lunes, 8 de abril de 2024

A la búsqueda de nuestro destino

Por: Luis Alfonso García Carmona

Luis Alfonso García Carmana

Partíamos, en nuestros últimos dos escritos, de dos significativas premisas: a) Que no podemos permitirnos el lujo de malgastar nuestro tiempo dedicándonos solamente a controvertir todos los disparates del que nos desgobierna, mientras avanza en su tarea de destruir el país, y, b) Que nuestra tarea prioritaria y colectiva debe ser la búsqueda de fórmulas con arraigo popular que nos permitan revertir la catástrofe a la que nos conduce la extrema izquierda.

Para identificar esa salvadora salida a nuestra crisis, forzoso es examinar la penosa coyuntura política desde distintas perspectivas:

1.- Elementos que aglutinan a quienes se oponen al régimen.

2.- Elementos que pudieran distanciarlos.

3. Fortalezas de la camarilla gobernante.

4. Debilidades de la camarilla gobernante.

5. Fortalezas del sector de oposición al régimen.

6. Debilidades de este sector de la sociedad.

1.Elementos que aglutinan a quienes se oponen al régimen.

El primero y de mayor trascendencia es la aspiración mayoritaria de derrocar a Gustavo Petro y recuperar el poder ahora en manos de la izquierda radical. Por su pública notoriedad, no requiere ser demostrada. Basta con repasar la totalidad de los medios escritos, radiofónicos, la televisión, el internet, las redes sociales, etc., para informarse de las multitudinarias marchas de protesta, no igualadas en Colombia por ningún líder político, así como las espontáneas y masivas protestas populares en espectáculos deportivos y otros sitios de concentración de masas con la consigna “Fuera, Petro”.

Un segundo elemento, que no es nada despreciable, es la espontaneidad e independencia de tales manifestaciones de protesta ya que, al revés de lo que ha ocurrido con las organizadas por los asalariados del régimen, no han requerido de ninguna clase de subsidios, viáticos o emolumentos para su participación presencial. Las gentes han expresado su rechazo al régimen de manera libre, sin coacciones de ninguna naturaleza, lo cual significa adhesión a un rechazo colectivo.

Un tercer elemento aglutinante de importancia ha sido la ausencia de la politiquería en las actividades de protesta, evitando de esta manera que alguien se sienta marginado de participar si el origen tuviera un sello partidista.

2. Elementos que pudieran distanciarlos.

La ausencia de resultados a corto plazo causa fatiga o desencanto en algunos que participan del deseo de derrocar al sátrapa, pero quisieran ver inmediatos resultados. Por un lado, el ente encargado de tramitar las acusaciones contra Petro (Comisión de Acusaciones), presionado por la que en Colombia se llama comúnmente “la mermelada”, que no es otra cosa que un vil soborno, ha entrabado el avance del proceso.

De otra parte, grandes sumas de los presupuestos oficiales se dilapidan en campañas publicitarias, compra de conciencias y otros caminos para maquillar la deteriorada imagen del régimen. Tampoco son inmunes los opositores a la andanada de barbaridades, insensateces y extravagancias que a diario lanza el dictador a manera de cortinas de humo para distraer la opinión pública de los temas de fondo, en especial del asunto crucial de su remoción por la vía constitucional. Eso produce disparidad de criterios en cuanto a la forma de manejar la crisis y, por lo tanto, puede devenir en la separación de algunos activistas.

La carencia de una sólida organización con cubrimiento nacional puede permitir que se vayan construyendo islas de opinión sobre la forma de actuar o sobre los puntos esenciales que orienten al movimiento opositor. Hasta la fecha las directrices elementales para la implementación de las marchas son proporcionadas por colectivos de activistas independientes, de carácter cívico, y personal retirado de las Fuerzas Armadas, que, con patriotismo y sacrificio personal, han cumplido eficientemente con este cometido.

3. Fortalezas de la camarilla gobernante.

Cuenta, ante todo, con una misión clara: La toma total del poder con el fin de implantar la revolución comunista en Colombia y la prolongación de la dictadura por el tiempo que considere necesario. Así está consignado en las estrategias del Partido Comunista, en las directrices del Foro de Sao Paulo y en las proclamas de los movimientos guerrilleros que apoyan al régimen. Desconocer este objetivo implica renunciar a toda posibilidad de detener la hecatombe que se avecina.

