viernes, 17 de junio de 2022

De tumbo en tumbo la candidatura del comunismo

Luis Alfonso García Carmona
Por Luis Alfonso García Carmona*

La difusión de los espeluznantes videos que develaron la sucia estrategia de la campaña “petrista” ha marcado un punto de inflexión en la carrera por el poder.

Mientras el ingeniero Hernández continúa imperturbable su proverbial tarea de hablarle en forma sencilla pero directa al pueblo colombiano, por las toldas del exguerrillero campea el desconcierto. Uno de sus cerebros, el senador Roy Barreras calificó al hermano de Petro de ser un “g…” por haber ido a La Picota a negociar con delincuentes, y manifestó su disgusto por tener que ir a una emisora a explicar lo inexplicable.

Con la colaboración de influenciadores prepagos tratan de desviar la atención del electorado con cualquier tema, pero cada vez crece más la ola de indignación por los vergonzosos métodos utilizados contra sus oponentes y las execrables actuaciones de lo que ahora llaman el Pacto de La Picota.

Al bombazo que significó la aparición de los “petrovideos” se suman las infames amenazas de la hija de Petro y de los estudiantes de la U. Pedagógica, la Nacional y la Distrital que, junto con los vándalos de la Primera Línea de Bogotá, Cali y Bucaramanga, están aterrorizando al país con la destrucción de las ciudades y con violentos disturbios más sangrientos que los promovidos por Petro, el incendiario, el pasado año. Lo único que han logrado con tan tenebroso reto es alentar la unión de los ciudadanos honestos y trabajadores, que constituyen la mayoría de este país, para salir a defender pacíficamente con su voto el derecho a vivir en paz y a trabajar por su bienestar y el de sus familias.

Como si lo anterior fuera poco, se descubre ahora en Popayán el asesinato del líder indígena Jesús Antonio Montaño, quien pocos días antes de su muerte denunció a Petro como aliado de las FARC y de otras organizaciones criminales que están obligando a las comunidades indígenas a votar por Petro. ¿Aceptaremos los colombianos tanta ignominia por parte de quien se cree por encima de la ley? ¿Es de esta manera como pretende ganar las elecciones el candidato del Foro de Sao Paulo, de las FARC, del ELN y de los dictadores Maduro, Ortega y Díaz-Canel?

Simultáneamente se conoce en Medellín el video de unos párvulos de 3 a 4 años coreando en el aula escolar el nombre de Petro bajo la dirección de sus maestros. Mientras los padres y madres confían en que están recibiendo la enseñanza de valores y principios que los conviertan en buenos ciudadanos, aprenden a adular a un asesino, violador, secuestrador y terrorista. ¿Es este el país que queremos para nuestros hijos? No podemos consentir que hasta la inocencia de los niños se convierta en instrumento electoral.

Toda la verdad está saliendo a la luz. Los escándalos de los pactos secretos con criminales, las andanzas de Piedad Córdoba en el trasteo de dólares, las falsas promesas para captar incautos, la rastrera campaña de desprestigio a los oponentes y toda la farsa de la extrema izquierda, evidencian que la campaña del exguerrillero va de tumbo en tumbo hasta su derrota final.

Está en nuestras manos evitar la llegada de criminales de esta laya al poder. ¡Por Colombia, todos podemos hacer más!