Por: Luis Alfonso García Carmona
Partíamos,
en nuestros últimos dos escritos, de dos significativas premisas: a) Que no
podemos permitirnos el lujo de malgastar nuestro tiempo dedicándonos
solamente a controvertir todos los disparates del que nos desgobierna, mientras
avanza en su tarea de destruir el país, y, b) Que nuestra tarea prioritaria y
colectiva debe ser la búsqueda de fórmulas con arraigo popular que nos
permitan revertir la catástrofe a la que nos conduce la extrema izquierda.
Para
identificar esa salvadora salida a nuestra crisis, forzoso es examinar la
penosa coyuntura política desde distintas perspectivas:
1.-
Elementos que aglutinan a quienes se oponen al régimen.
2.-
Elementos que pudieran distanciarlos.
3.
Fortalezas de la camarilla gobernante.
4.
Debilidades de la camarilla gobernante.
5.
Fortalezas del sector de oposición al régimen.
6.
Debilidades de este sector de la sociedad.
1.Elementos
que aglutinan a quienes se oponen al régimen.
El
primero y de mayor trascendencia es la aspiración mayoritaria de derrocar a
Gustavo Petro y recuperar el poder ahora en manos de la izquierda radical.
Por su pública notoriedad, no requiere ser demostrada. Basta con repasar la
totalidad de los medios escritos, radiofónicos, la televisión, el internet, las
redes sociales, etc., para informarse de las multitudinarias marchas de
protesta, no igualadas en Colombia por ningún líder político, así como las
espontáneas y masivas protestas populares en espectáculos deportivos y otros
sitios de concentración de masas con la consigna “Fuera, Petro”.
Un segundo elemento, que no es nada despreciable, es la espontaneidad
e independencia de tales manifestaciones de protesta ya que, al revés de lo
que ha ocurrido con las organizadas por los asalariados del régimen, no han
requerido de ninguna clase de subsidios, viáticos o emolumentos para su
participación presencial. Las gentes han expresado su rechazo al régimen de
manera libre, sin coacciones de ninguna naturaleza, lo cual significa adhesión
a un rechazo colectivo.
Un tercer elemento aglutinante de importancia ha sido la ausencia
de la politiquería en las actividades de protesta, evitando de esta manera
que alguien se sienta marginado de participar si el origen tuviera un sello
partidista.
2. Elementos que pudieran distanciarlos.
La ausencia de resultados a corto plazo causa
fatiga o desencanto en algunos que participan del deseo de derrocar al sátrapa,
pero quisieran ver inmediatos resultados. Por un lado, el ente encargado de
tramitar las acusaciones contra Petro (Comisión de Acusaciones), presionado por
la que en Colombia se llama comúnmente “la mermelada”, que no es otra cosa que
un vil soborno, ha entrabado el avance del proceso.
De otra parte, grandes sumas de los presupuestos
oficiales se dilapidan en campañas publicitarias, compra de conciencias y otros
caminos para maquillar la deteriorada imagen del régimen. Tampoco son inmunes
los opositores a la andanada de barbaridades, insensateces y extravagancias que
a diario lanza el dictador a manera de cortinas de humo para distraer la
opinión pública de los temas de fondo, en especial del asunto crucial de su remoción
por la vía constitucional. Eso produce disparidad de criterios en cuanto
a la forma de manejar la crisis y, por lo tanto, puede devenir en la
separación de algunos activistas.
La carencia de una sólida organización con cubrimiento
nacional puede permitir que se vayan construyendo islas de opinión sobre la
forma de actuar o sobre los puntos esenciales que orienten al movimiento
opositor. Hasta la fecha las directrices elementales para la implementación de
las marchas son proporcionadas por colectivos de activistas independientes, de
carácter cívico, y personal retirado de las Fuerzas Armadas, que, con
patriotismo y sacrificio personal, han cumplido eficientemente con este
cometido.
3. Fortalezas de la camarilla gobernante.
Cuenta,
ante todo, con una misión clara: La toma total del poder con el fin de
implantar la revolución comunista en Colombia y la prolongación de la dictadura
por el tiempo que considere necesario. Así está consignado en las estrategias
del Partido Comunista, en las directrices del Foro de Sao Paulo y en las
proclamas de los movimientos guerrilleros que apoyan al régimen. Desconocer
este objetivo implica renunciar a toda posibilidad de detener la hecatombe que
se avecina.