Las decisiones se adoptan en forma centralizada por quien ejerce la doble calidad de jefe de Estado y cabecilla de la coalición de partidos gobernantes (Pacto Histórico). Los demás entes estatales, grupos políticos aliados y movimientos irregulares (guerrillas, guardias populares y agrupaciones terroristas como las autodenominadas Primera Línea), replican las arengas presidenciales y complementan los parciales golpes de Estado contra las instituciones y la normatividad que adelantan sin pausa los gobernantes. Es un elemento desestabilizador en la lucha entre el régimen y sus opositores.

Mientras en el ámbito opositor se carece hasta de lo más indispensable para sostener la lucha contra el espurio régimen, éste dispone en sus arcas de las cuantiosas contribuciones de organizaciones guerrilleras y terroristas, como ellas mismas lo han confesado, ayudas de gobiernos de extrema izquierda (como el de Maduro), capos de la droga beneficiados por el Gobierno actual con total impunidad y libertad para la explotación del criminal negocio de la droga y, donaciones de contratistas del Estado que apoyaron la campaña electoral del candidato Petro.

No es menor la monumental filtración de los dineros públicos en beneficio político del régimen y de su cabecilla, a través de gastos de todo orden con cargo a los presupuestos del Estado manejados irresponsablemente por antiguos compañeros de armas del M-19 y socios en la infame tarea de destruir el país para construir sobre sus ruinas el estado comunista que sin rubor preconizan. Es otro elemento contra el que habrá que emplear la mayor creatividad en este titánico enfrentamiento.

De la mano de este descomunal músculo financiero, accede el régimen a un cubrimiento general del territorio nacional con sus mensajes, que se repiten por televisión, redes sociales y demás medios públicos y privados. Como es natural, manipulan las mentes de la audiencia hacia la justificación de la revolución que ya está en marcha, la estigmatización de las Fuerzas Armadas y de los contradictores del régimen, el ocultamiento o la impunidad de los escándalos de corrupción denunciados contra la familia presidencial y los funcionarios oficiales, y el adoctrinamiento de las gentes en los perniciosos postulados que ha propuesto el marxismo-leninismo desde su fundación. No es posible olvidar este dañino aspecto si se quiere combatir de verdad al régimen que busca subyugarnos.

4. Debilidades de la camarilla gobernante.

Resulta obvio señalar como su principal debilidad la pérdida de la calle y el espacio público, que fue en el período electoral y durante las experiencias de los “estallidos sociales” escenario natural de la izquierda radical. Hoy, como consecuencia de su pésima gestión y actitud pendenciera, las gentes de todas las clases sociales se han volcado de manera espontánea a las calles de las principales ciudades y a los sitios de reunión masiva (estadios, conciertos) para expresar su grito de batalla ¡ Fuera, Petro! Deber ineludible de quienes nos oponemos al régimen, es seguir ocupando esos espacios con los activistas que pregonan la caída del dictador y de sus cómplices.

No obstante, las inmensas sumas gastadas por el régimen para tratar de obtener una respuesta favorable en las encuestas de opinión, su esfuerzo ha resultado inútil. En la última encuesta de Guarumo-Ecoanalítica (marzo de 2024), la gestión petrista fue calificada de “mala” por el 25,8% y de “pésima” por el 34,5%, para un total de desfavorabilidad del 60.3%. Peor resultó la gestión en materia de seguridad, calificada desfavorablemente por el 71,2% de los encuestados. Es un reflejo de lo que opinan las mayorías de colombianos, de todas las clases sociales a lo largo y ancho del territorio patrio. Por supuesto, gran debilidad que debe ser aprovechada.

Señal inequívoca de la debilidad del régimen fue su contundente derrota para elegir alcaldes, gobernadores, Concejos Municipales y Asambleas Departamentales. Se presentó el Pacto Histórico con candidatos propios o en coalición con otros grupos y puso a su servicio toda la maquinaria gubernamental, con los consabidos apoyos presupuestales, mediáticos, burocráticos, etc.  Para sorpresa de la camarilla gobernante, los colombianos derrotaron ampliamente en las urnas a los candidatos aliados del régimen en todo el territorio nacional. Cabe anotar el hecho sin precedentes de que no existió ninguna organización política que ordenara votar contra el régimen, ya que no existe oposición organizada en Colombia. Fueron los sufragantes quienes, de manera libre y voluntaria, descartaron a los amigos del régimen para elegir candidatos ajenos a la recomendación presidencial. ¿No es ésta le prueba reina de que el pueblo colombiano ha superado a sus propios dirigentes y está preparado para forjar, en forma autónoma, su propio destino?

