Andrés de Bedout Jaramillo
Nuestro país atraviesa por una crisis de magnitudes incalculables,
marcada por la corrupción, el derroche, la falta de administración, la falta de
ejecución, la inseguridad, la irresponsabilidad y la destrucción de lo construido,
que requerirá de un presidente muy experimentado, y con características muy especiales,
que pueda convocar unidad con independencia, mucha autoridad, concertación, coordinación,
responsabilidad y trabajo eficiente… que permita la reconstrucción física y social
de Colombia.
Definitivamente, contar con Fajardo, un candidato de tan especiales
características genera una sensación de esperanza en el tan incierto futuro en el
que nos ha sumido el presidente actual, donde la polarización, el odio y el mal
ejemplo, hacen parte del penoso y triste diario vivir al que nos tienen sometidos.
En los 25 años de servicio y acción política de Fajardo, 17
de estos dedicados al estudio y análisis de los problemas del país, participando
como candidato a la vicepresidencia y presidencia de Colombia, debatiendo con rigor
con los otros candidatos y proponiendo soluciones realizables, evitando exageraciones
y mentiras demagógicas, propias de candidatos para los que el todo vale, con tal
de ganar, generadores de falsas esperanzas y profundas desilusiones y retrocesos,
y 8 años de servicio público al frente de la Alcaldía de Medellín y de la Gobernación
de Antioquia, nos mostraron a un gobernante independiente, austero y totalmente
respetuoso de los recursos públicos. Prueba de ello es el haber superado todas las
investigaciones y escrutinios a los que ha sido sometido y a los que ha comparecido
con la frente en alto, al igual que sus colaboradores, con los que formó equipos
de Gobierno, que merecieron las mejores calificaciones que gobernante alguno pueda
obtener. Todo esto se puede confirmar con Fiscalía, Contraloría, Procuraduría, Personería
y con las firmas encuestadoras revisando los resultados de las épocas en que ejerció
como alcalde y gobernador.
Fajardo, prefiere perder elecciones, a mentir y utilizar demagogia
para ganar.
Como ejemplos de austeridad y respeto por los recursos públicos,
cuento dos anécdotas presenciales que, para mí, dicen mucho de un gobernante con
poder: las muy pocas reuniones sociales de integración de colaboradores de Gobierno,
en las administraciones de Fajardo, se hacían con vaca, nunca con recursos públicos,
inclusive a ellas no se podía llegar en carros oficiales, la austeridad y el respeto
por los recursos públicos es de tal magnitud, que la biblioteca en la casa del alcalde,
en el barrio Prado de la ciudad de Medellín, la constituían ladrillos y tablas donde
reposaban los libros y documentos, pudiendo haberse mandado a construir muebles
con finas maderas; el carro del alcalde, una camioneta Nissan vieja, blindada, que
nunca dejó cambiar por una nueva.
El mejor antídoto contra la corrupción es el ejemplo, la conformación
de los equipos de trabajo, el conocimiento transparente y público de lo que todos
están haciendo, las responsabilidades de cada uno y el permanente seguimiento a
los avances de todos y cada uno de los proyectos y programas, actividades que demandan
mucha concentración y trabajo arduo, y que solo pueden realizar personas muy disciplinadas,
de vida y costumbres muy sanas, que cuidan su salud física y mental, se alimentan
y duermen bien, y hacen buen ejercicio. Acá no caben vidas desordenadas cargadas
de vicios y malas costumbres.
Lograr altos porcentajes de ejecución presupuestal, como los
obtenidos en las administraciones de Fajardo, requieren de una gran capacidad articuladora,
como se hizo en la Gobernación, donde trabajó con todos los alcaldes de los 125
municipios, cuando la gran mayoría, ni siquiera habían votado por él.
El éxito en sus resultados demuestra su capacidad de concertación
y articulación con los gobiernos del orden nacional y locales, acompañado de su
relacionamiento con el sector privado empresarial, sus gremios, organizaciones sociales
y academia, para las ideas y proyectos que atienden el bien común, el interés general,
manteniendo siempre activa su capacidad de coordinación y seguimiento.
No todos los gobernantes hacen la feria de la contratación para
exponer públicamente las necesidades de contratación, para ampliar las bases de
participantes y exponer públicamente la contratación, ni hacen las pruebas del saber
y olimpíadas del conocimiento para motivar a los estudiantes.
Fajardo es un candidato de carne y hueso, con virtudes y defectos,
independiente, estudioso, con mucha experiencia, dispuesto a dar la batalla por
la presidencia; desde ahora, ya los colombianos no estamos solos en estos obscuros
momentos de incertidumbre y desespero… renacen las esperanzas.
Nuestro Señor Jesucristo nunca nos abandona, volvamos a él.