martes, 9 de mayo de 2023

De cara al porvenir: unos mueren, otros viven

Pedro Juan González Carvajal
Por Pedro Juan González Carvajal

Con unos 6 decenios de retraso, por fin estamos comenzando a ver que algunos de los proyectos de infraestructura asociados a las llamadas vías 4G, o Autopistas de la Prosperidad, van siendo entregadas casi totalmente concluidas, sabiendo de antemano que una vía requiere de algún tiempo de “asentamiento” para su operación normal.

Nos damos cuenta, ante la evidencia contundente, de lo atrasados que estábamos en términos de infraestructura vial y que antes era pedirle mucho al Estado, en el sentido de tener una verdadera presencia territorial, lo cual demuestra que sin movilidad no hay posibilidad de democracia.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que como ante cualquier actividad humana, las decisiones tomadas favorecen a unos y pueden desfavorecer a otros.

En el caso de Antioquia con sus 125 municipios agrupados alrededor de 9 subregiones, el ejemplo es contundente. Un municipio tradicional se conecta al mundo gracias a una carretera principal que le atraviesa o que pasa por un costado de sus límites urbanos.

Si tomamos por ejemplo la nueva vía a Urabá, que está en un alto porcentaje de avance, vemos por ejemplo que algunos municipios otrora visibles, posiblemente entrarán a un proceso de arrinconamiento y de estancamiento profundo, si no se toman medidas para contrarrestar los efectos del cambio de ubicación de la “carretera principal”, lo cual los aislaría del flujo vehicular de donde depende su subsistencia.

Si salimos de Medellín hacia el mar de Urabá, que es uno de nuestros principales sueños históricos, en pasos grandes vemos que los desarrollos viales presentes y futuros han anulado el paso obligado por la cabecera municipal de San Jerónimo, Sopetrán, Santa Fe de Antioquia, y hasta ahí todo más o menos normal. Pero seguimos adelante y nos encontramos con el aislamiento de Giraldo, Cañas Gordas, Uramita, Dabeiba y Mutatá, y la cosa se va complicando pues la vía no pasa tan cerca como la vía tradicional en la actualidad, lo cual afecta las dinámicas sociales, económicas y políticas de estos territorios.

Más adelante Chigorodó, Carepa, Apartadó, Turbo, Necoclí y Arboletes van comenzando a sentir el impacto positivo de una más fácil integración con la capital del departamento, y aun cuando las vías no pasan por sus cabeceras, pero sí por sus costados, ven aumentar el flujo de vehículos y obviamente de viajeros que hacen transacciones, proveen recursos y consumen servicios.

Una vez entren a operar los nuevos puertos, es de esperarse que se incremente el flujo vehicular de carga, con todas las exigencias asociadas a la cadena logística que debe ser desarrollada y ubicada en el trayecto hacia y desde Medellín y otras ciudades colombianas.

Entender las vocaciones económicas tradicionales y proponer nuevas alternativas vocacionales es un trabajo que debe comenzar desde ya si no queremos ser testigos de desplazamientos poblacionales hacia Medellín y otros municipios cuando la situación económica comience a deteriorarse en los que no fueron impactados positivamente por las nuevas rutas de las nuevas vías.

La movilidad propiciada por la infraestructura, potencia la movilidad social y la movilidad económica.

Estas se pueden dar de manera espontánea, con todos sus beneficios y costos, o puede ser planificada, en teoría con más beneficios que costes.

Bajo otra perspectiva y en otra región, los municipios beneficiados por las regalías provenientes de la entrada en operación de Hidroituango y ante la transformación de parte de su escenario geográfico y su territorio por el impacto del reacomodo de las aguas del embalse, deberán plantear proyectos que garanticen el buen uso de estos nuevos recursos, ya que algunos de ellos enfrentarán un proceso semejante al que vivieron El Peñol y Guatapé hace varios quinquenios, cuando comenzaron a tener posibilidades turísticas gracias al embalse. Estos municipios son: Briceño, Buriticá, Liborina, Santa Fe de Antioquia, San Andrés de Cuerquia, Toledo, Puerto Valdivia, Yarumal, Sabanalarga, Olaya, Peque y obviamente Ituango.

Estos son otros temas que deberán ser tenidos en cuenta en las discusiones y propuestas que presenten los candidatos a la Gobernación de Antioquia y a las alcaldías de los municipios implicados.