miércoles, 27 de septiembre de 2023

La hora de la infamia

Luis Alfonso García Carmona
Por: Luis Alfonso García Carmona

Llamo a mis compatriotas a que tomemos consciencia de que Colombia está atravesando la más terrible hora de la infamia en toda su historia como nación soberana.

Todo lo que nuestros mayores construyeron en más de dos siglos, se ha destruido en tan solo 13 meses de desgobierno.

Los valores éticos, morales y jurídicos que forman parte de nuestras creencias y nuestra identidad como nación han sido sustituidos por la doctrina materialista del marxismo-leninismo y por los propósitos revolucionarios que pretenden imponer el odio de clases, el totalitarismo, y la miseria que caracterizan a todos los pueblos que han caído bajo el yugo del comunismo.

No nos es permitido, en estos cruciales momentos, dejarnos distraer con las cortinas de humo que a diario emanan de las mentes enfermizas que se han incrustado en las más altas esferas del poder.

Nuestro objetivo prioritario no debe ser otro distinto al de “defenestrar” a quien ocupa fraudulentamente la Casa de Nariño. La Constitución y la Ley nos otorga el derecho inalienable de exigir al Congreso que investigue y juzgue al presidente –o a quien haga sus veces– por razones de indignidad, entre otras, por haber sido elegido con violación de las normas sobre gastos de la campaña electoral.

Si los dirigentes políticos, por temor, complicidad o por otras oscuras razones, se abstienen de liderar la movilización pública para hacer valer este derecho constitucional, nos corresponde a nosotros, los ciudadanos, convertirnos en los promotores de esta batalla para salvar a Colombia de su mayor enemigo.

La infamia que todos presenciamos se extiende a esa corrupta clase política, responsable por acción u omisión, de la crisis que nos agobia. Es al pueblo, representado por nosotros mismos, a quien compete sacar al país de la hecatombe en la que lo ha hundido el abandono de los principios cristianos y democráticos, el desconocimiento del bien común como orientador de la acción del Estado, la falta de protección a la vida y a la seguridad de los colombianos, la alcahuetería con el crimen, la corrupción y el despilfarro, la persecución a la familia tradicional y a la propiedad privada, el desmantelamiento de la fuerza pública, la destrucción del sistema de salud, y la expropiación del ahorro de los trabajadores para obtener su pensión de vejez.

El paso siguiente es conformar una gran fuerza cívica, independiente, con una propuesta contundente para contrarrestar la falacia socialista y unos cuadros directivos comprometidos con la batalla cultural contra el imperio de la extrema izquierda.

Insto a los colombianos a que contribuyamos a la conformación de esa indispensable fuerza en los siguientes aspectos:

1.- Adoptar una síntesis de los principios comunes que nos permitan recuperar nuestra identidad nacional y dar una sólida respuesta a la farsa social-comunista.

2.- Buscar un líder idóneo para comandar la batalla de apoyo al juicio político contra Petro y de recuperación del poder en 2026.

3.- Constituir los grupos de apoyo o células de activistas en todo el territorio nacional, independientes de los desgastados partidos políticos.

4.- Desarrollar eficaces estrategias para la obtención de recursos económicos que permitan la difusión de nuestros propósitos y la organización de la militancia.

5. Implementar actualizadas estrategias para la penetración en las redes sociales y en el espacio virtual.