viernes, 1 de marzo de 2024

Ay, la izquierda, la izquierda, ay

Alberto Avelino Saldarriaga P.
Por Alberto Avelino Saldarriaga P.

No es el monstruo destructor y no toda su estructura filosófica es perversa y dañina. En Alemania, por ejemplo, la izquierda alterna con los otros partidos y la gobernanza muestra grandes beneficios para sus ciudadanos. La zurda también tiene su ladito bueno.

En nuestra patria la izquierda tiene su peor enemigo en Petro con sus anacrónicas y absurdas decisiones. Poco a poco se parecen más a las dictaduras como las de Venezuela, Cuba o Nicaragua, que tienen a sus pueblos sumidos en la pobreza y la desesperanza, con la ruina del aparato productivo y con carencias de lo más necesario para vivir dignamente.

Así pues, que no hay peor cuña que la del mismo palo… Lentamente se van horadando las bases de la democracia dando muestras de su permanencia en el poder hasta cumplir sus macabras intenciones dictatoriales.

Utiliza Petro la victimización como arma y justificación para aferrarse al poder. Si algo no es de su agrado, entra en cólera o descabeza a quien no es de su gusto y complacencia. Solamente clasifican los politiqueros a ultranza.

En el entretanto se van llenando de dinero sus áulicos y familiares, así como en mala hora, Medellín quedó semidestruida con la anterior alcaldía de Pinturita; el mismo corte, corrupto y destructor.

Este presidente ha dado muestras fehacientes de un autocratismo que tiene al país a las puertas de una recesión. Su presidencia se caracteriza por la terquedad, con el agravante de que sus asesores han sido escogidos más por su activismo político que por sus capacidades y preparación.

Los que descollaban por sus capacidades renunciaron o fueron despedidos por el autócrata.

En estos 18 meses de desgobierno ha mostrado sus verdaderas intenciones; lentamente va configurando su ejército de alfiles alimentados a base de prebendas y mermelada.

Por el lado de la oposición crece el descontento y disminuye exponencialmente la aprobación a su desafortunada gestión. Comienzan los debates en el Congreso sobre la salud, las pensiones y la laboral, esperando que prime la sensatez y el buen juicio de senadores y magistrados.

En caso de ser aprobadas le entrarán billones al presidente, para ser repartidos a sus mamertos seguidores, en forma de prebendas y mermelada, a manos llenas. Y ahí sí, ¡apague y vámonos!

No es el monstruo destructor, y, no toda su estructura filosófica es perversa y dañina.