martes, 18 de julio de 2023

Lo que nos deja el comunismo

Luis Alfonso García Carmona
Por: Luis Alfonso García Carmona

La inconsciencia colectiva y la ausencia de sólidos valores en la clase dirigente llevan con frecuencia a las naciones al abismo materialista y totalitario del régimen comunista.

Fue lo que acaeció en Colombia el pasado año a pesar de las públicas amenazas del Foro de Sao Paulo, desatendidas por gobernantes y dirigentes políticos, más interesados en su perpetuación en el poder que en la suerte de sus coterráneos.

Se entregó el poder a una camarilla ajena a los más elementales principios éticos, obnubilada con la implantación de las doctrinas marxistas-leninistas, sin importar los medios que haya que utilizar ni las consecuencias de anarquía, miseria y esclavitud que sobrevendrán necesariamente a la población bajo su yugo.

Comenzó con la decapitación de la cúpula militar para devastar su capacidad operativa, mientras se arman grupos irregulares de vándalos y sicarios bajo los remoquetes de guardias campesinas e indígenas o gestores de paz, como ha ocurrido en otros pueblos que han caído bajo el dominio comunista.

Todo un programa de beneficios a los cultivadores de coca e impunidad para vándalos, terroristas, políticos corruptos y narcotraficantes que apoyaron la campaña petrista a la Presidencia se ha puesto en marcha, cobijado con el engañoso lema de la “paz total”.

Con las reformas tributaria, laboral y pensional, y los proyectos contra la explotación de hidrocarburos y a favor de la expropiación, sólo cabe esperar la destrucción del sector empresarial y el advenimiento del desempleo, la miseria y el caos social que han caracterizado los sistemas comunistas.

Pero si esto es lo que se ha podido vislumbrar en el primer año del régimen totalitario del camarada Petro, todavía nos espera lo peor. Con el pretexto de las negociaciones de paz con los narcoterroristas del ELN, se está entregando el futuro de la patria al totalitarismo comunista, a espaldas del pueblo colombiano y, lo que es más grave, con la complicidad de la clase política.

Ya Petro creó, por pedido del ELN, la Comisión Nacional de Participación, “para recoger, sistematizar y presentar las propuestas de la sociedad civil que deben ser acogidas de manera automática y vinculante por la mesa de negociación”.

Y, ¿quiénes son los que representan a la sociedad civil? Pues 70 grupos o colectivos de orientación marxista-leninista, entre los cuales se encuentran Fecode, Comando Nacional Unitario, Mesa Permanente de Concertación Indígena, dos frentes de la Primera Línea, personas privadas de la Libertad, y otras “juntanzas” por el estilo, y unos 10 representantes del Gobierno, el Congreso y los gremios que servirán de comodines para dar apariencia de neutralidad a este contubernio del “yo con yo”.

Como certeramente anota el filósofo Alfonso Monsalve Solórzano: Lo que recomienden será asumido por la mesa de negociación y convertido en ley de la república o norma constitucional, como sucedió con las FARC. El cambio de nuestro modelo de Estado impuesto por la puerta de atrás. Y un proceso de negociación con reconocimiento político es lo que también se nos viene con el Estado Mayor Central y la Segunda Marquetalia. Y reforzado con la presencia de cien mil mercenarios pagados por Petro con el dinero de los colombianos, para que «no maten»”. (http://www.lalinternaazul.info/2023/07/16/doxa-solipsismo/)

No es ahora el momento para quejarse o llorar sobre la leche derramada. Es la hora de la unión de los colombianos de bien, de los que aún creemos en la libertad y en los principios cristianos y los valores democráticos que dieron origen a nuestra nacionalidad. Debemos unirnos en una sola voluntad, dejando a un lado el egocentrismo y el afán de protagonismo para que formemos una gran fuerza pluralista, independiente de la cuestionada clase política y dispuesta a luchar por la salvación del país. Una fuerza a la que podríamos llamar “Colombianos al rescate”.

Su primer objetivo debe ser apoyar el juicio político para destituir a Petro, con fundamento en la denuncia presentada por el jurista José Manuel Abuchaibe ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, por violación de los topes financieros de la campaña electoral señalados por la ley. Cumplida esta tarea, debemos prepararnos en los próximos 3 años para recuperar el poder, archivar las funestas iniciativas del régimen comunista y rescatar nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestra Nación, de las garras del lobo con piel de oveja que se apropió fraudulentamente del poder.