lunes, 24 de julio de 2023

Buscando el ahogado aguas arriba

Luis Alfonso García Carmona
Por: Luis Alfonso García Carmona

No es el momento de llorar sobre la leche derramada, como anotábamos en columna anterior. Pero sí es preciso identificar en qué nos seguimos equivocando, para adoptar un rumbo que nos conduzca de manera eficaz a la derrota del espurio régimen Petrista y al rescate de los valores que han caracterizado nuestra cultura.

Nos enfrentamos a una batalla cultural, no a una simple confrontación partidista

Todavía, a pesar de las contundentes realidades que muestran a las claras que en Colombia está en marcha la estrategia del Foro de Sao Paulo para convertirnos en otro país esclavo del comunismo castro-chavista, algunos siguen pensando –y actuando– como si nos encontráramos en un libre juego democrático entre los amigos y los enemigos de Petro.

En consecuencia, la única propuesta que se les ocurre para rescatar a Colombia del abismo en que está sumida es ganar las próximas elecciones regionales, en las que no se define el futuro del país sino la elección de gobernadores, alcaldes, concejales y diputados departamentales.

Si existiera un monolítico movimiento comprometido en la salvación de Colombia, con una adecuada organización capaz de seleccionar candidatos coherentes con ese objetivo, habría un mínimo de esperanza. Pero la experiencia nos indica que, a partir de la Constitución de 1991, los partidos fueron reemplazados por empresas electoreras, que permiten a cualquiera que esté interesado en acceder al manejo de los presupuestos, contratos y de la burocracia estatal, conseguir el aval de cualquier partido para satisfacer sus apetitos de poder. Ningún papel tiene ni la ideología ni la coherencia doctrinal del candidato.

Cunde una supina ingenuidad en quienes suponen que no se repetirá el fraude por cuenta de la Registraduría, bajo la presión de la camarilla comunista instaurada en el poder. La compra de votos, la coacción armada en gran parte del territorio nacional, los oscuros manejos en los softwares empleados para el conteo de votos a espaldas del pueblo, la violación de los topes de gastos en las campañas y todos los artilugios utilizados en las campañas para el Congreso y la Presidencia volverán a arrojar los resultados que convengan al régimen de la extrema izquierda.

Derrocar el espurio régimen es el prioritario objetivo

Es prácticamente imposible cambiar la funesta orientación política que está destruyendo a Colombia, mientras permanezca Petro, o su vicepresidente, al frente del Ejecutivo. Si la Constitución del país brinda la oportunidad de destituir a presidente por indignidad para ejercer el cargo, todos a una, como en Fuenteovejuna, deberíamos apoyar la denuncia formulada por el jurisconsulto José Manuel Abuchaibe ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes por violación de los topes de gastos fijados por la Ley en la campaña por la Presidencia.

Es bien significativo el hecho de que multitud de ciudadanos comunes y corrientes se han solidarizado con este juicio político para derrocar a Petro, mientras que los dirigentes políticos de partidos que dicen estar en oposición guardan sospechoso silencio frente al tema. ¿Es que existe algún oscuro pacto con el sátrapa para no hacerle daño?

No desconocemos las dificultades que la fórmula del juicio político encierra, dado el nivel de corrupción de nuestra clase política. Hacia el futuro debemos acometer la reforma a fondo de nuestro sistema político para corregir las falencias de nuestra débil democracia.

Pero es fundamental ahora enfrentar con decisión el objetivo prioritario de derrocar al tirano para eliminar el primer obstáculo en la reconstrucción de nuestra sociedad.

No busquemos el ahogado río arriba. Apliquemos el sentido común y echemos mano de las herramientas que nos otorga la Constitución. Después será el momento de reestructurar toda nuestra organización política para erradicar de ella la corrupción, la compra de votos, el fraude electoral y el remedo de la democracia.