Las decisiones se adoptan en forma centralizada por quien ejerce la doble calidad de jefe de Estado y
cabecilla de la coalición de partidos gobernantes (Pacto Histórico). Los demás
entes estatales, grupos políticos aliados y movimientos irregulares (guerrillas,
guardias populares y agrupaciones terroristas como las autodenominadas Primera
Línea), replican las arengas presidenciales y complementan los parciales
golpes de Estado contra las instituciones y la normatividad que adelantan
sin pausa los gobernantes. Es un elemento desestabilizador en la lucha entre el
régimen y sus opositores.
Mientras en el ámbito opositor se carece hasta de lo más
indispensable para sostener la lucha contra el espurio régimen, éste dispone
en sus arcas de las cuantiosas contribuciones de organizaciones
guerrilleras y terroristas, como ellas mismas lo han confesado, ayudas de
gobiernos de extrema izquierda (como el de Maduro), capos de la droga
beneficiados por el Gobierno actual con total impunidad y libertad para la
explotación del criminal negocio de la droga y, donaciones de contratistas del
Estado que apoyaron la campaña electoral del candidato Petro.
No es menor la monumental filtración de los dineros
públicos en beneficio político del régimen y de su cabecilla, a través de
gastos de todo orden con cargo a los presupuestos del Estado manejados
irresponsablemente por antiguos compañeros de armas del M-19 y socios en la
infame tarea de destruir el país para construir sobre sus ruinas el estado
comunista que sin rubor preconizan. Es otro elemento contra el que habrá que
emplear la mayor creatividad en este titánico enfrentamiento.
De la mano de este descomunal músculo financiero, accede
el régimen a un cubrimiento general del territorio nacional con sus mensajes,
que se repiten por televisión, redes sociales y demás medios públicos y
privados. Como es natural, manipulan las mentes de la audiencia hacia la justificación
de la revolución que ya está en marcha, la estigmatización de las
Fuerzas Armadas y de los contradictores del régimen, el ocultamiento o la impunidad
de los escándalos de corrupción denunciados contra la familia presidencial y
los funcionarios oficiales, y el adoctrinamiento de las gentes en los
perniciosos postulados que ha propuesto el marxismo-leninismo desde su
fundación. No es posible olvidar este dañino aspecto si se quiere combatir de
verdad al régimen que busca subyugarnos.
4. Debilidades de la camarilla gobernante.
Resulta obvio señalar como su principal debilidad la
pérdida de la calle y el espacio público, que fue en el período
electoral y durante las experiencias de los “estallidos sociales”
escenario natural de la izquierda radical. Hoy, como consecuencia de su pésima
gestión y actitud pendenciera, las gentes de todas las clases sociales se han
volcado de manera espontánea a las calles de las principales ciudades y a los
sitios de reunión masiva (estadios, conciertos) para expresar su grito de
batalla ¡ Fuera, Petro! Deber ineludible de quienes nos oponemos al
régimen, es seguir ocupando esos espacios con los activistas que pregonan la
caída del dictador y de sus cómplices.
No obstante, las inmensas sumas gastadas por el régimen
para tratar de obtener una respuesta favorable en las encuestas de opinión, su
esfuerzo ha resultado inútil. En la última encuesta de Guarumo-Ecoanalítica
(marzo de 2024), la gestión petrista fue calificada de “mala” por el 25,8% y
de “pésima” por el 34,5%, para un total de desfavorabilidad del 60.3%. Peor
resultó la gestión en materia de seguridad, calificada desfavorablemente por el
71,2% de los encuestados. Es un reflejo de lo que opinan las mayorías de
colombianos, de todas las clases sociales a lo largo y ancho del territorio
patrio. Por supuesto, gran debilidad que debe ser aprovechada.
Señal inequívoca de la debilidad del régimen fue su contundente
derrota para elegir alcaldes, gobernadores, Concejos Municipales y Asambleas
Departamentales. Se presentó el Pacto Histórico con candidatos propios o en
coalición con otros grupos y puso a su servicio toda la maquinaria
gubernamental, con los consabidos apoyos presupuestales, mediáticos,
burocráticos, etc. Para sorpresa de la
camarilla gobernante, los colombianos derrotaron ampliamente en las urnas a los
candidatos aliados del régimen en todo el territorio nacional. Cabe anotar el
hecho sin precedentes de que no existió ninguna organización política que
ordenara votar contra el régimen, ya que no existe oposición organizada en
Colombia. Fueron los sufragantes quienes, de manera libre y voluntaria,
descartaron a los amigos del régimen para elegir candidatos ajenos a la
recomendación presidencial. ¿No es ésta le prueba reina de que el pueblo
colombiano ha superado a sus propios dirigentes y está preparado para
forjar, en forma autónoma, su propio destino?