Carecen los representantes del régimen de cualquier freno moral ético o legal en su fanático propósito de mantenerse en el poder. Por ello emplean todos los instrumentos, lícitos o ilícitos, en contra de la sociedad y de los ciudadanos. De allí que sus actuaciones se caractericen por una permanente violación de la Constitución y las leyes, estrategia que los conducirá, tarde o temprano, al estruendoso fracaso de sus planes. Tanto la Justicia nacional como la internacional tienen competencia para impedir que se arrase con la Legalidad, el Estado de Derecho y el Respeto a la Democracia. Asimismo, en nuestra “Ley de leyes”, la propia Constitución Nacional, consagra con meridiana claridad la obligación constitucional de las Fuerzas Armadas de garantizar el orden constitucional y proteger la soberanía de la Nación en cabeza de su legítimo titular, el pueblo. (Ver artículo 217 de la C.P.)  Velar por la vigencia y el acatamiento de ese invaluable tesoro que nos ha costado miles de vidas humanas es nuestra inaplazable misión.

4. Fortalezas del sector de oposición al régimen

Como es apenas natural, las debilidades del régimen pasan a ser fortalezas de la oposición al mismo, las que podemos resumir así:

a)    Estamos identificados en el objetivo de derrocar al régimen petrista y en reconstruir los programas, instituciones y políticas que han sufrido la acción demoledora y dañina del actual régimen. A manera de ejemplo, los sistemas de salud y de pensiones, el régimen laboral, la fumigación de cultivos de coca, el control del orden público en zonas dominadas por la guerrilla y por los carteles de la droga, la errónea política de freno a las exportaciones de hidrocarburos, etc.;

b)    Nos acompaña la mayor parte de la población, que ha demostrado en las urnas, en las encuestas, en las calles, en los eventos masivos y en las redes sociales que está contra Petro y contra su gestión y rechaza su pésima gestión;

c)    Actuamos dentro de los principios del Derecho natural, respetamos la Constitución y la Ley, y nos manifestamos pacíficamente, respetando la vida y los derechos de los demás ciudadanos y evitando cualquier acto de violencia en contra de la infraestructura pública y privada. Es una fortaleza moral y jurídica que no puede atraer sino el apoyo de las buenas gentes de Colombia, que son, por fortuna, la mayoría; y,

d)    Actuamos con independencia de los líderes políticos, que han permanecido al margen del esfuerzo que, con el respaldo de la Constitución, se viene intentando para lograr la separación de Petro del cargo de Presidente . Esa independencia de todo grupo político nos beneficia en momentos en que la credibilidad de la clase política ha llegado a su más bajo nivel.

5. Debilidades del sector opositor

Preciso es señalar los siguientes factores para superar las debilidades actuales de la oposición al régimen:

a)    Objetivos. - Es necesario complementar el objetivo principal de la fuerza opositora (derrocar a Petro y reconstruir el país) con unos puntos básicos, que se han convertido en aspiraciones vitales para las gentes de Colombia y que acelerarían el crecimiento del apoyo popular,

b)    Organización. -El capital humano, comprometido en los citados objetivos principales, debe ser canalizado, orientado y asesorado por un grupo directivo que lo convierta en una fuerza estable, capaz no sólo de movilizarse con éxito en las calles, sino también acceder al poder por la vía del sufragio y, desde allí, implementar la reconstrucción moral, jurídica, económica y gubernamental de la Nación;

c)    Financiación. - Frente al descomunal músculo financiero del régimen y sus aliados, hay que agudizar la creatividad y crear un sistema que permita arbitrar recursos suficientes para sufragar los gastos indispensables de la campaña;

d)    Comunicaciones. - Consecuencia del punto anterior, se requiere implementar un moderno plan de comunicaciones, actualizado con las tecnologías de punta en materia de comunicaciones para que los mensajes de la campaña lleguen de manera rápida y a un bajo costo a la mayoría de los potenciales sufragantes.  No podemos hacer política en el siglo XXI con prácticas del siglo XIX;

e)    Liderazgo. - No se ejercerán liderazgos personales que tantos fracasos han dejado en el pasado. Se diseñará un esquema, según el cual tendremos coordinadores a nivel de células, barrios o veredas, municipios, departamentos con un ente coordinador a nivel nacional.   Con base en los logros obtenidos por cada uno se podrán escoger por votación interna los jefes o directores en cada nivel y así llegar hasta el nivel central o nacional. Es la aplicación del sistema de méritos que debiera regir en el Estado. 

P.S.- En próxima entrega terminaremos el análisis e incluiremos nuestras conclusiones. Son bienvenidas las sugerencias u observaciones de los amables lectores.