viernes, 10 de mayo de 2024

Sin salud no somos nada

José Leonardo Rincón Contreras
José Leonardo Rincón, S. J.

Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Y la salud es un precioso tesoro que hay que cuidar. Este año, para mí, inédito. Sufría de gripe y resfriados por allá una vez al año. Ahora, la amenaza es permanente, tanto que a estas alturas he padecido dos fuertes gripas y ahora una virosis de gastroenteritis.

No sé de los efectos secundarios de la pandemia, pero sí creo que nos volvimos más frágiles en todo, no solo física sino psicológicamente. Los educadores pudieron observar efectos devastadores en sus estudiantes. El cambio climático ha pasado ya su factura: con calores nunca vistos y con lluvias torrenciales que han desembocado en tragedias.

Esos malestares estomacales que han afectado y están afectando a miles de personas provienen de aguas contaminadas. Los embalses casi secos que alimentan redes de acueducto con intermitencia. El agua sale amarilla, terrosa. Hay gente que la toma directamente de la llave o no la hierve para consumirla.

Las medidas preventivas de la pandemia se han dejado de lado. El tapabocas ayudaría mucho. Lavarse las manos, más. Como ya no estamos en emergencia, dejamos así, no pasa nada.

Las vacunas ayudaron en su momento, pero quién puede asegurar que no tienen efectos colaterales. De hecho, acaba de salir de circulación la vacuna Astra Zeneca porque hubo pacientes recurrentes con cuadros de trombosis. Recuerdo que por aquellos días muchos se negaron a vacunarse pues montaban películas un tanto exageradas, ¿Tenían razón?

Y para colmos, un sistema de salud en crisis. EPS intervenidas, otras en cierre. Ya hemos hecho nuestras consideraciones al respecto.

Bueno… ya no doy más. La fiebre me tiene zurumbático y la deshidratación ha sido muy fuerte. Quería contarles como estoy y que espero estar mejor en ocho días. Buen fin semana y un saludo especial a nuestras madres queridas en su día.