viernes, 24 de mayo de 2024

Un santo en tenis

José Leonardo Rincón Contreras
José Leonardo Rincón, S. J.

Bien puestecitos, bien peinaditos, con su sotana o hábito religioso bien planchado y con una aureola encima de sus cabezas, así nos quedamos con la imagen de los santos, hombres y mujeres, virtuosos, elegidos de Dios desde antes de nacer, sacerdotes y religiosos, realmente excepcionales… es la idea que tenemos y que resulta incompleta y hasta inexacta.

Las hagiografías se han encargado de ensalzarlos y potenciar, si no exacerbar, sus bondades, de modo que ser santo pareciera ser el privilegio de unos pocos y no la común vocación a la que todos hemos sido llamados: “sed santos como vuestro Padre Celestial es santo…”. Resulta entonces ser un propósito muy fregado de alcanzar. Y resulta que no… que todos ellos y ellas han sido como nosotros, de carne y hueso, con cualidades y defectos, diríamos bastante normalitos, solo que se propusieron ser mejores seres humanos y estuvieron muy conectados espiritualmente con Dios.

Por eso, el anuncio de que Carlo Acutis, va a ser canonizado, me ha erizado, como diría la Amparito Grisales. Y no puede ser para menos pues se trata de un pelado italiano, que nació en 1991 y se murió solo con 15 años, estudiante del colegio jesuita Leon XIII de Milán, guapo, simpático, a quien se lo llevó una leucemia fulminante. Su cuerpo, incorrupto, se puede ver en una urna de cristal y lo muestra de informal chaqueta, bluejeans y tenis…como cualquier adolescente contemporáneo. Si viviera, sólo tendría 33 años, o sea que yo podría haber sido perfectamente su papá. ¡No friegues! ¿Y ya santo?

Los santos jóvenes siempre impactan. Como Domingo Savio que también murió quinceañero y supe de él desde muy niño por la amistad de mi mamá con algunos sacerdotes salesianos, o Estanislao de Kostka un novicio jesuita polaco a quien particularmente le profeso especial devoción, o los otros dos de la tríada jesuita joven: el belga Juan Berchmans o el también italiano Luis Gonzaga a quien como la joven Maria Goretti los han puesto como modelos de pureza. Bernardita Soubirous, la francesa de Lourdes o Francisco y Jacinta los portugueses de Fátima… ¡Qué barbaridad! Y nosotros aquí, faltándonos mucho pelo pal moño.

Sorpréndanse: Carlo, milenial, goloso de la nutella, deportista futbolista, fanático del Pokemon, pero sobre todo de los videojuegos en internet, programador informático, creó su propia web para difundir entre sus amigos las devociones a María y la eucaristía, evento diario al que no faltaba, “autopista para ir al cielo” pues “estar siempre unido a Jesús es mi proyecto de vida” era su lema. Invitando además a ser auténticos decía también: “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”, ¿qué tal? Será el patrono del internet a quien ya llaman el “influencer de Dios”. Su mamá estará en la ceremonia de canonización.

La corta pero intensamente vivida vida de Carlo vale la pena conocerla. Un santo cercano, tan parecido a nuestros jóvenes, vale la pena que lo conozcan y tengan como asequible referente. Un santo en tenis. Excelente.