jueves, 19 de septiembre de 2024

Fajardo, esperanza para Colombia

Andrés de Bedout Jaramillo
Andrés de Bedout Jaramillo

Nuestro país atraviesa por una crisis de magnitudes incalculables, marcada por la corrupción, el derroche, la falta de administración, la falta de ejecución, la inseguridad, la irresponsabilidad y la destrucción de lo construido, que requerirá de un presidente muy experimentado, y con características muy especiales, que pueda convocar unidad con independencia, mucha autoridad, concertación, coordinación, responsabilidad y trabajo eficiente… que permita la reconstrucción física y social de Colombia.

Definitivamente, contar con Fajardo, un candidato de tan especiales características genera una sensación de esperanza en el tan incierto futuro en el que nos ha sumido el presidente actual, donde la polarización, el odio y el mal ejemplo, hacen parte del penoso y triste diario vivir al que nos tienen sometidos.

En los 25 años de servicio y acción política de Fajardo, 17 de estos dedicados al estudio y análisis de los problemas del país, participando como candidato a la vicepresidencia y presidencia de Colombia, debatiendo con rigor con los otros candidatos y proponiendo soluciones realizables, evitando exageraciones y mentiras demagógicas, propias de candidatos para los que el todo vale, con tal de ganar, generadores de falsas esperanzas y profundas desilusiones y retrocesos, y 8 años de servicio público al frente de la Alcaldía de Medellín y de la Gobernación de Antioquia, nos mostraron a un gobernante independiente, austero y totalmente respetuoso de los recursos públicos. Prueba de ello es el haber superado todas las investigaciones y escrutinios a los que ha sido sometido y a los que ha comparecido con la frente en alto, al igual que sus colaboradores, con los que formó equipos de Gobierno, que merecieron las mejores calificaciones que gobernante alguno pueda obtener. Todo esto se puede confirmar con Fiscalía, Contraloría, Procuraduría, Personería y con las firmas encuestadoras revisando los resultados de las épocas en que ejerció como alcalde y gobernador.

Fajardo, prefiere perder elecciones, a mentir y utilizar demagogia para ganar.

Como ejemplos de austeridad y respeto por los recursos públicos, cuento dos anécdotas presenciales que, para mí, dicen mucho de un gobernante con poder: las muy pocas reuniones sociales de integración de colaboradores de Gobierno, en las administraciones de Fajardo, se hacían con vaca, nunca con recursos públicos, inclusive a ellas no se podía llegar en carros oficiales, la austeridad y el respeto por los recursos públicos es de tal magnitud, que la biblioteca en la casa del alcalde, en el barrio Prado de la ciudad de Medellín, la constituían ladrillos y tablas donde reposaban los libros y documentos, pudiendo haberse mandado a construir muebles con finas maderas; el carro del alcalde, una camioneta Nissan vieja, blindada, que nunca dejó cambiar por una nueva.

El mejor antídoto contra la corrupción es el ejemplo, la conformación de los equipos de trabajo, el conocimiento transparente y público de lo que todos están haciendo, las responsabilidades de cada uno y el permanente seguimiento a los avances de todos y cada uno de los proyectos y programas, actividades que demandan mucha concentración y trabajo arduo, y que solo pueden realizar personas muy disciplinadas, de vida y costumbres muy sanas, que cuidan su salud física y mental, se alimentan y duermen bien, y hacen buen ejercicio. Acá no caben vidas desordenadas cargadas de vicios y malas costumbres.

Lograr altos porcentajes de ejecución presupuestal, como los obtenidos en las administraciones de Fajardo, requieren de una gran capacidad articuladora, como se hizo en la Gobernación, donde trabajó con todos los alcaldes de los 125 municipios, cuando la gran mayoría, ni siquiera habían votado por él.

El éxito en sus resultados demuestra su capacidad de concertación y articulación con los gobiernos del orden nacional y locales, acompañado de su relacionamiento con el sector privado empresarial, sus gremios, organizaciones sociales y academia, para las ideas y proyectos que atienden el bien común, el interés general, manteniendo siempre activa su capacidad de coordinación y seguimiento.

No todos los gobernantes hacen la feria de la contratación para exponer públicamente las necesidades de contratación, para ampliar las bases de participantes y exponer públicamente la contratación, ni hacen las pruebas del saber y olimpíadas del conocimiento para motivar a los estudiantes.

Fajardo es un candidato de carne y hueso, con virtudes y defectos, independiente, estudioso, con mucha experiencia, dispuesto a dar la batalla por la presidencia; desde ahora, ya los colombianos no estamos solos en estos obscuros momentos de incertidumbre y desespero… renacen las esperanzas.

Nuestro Señor Jesucristo nunca nos abandona, volvamos a él.