Pedro Juan González Carvajal
Después de casi 50
años trabajando como empleado, pues nunca tuve espíritu de empresario, trataré
de recoger algunas experiencias y vivencias propias de esta actividad, que
podrían ser de utilidad para quienes están empezando o están trasegando su vida
laboral.
Sea lo primero
reconocer que es vital que las empresas tengan claro cuál es su negocio o foco
como llaman hoy y cuáles son las reglas de juego básicas que se tienen y que se
deben tener en cuenta. Alguien les dirá políticas.
Es importante
divulgar y respetar los procesos y procedimientos básicos como la entrevista y
la inducción, para que estas actividades resulten respetuosas y útiles para los
involucrados, teniendo en cuenta la necesidad de tener previamente establecidos
y claros los perfiles.
Es vital al definir
los objetivos, realizar una divulgación y un seguimiento permanentes. El director
o gerente o presidente debe ser un comunicador nato.
La mejor forma de
motivación es el ejemplo: la puntualidad, el trato respetuoso, la claridad de
objetivos, el seguimiento sistemático y un alto nivel de exigencia.
No se deben
promover ni tolerar verdades a medias.
No se aceptan
opiniones que no estén respaldadas en datos.
La coherencia entre
el pensar, el decir y el hacer son el verdadero patrimonio de un directivo. La
ética, la honorabilidad, la verdad, el cumplimiento de la ley no son negociables.
El trabajar con
respeto, con alegría y orientado a resultados, hacen parte de la dinámica
productiva donde la empresa y los funcionarios ganan.
Hay que reconocer que,
de algún modo, de manera temporal y mientras el directivo en particular sea la
cabeza de la organización, existe una especie de simbiosis donde esta incorpora
rasgos de la personalidad y el carácter del personaje.
Es importante
conocer las condiciones, aptitudes y potencialidades de las personas que se
tienen a cargo, para tratar de convertir el grupo de trabajo en equipo de
trabajo.
Hay que entender
que la disciplina y el orden son vitales y que además hay gente que aporta, no
aporta o destruye valor.
Se tienen varios
infinitivos que deben conjugarse siempre respetando la dignidad de las
personas: contratar, despedir, felicitar, reconvenir, renunciar.
Es muy útil que
todo el personal comprenda que las cosas hay que hacerlas bien desde la primera
vez, ya que usualmente no hay tiempo para nada, a excepción de tiempo para repetir
procesos o para corregir errores.
Debe existir una
orientación particular y general hacia la sensibilidad comercial y hacia la actividad
más importante para cualquier organización: vender su producto, bien o
servicio. Esto no debe ser negociable. Todas las actividades son importantes,
pero vender es la principal.
Es importante
planear, pero además es muy importante tener previstos un Plan B o un Plan C,
por si acaso.
Hay que ser
respetuoso con el tiempo de todos quienes participan en la actividad
empresarial. A los clientes y proveedores hay que evitarles esperas molestas y
no ponerlos a dar vueltas para que puedan resolver su problema o inquietud. El
buen servicio no consiste en atender con sonrisas zalameras, sino en resolver
problemas en el menor tiempo posible.
De igual manera las
reuniones deben ser agendadas con anterioridad, debe haber seguimiento de lo
pactado en la reunión anterior y un orden del día por desarrollar.
Las reuniones no
deben ser muy extensas ni deben proliferar, pues a pesar de que es un buen
ejercicio de comunicación y de integración, muchas veces se vuelven una perdedera
de tiempo o una simple dejada de constancia.
Las reuniones deben
tener una hora puntual de inicio y una hora puntual de terminación y debe
existir un comportamiento respetuoso durante su desarrollo: no tener el celular
a mano, no distraerse con los computadores portátiles, ponerle atención a quien
expone y no estar pensando en lo que corresponde presentar más adelante,
respetar el uso de la palabra, ser ordenado y breve en las exposiciones.
Hay que recordar
que para expresar y desarrollar bien una idea el método más sencillo y útil de
aplicar es el de hipótesis – tesis - desarrollo.
Todos los ciclos se
cumplen. Hay que ingresar bien a una empresa y hay que salir mejor. Si se ha de
renunciar, se debe hacer una entrega completa del cargo. Definitivamente es de
mala educación e irresponsable renunciar de un día para otro o durante una
semana sin cumplir responsablemente con los compromisos adquiridos.
El comportamiento
ético debe ser una constante, consigo mismo y con los demás.
El día que le dé
pereza levantarse para ir a trabajar, pues sea ético con usted mismo y
renuncie.
El trabajo debe
producir alegría, gratitud y compromiso.
Se debe entender
también, que el trabajo es un medio y no un fin en sí mismo. Por eso hay que
hacerlo con gusto y con responsabilidad.
Durante la jornada
laboral estamos aportando la mayor parte del tiempo en que estamos y somos conscientes.
Es una verdadera
suerte el poder llegar a tener superiores de los cuales se aprenda algo. No
tener esa posibilidad es una verdadera tragedia.
¡Buen viento y
buena mar!