martes, 26 de septiembre de 2023

De cara al porvenir: rostros sonrientes

Pedro Juan González Carvajal
Por Pedro Juan González Carvajal

De nuevo seremos testigos de uno de los sainetes más tradicionales de nuestra democracia: la elección de representantes del poder ejecutivo y del poder legislativo a nivel subnacional.

Para el caso de la Alcaldía de Medellín se han inscrito 16 candidatos, casi todos desconocidos y con poca experiencia, y para la Gobernación de Antioquia 11 candidatos innegablemente con más recorrido y experiencia. Ni que hablar del nivel de reconocimiento y experiencia de la mayoría de los aspirantes a Concejos Municipales y a la Asamblea Departamental. Falta ver cuántos quedarán finalmente después de los consabidos acuerdos internos entre quienes no ven posibilidades reales a sus pretensiones.

Los diagnósticos y el estado del arte de la Alcaldía de Medellín y de la Gobernación de Antioquia son claros. No debería haber sorpresas con respecto a la radiografía general del estado de cosas y lo único que se espera son respuestas, propuestas y estrategias concretas para enfrentar con alguna posibilidad de éxito los retos que les esperan.

Aun cuando la estrategia de las firmas se ha vuelto común, así mismo las campañas a través de las redes sociales movilizan personas con información de todo tipo: veraz, inexacta o falsa.

Las tradicionales vallas publicitarias colocadas en lugares estratégicos, permitidos y no permitidos muestran a un montón de señores y de señoras casi todos ellos sonrientes acompañados de una frase o un eslogan, o una frase de cajón con la cual quieren resumir sus propuestas, generalmente inexistentes.

Volveremos oír hablar de la necesidad de recuperar la seguridad, de la importancia de la educación, de la salud y de la vivienda y de los demás derechos fundamentales, casi siempre sin propuestas y estrategias concretas. También se hablará de los problemas de coyuntura como la movilidad, el espacio público, el tema ambiental y la generación de empleo, entre otros temas y se propondrán obras como más Metrocables, sobre alguna intervención en el Río Medellín, se hablará del Metro de la 80, del Tren de Cercanías y de la necesidad de ayuda del Gobierno central. Se argumentará sobre la necesidad de establecer mesas de diálogo que vinculen mineros informales, campesinos, indígenas y población vulnerable. Hablaremos de las obras en curso como túneles, vías y puertos, y poco se hablará de las estrategias para aprovechar o mitigar el impacto de estas.

También se hablará de la terminación de las vías 4G, de EPM, de Hidroituango y eventualmente de obras compartidas en el Valle de Aburrá con los municipios vinculados al Área Metropolitana.

El que se presenten tantos candidatos podría ser visto como el reflejo de una democracia participativa y vigorosa, lo cual se desploma al evidenciar el mercado persa que existe detrás del otorgamiento de los respectivos avales, donde se pone de manifiesto la escasez y la importancia de fortalecer verdaderos partidos políticos y la existencia de un numeroso grupo de movimientos políticos que son legales, pero que con la poca estructura y recorrido que tienen, les es difícil hacerle verdaderos aportes a la región y al país.

La relación con el Gobierno nacional es de capital importancia. Se vuelve a hablar de descentralización, de federalismo y de autonomía, sin que necesariamente se tengan claros los conceptos y sus implicaciones prácticas.

Las rentas departamentales propias siguen asociadas a figuras heredadas de la Colonia y los municipios siguen sin emplear a fondo algunas figuras modernas como la plusvalía. Se hace necesaria una reforma tributaria estructural que contemple el orden nacional, departamental y municipal.

Es necesario hacer esfuerzos para que la confianza, el respeto y la voluntad de servir hagan parte de la actuación y la interrelación entre los funcionarios y la ciudadanía.

Así las cosas, amanecerá y veremos.