Por Epicteto, el opinador
“En
consecuencia, el hombre que miente voluntariamente es impío, en cuanto que al
engañar comete injusticia.” (MARCO AURELIO, Meditaciones)
Resultaría
de utilidad que aquellos que todavía se encuentran in albis sobre la
caótica situación en que se ha sumido nuestro país desde el pasado 7 de agosto,
leyeran la excepcional columna “Del caos provocado al autogolpe”, de
José Alvear Sanín, Director de La Linterna Azul (http://www.lalinternaazul.info/2023/03/27/del-caos-provocado-al-autogolpe/),
donde se retrata de manera magistral la verdadera dimensión de la
catástrofe que padece el pueblo colombiano.
Aunque poco
más hay que agregar, quisiera resaltar que no vivimos en el régimen de la “paz
total”, que con bombo y platillos anuncia el gobierno del camarada Aureliano,
sino en el de “La mentira total”.
Por
supuesto, no se busca con este invento mejorar la seguridad de los colombianos
en sus personas o en sus bienes. Por el contrario, ahora estamos peor que en
los gobiernos anteriores. Es simple y llanamente la respuesta a las promesas de
impunidad absoluta con las que Aureliano consiguió el apoyo de los delincuentes
encarcelados en La Picota a quien visitó su hermanito, de los vándalos
de la Primera Línea, para quienes está pidiendo libertad, de los narcos
a quienes se les blindó su sucio negocio prohibiendo fumigar las plantaciones y
otorgando subsidios a los cocaleros, de los terroristas del ELN con los
que está negociando un acuerdo como el espurio pacto de La Habana, de los disidentes
de las FARC, de los mafiosos del Clan del Golfo y, en suma, de todos
los criminales de Colombia.
Mientras
tanto, continúan las masacres, el asesinato de líderes sociales y de agentes de
la fuerza pública, ¿En qué país del mundo se le ordena a un soldado o a un
policía dejarse secuestrar y humillar sin poder defenderse? Sólo en Colombia,
aunque con vergüenza tengamos que reconocerlo. Lo que aquí ha ocurrido no tiene
parangón. Mientras asesinan a un policía, el Gobierno prohíbe auxiliar a los
agentes secuestrados por una turba y uno de los ministros de Aureliano califica
a los secuestradores como un “cerco humanitario”. En otras palabras, quien
gobierna es el binomio marxismo - narcoterrorismo.
La mentira
total
salta a la vista en todas las actuaciones del régimen. Todas las críticas o
protestas son respondidas con falacias, embustes, engaños de la peor laya. No
podría ser de otro modo, pues se está cumpliendo a cabalidad con el funesto mandato
del Foro de Sao Paulo. Hay que perseguir a los opositores, desmoralizar las
fuerzas militares, poner contra la pared a los empresarios, pauperizar a la
población para que se torne dependiente del Estado comunista, controlar con
sobornos al Congreso y a los medios masivos de comunicación, incrementar los
impuestos y gastar desmedidamente los recursos fiscales para generar inflación,
meterle la mano al sistema de salud y a las pensiones, aumentar los costos
laborales y destruir toda le economía para después justificar las
expropiaciones y la imposición de una “república bolivariana” al estilo
castro-chavista. Mientras tocamos fondo, hay que mentir, mentir y mentir para
adormecer los espíritus, y sobornar, sobornar y sobornar a los inescrupulosos para
que cambian su apoyo por el vil metal o por un ministerio.
Leamos a
Alvear Sanín, de los pocos colombianos que se atreven a enfrentar la mentira
total con la verdad total y recordemos la sabiduría de Marco Aurelio
en momentos en que la injusticia y la maldad se quieren apoderar de nuestra
querida Colombia.