Carecen los representantes del régimen de cualquier freno
moral ético o legal en su fanático propósito de mantenerse en el poder. Por
ello emplean todos los instrumentos, lícitos o ilícitos, en contra de la
sociedad y de los ciudadanos. De allí que sus actuaciones se caractericen por
una permanente violación de la Constitución y las leyes, estrategia que
los conducirá, tarde o temprano, al estruendoso fracaso de sus planes. Tanto la
Justicia nacional como la internacional tienen competencia para impedir que se
arrase con la Legalidad, el Estado de Derecho y el Respeto a la Democracia. Asimismo,
en nuestra “Ley de leyes”, la propia Constitución Nacional, consagra con
meridiana claridad la obligación constitucional de las Fuerzas Armadas de
garantizar el orden constitucional y proteger la soberanía de la Nación en
cabeza de su legítimo titular, el pueblo. (Ver artículo 217 de la C.P.) Velar por la vigencia y el acatamiento de ese
invaluable tesoro que nos ha costado miles de vidas humanas es nuestra
inaplazable misión.
4. Fortalezas del sector de oposición al régimen
Como es apenas natural, las debilidades del régimen pasan
a ser fortalezas de la oposición al mismo, las que podemos resumir así:
a)
Estamos identificados
en el objetivo de derrocar al régimen petrista y en reconstruir los
programas, instituciones y políticas que han sufrido la acción demoledora y
dañina del actual régimen. A manera de ejemplo, los sistemas de salud y de
pensiones, el régimen laboral, la fumigación de cultivos de coca, el control
del orden público en zonas dominadas por la guerrilla y por los carteles de la
droga, la errónea política de freno a las exportaciones de hidrocarburos, etc.;
b)
Nos
acompaña la mayor parte de la población, que ha demostrado en las urnas,
en las encuestas, en las calles, en los eventos masivos y en las redes sociales
que está contra Petro y contra su gestión y rechaza su pésima gestión;
c)
Actuamos
dentro de los principios del Derecho natural, respetamos la Constitución y
la Ley, y nos manifestamos pacíficamente, respetando la vida y los derechos de
los demás ciudadanos y evitando cualquier acto de violencia en contra de la
infraestructura pública y privada. Es una fortaleza moral y jurídica que no
puede atraer sino el apoyo de las buenas gentes de Colombia, que son, por
fortuna, la mayoría; y,
d)
Actuamos
con independencia de los líderes políticos, que han permanecido al
margen del esfuerzo que, con el respaldo de la Constitución, se viene
intentando para lograr la separación de Petro del cargo de Presidente . Esa
independencia de todo grupo político nos beneficia en momentos en que la credibilidad
de la clase política ha llegado a su más bajo nivel.
5. Debilidades del sector opositor
Preciso es señalar los siguientes factores para superar
las debilidades actuales de la oposición al régimen:
a)
Objetivos. - Es necesario complementar el objetivo principal de la
fuerza opositora (derrocar a Petro y reconstruir el país) con unos puntos
básicos, que se han convertido en aspiraciones vitales para las gentes de
Colombia y que acelerarían el crecimiento del apoyo popular,
b)
Organización. -El capital humano, comprometido en los citados
objetivos principales, debe ser canalizado, orientado y asesorado por un grupo
directivo que lo convierta en una fuerza estable, capaz no sólo de movilizarse
con éxito en las calles, sino también acceder al poder por la vía del sufragio
y, desde allí, implementar la reconstrucción moral, jurídica, económica y
gubernamental de la Nación;
c)
Financiación. - Frente al descomunal músculo financiero del régimen y
sus aliados, hay que agudizar la creatividad y crear un sistema que permita
arbitrar recursos suficientes para sufragar los gastos indispensables de la campaña;
d)
Comunicaciones. - Consecuencia del punto anterior, se requiere
implementar un moderno plan de comunicaciones, actualizado con las tecnologías
de punta en materia de comunicaciones para que los mensajes de la campaña
lleguen de manera rápida y a un bajo costo a la mayoría de los potenciales
sufragantes. No podemos hacer política
en el siglo XXI con prácticas del siglo XIX;
e)
Liderazgo. - No se ejercerán liderazgos personales que tantos
fracasos han dejado en el pasado. Se diseñará un esquema, según el cual
tendremos coordinadores a nivel de células, barrios o veredas, municipios,
departamentos con un ente coordinador a nivel nacional. Con base en los logros obtenidos por cada
uno se podrán escoger por votación interna los jefes o directores en cada nivel
y así llegar hasta el nivel central o nacional. Es la aplicación del sistema de
méritos que debiera regir en el Estado.
P.S.- En
próxima entrega terminaremos el análisis e incluiremos nuestras conclusiones.
Son bienvenidas las sugerencias u observaciones de los amables lectores.