmas.

Si esto logramos para Presidencia, Colombia se habrá salvado de la peor hecatombe. 

Los temas de Senado y Cámara, únicos, en esta gran cruzada de la derecha y el centro, seguramente no se podrían organizar y podrían dar al traste en su estructuración, con el objetivo principal de contar con un candidato único a la Presidencia de la República.

Para ganar todas las partes tendrán que ceder, que tragarse sapos, que ampliar, con mucha lógica, el concepto de “fuerzas políticas correctas”.

Nuestro señor Jesucristo nos da la fuerza para no perder la esperanza.