martes, 4 de julio de 2023

De cara al porvenir: compañeros de viaje

Pedro Juan González Carvajal
Por Pedro Juan González Carvajal

A uno le toca en suerte la familia que le corresponde. Uno selecciona a su pareja. Además, la vida le va presentando opciones y escoges a tus amigos. En el mundo académico te corresponde interactuar con muchos compañeros, profesores y personal administrativo y cosa semejante ocurre en el mundo laboral.

Sin embargo, hay personas que van apareciendo dentro de tu transcurrir cotidiano y debido a los pequeños ciclos, a las frecuencias, a las rutinas, a los hábitos y a las costumbres, se van estableciendo relaciones informales de saludo, de transacción o simplemente de paso que de alguna manera rodean tu vida de pequeñas o grandes ayudas y colaboraciones al satisfacer muchas de las necesidades, antojos o vivencias que se dan en el día a día.

La sola posibilidad de un saludo y una sonrisa puede cambiar el semblante de todo un largo día.

Yo he sido particularmente afortunado y me he encontrado con proveedores, amigos que me han acompañado en un gran trayecto de mi vida. Imposible mencionarlos a todos y de antemano mis disculpas si cometo injustas omisiones por lamentables olvidos. Hablaré de funciones y no de personas, pero con todo el afecto y la gratitud de mi alma.

Cómo no agradecer la presencia de porteros, vigilantes y personal de oficios varios y jardineros de los lugares de vivienda, de estudio y de trabajo. Mi reconocimiento para la señora que apoya en el servicio doméstico. Imposible no reconocer la diligencia y oportunidad de aquellos expertos en arreglar daños domiciliarios de todo tipo y que nos sacan de verdaderos enredos. A quienes realizan el mantenimiento de los electrodomésticos, gasodomésticos, acuarios y jardines. Como no recordar a nuestro gran confidente, el asesor tributario. Al mecánico, al sastre, al peluquero, al zapatero, al carnicero, al vendedor de frutas y verduras, al aprovisionador de aguacates, al técnico que repara el bendito computador cuando le da por dañarse en medio de un trabajo encarretador. Imposible subsistir sin nuestro médico de cabecera y los distintos especialistas, así como nuestro odontólogo. Mención especial para mi secretaria, la señora del servicio en la oficina y para el mensajero.

Los cajeros de los bancos, los maîtres (meseros) que se vuelven conocedores de los gustos y cómplices de los ocasionales excesos gastronómicos. A quienes atienden en los almacenes que frecuentamos y van conociendo nuestros gustos y preferencias a fuerza de costumbre. Las secretarias de las oficinas que periódicamente visitamos y que amablemente nos atienden y dan información apropiada. En mi caso a los veterinarios que atienden a mis mascotas con profesionalismo y delicadeza. Las cajeras y empacadores de los supermercados. La persona que nos atiende en la charcutería. El señor del puesto de revistas y periódicos, el embolador, los instaladores de cortinas y los que lavan los tapetes, la persona que atiende la farmacia, nuestro librero siempre pendiente de las últimas novedades, el asesor de seguros, entre un sinnúmero de humanos que nos facilitan la vida y la hacen más llevadera.

Soy un verdadero admirador de los artes y de los oficios y considero que en nuestro entorno cultural no los hemos sabido valorar adecuadamente.

Sin distingos de ninguna clase, este conjunto de hombres y mujeres se han convertido en parte de mi familia ampliada.

Además, seres a quienes no distingo por su nombre pero que valoro y respeto como garantes de mi tranquilidad: soldados, policías, agentes de tránsito, bomberos, jueces, sacerdotes, entre otros.

Humanos que, desde lo cultural, lo deportivo y lo artístico me entretienen y me permiten desfogar mis tensiones: futbolistas, cantantes, actores, pintores, escritores, poetas, escultores, etc.

A aquellos que se han convertido en verdaderos servidores públicos y que hacen con su labor, que mi lugar de residencia sea amable y digno.

A todos y cada uno de ellos mi reconocimiento por hacer de la vida y de mi paso por el planeta, una experiencia más llevadera.