Por John Marulanda
Los errores son permanentes. Los
terroristas de la primera línea, la dirección del ICBF, los aviones franceses, el
anuncio a los cocaleros del Catatumbo, el arribo de armas largas desde México y
Brasil, y ahora el desmentido del ELN al decreto presidencial del 31 de diciembre
del 2022, parecen marcar un nuevo rumbo de improvisación, incertidumbre y falta
de seriedad en este 2023. Algo muy parecido a la situación actual de Bolivia. Veamos.
Los departamentos de la Media Luna
Oriental, Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz, un tercio del territorio nacional, con
casi la mitad de los habitantes del país y el origen de 70 % de la producción alimentaria,
están en rebeldía. La primera vez que visité Santa Cruz de la Sierra comprobé la
vitalidad y exuberancia de los “Cambas”, por oposición a la falsa mansedumbre de
los “Collas” andinos, etnia a la que pertenece el inca Morales.
El disparador del vandalismo en Santa
Cruz y en Cochabamba, ha sido el arresto del gobernador Luis Fernando Camacho, quien
logró defenestrar a Morales en noviembre del 2019, esgrimiendo una biblia y una
carta de renuncia presidencial redactada por él mismo. Tuvo el apoyo militar. Como
en Perú. Tres años después, el pasado 29 de diciembre, Camacho fue sentenciado por
un juez de Instrucción Penal Cautelar por Rebelión I (Jeanine Añez fue condenada
a 10 años por Rebelión II).
Y la motivación fue el anuncio inicial
del gobierno de que el censo poblacional se haría este año, para luego decir que
sería en 2023 y después posponerlo para 2024. Todo para ocultar el fraude cuando
en septiembre de 2009, una delegación de jóvenes venezolanos chavistas inscribió
en quince días a 1.100.000 nuevos votantes: habría más votantes que habitantes.
El ex presidente “Tuto” Quiroga dijo
que el presidente Arce “se presta para lavar la cara del fraudulento que se fugó”
en referencia a Morales; la diputada Ma René Álvarez, aclaró que la detención de
Camacho es un atentado a la libertad y la democracia de todo el país; Rómulo Calvo,
líder cruceño, le exigió al presidente que libere al gobernador para “evitar
la innecesaria confrontación que su Gobierno pretende instalar”; los líderes
cívicos consideraron que la detención del gobernante fue una "transgresión
abusiva, ilegal y arbitraria, socialmente inaceptable y moralmente repudiable".
El partido de Camacho aseveró que su detención expone al país a una “gravísima
situación de violencia” con “insospechadas consecuencias” para el Gobierno.
“Estamos enfrentando el gravísimo peligro de convertirnos en un Estado donde
prevalezca la dictadura, el abuso y la violencia con un Gobierno que busca imponerse
con el terrorismo de Estado”, advirtió la agrupación política Creemos. ¿Suena
familiar?
Según Arce, su modelo económico,
“social, comunitario y productivo” es la envidia de todos los países vecinos,
menos de Colombia, aunque para allá vamos. Y ni qué decir de Cuba, Nicaragua, ni
de Venezuela. En Colombia, pareciera estar imponiéndose una izquierda que no entiende
la “nueva realidad” económica que rechaza el marxismo-leninismo fosilizado, aunque
efectivo. México oficia de depositario de los líderes de la izquierda latinoamericana.
Recordemos que hacia allá se dirigía el peruano Castillo hace pocas semanas y con
60 años de violencia interna y como primer país productor mundial de cocaína, el
caso de Colombia es emblemático para toda la región. FARC y ELN, campean impunes
en territorios de minería ilegal y narcotráfico en Venezuela y en la frontera binacional.
Y aunque el “protector” del Táchira ha jurado asegurar este límite, la situación
tiende a agravarse.
Adendo: cantinflescas las explicaciones del mingobierno Prada
esta mañana sobre el trino del presidente del alto al fuego bilateral, desmentido
por el ELN.