Por José Leonardo Rincón, S. J.*
El
inicio de un nuevo gobierno y, más este, genera expectativas que se mueven desde
la preocupación, la ansiedad y la incertidumbre, hasta la esperanza de que al pais
le vaya bien y la alegría de ver sus primeros aciertos.
Indudablemente,
un pacto histórico, como se le ha denominado, como pacto no deja de ser frágil,
conociendo los antecedentes de sus compromisarios, entre los cuales hay de
todo, desde exguerrilleros y comunistas radicales hasta la rancia clase política
bipartidista tradicional, pasando por reconocidos politiqueros, auténticos
camaleones que se mimetizan según el terreno que pisan. Todos ellos,
curiosamente, se subieron en el bus de la victoria, unos cuando vieron que rodaba
rápido y los otros cuando declinaron ser oposición. Me imagino el berenjenal de
la repartición de cuotas. Esa coalición frágil efectivamente será histórica si
se mantiene, si no, caerá cual castillo de naipes.
Con
todo, no se puede negar que ha habido un número importante de nombramientos que
mandan señales de esperanza. Nuestro exalumno berchmans José Antonio Ocampo, generó
un parte de tranquilidad desde la estratégica cartera de Hacienda. Fue un
primer respiro importante y un mensaje de alivio en medio de un contexto global
económico muy complejo. Personalmente, me ha alegrado saber que a su lado hay
dos profesores javerianos reconocidos no solo por su alta competencia
profesional sino también por sus calidades éticas: Gonzalo Hernández, en el
viceministerio técnico y Luis Carlos Reyes al frente de la DIAN. El primero era
nuestro director de investigación y el segundo el director del observatorio
fiscal.
Supimos
en estos días del nombramiento de Cesar Ferrari en la Dirección del DNP y nuestra
alegria no fue poca. César, además de contar con una aquilatada hoja de vida
académica y profesional, es un hombre ético y así lo pueden corroborar sus
estudiantes javerianos. Peruano de nacimiento, nacionalizado colombiano, conoce
como pocos nuestra realidad del país y prestará un excelente servicio.
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De Álvaro Leyva sabemos de su pasión de antaño por la paz y desde su cartera de
relaciones exteriores seguramente buscará que Colombia en el contexto
internacional sea ahora reconocida como un país de paz.
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Un primo muy cercano trabajó al lado de Cecilia López, la nueva ministra de Agricultura,
y de ella y sus capacidades me ha dado siempre las mejores referencias.
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De Patricia Ariza en Cultura se oyen los mejores comentarios por parte de
quienes han sido sus colegas en el medio. Es importante siempre que estos retos
sean asumidos por conocedores del tema.
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Alejandro Gaviria en educación, después de ser rector de Los Andes, genera
positivas expectativas.
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Ivan Velásquez, en Defensa, suscita controversia, pero es clara su rectilínea
posición frente a los no-negociables en materia de derechos humanos y lucha
anticorrupción, dos temas hoy día tan sensibles como ineludibles.
Aquí
ha habido aciertos y yo los comparto. Para mi son señales de esperanza en medio
de tanta desazón y desencanto. No hablo de los otros ministros porque o no los
conozco o solo tengo referencias vagas. Lo que sí es claro es que el país
necesita funcionarios cualificados y honestos. Un descache sería no solo
desalentador sino escandaloso y el palo no está para cucharas. Se necesita
igualmente durabilidad y estabilidad en estos servicios al país. Por lo pronto seguimos
atentos a la conformación del equipo y a que el presidente trabaje en equipo,
un reto nada fácil pero absolutamente necesario.