Por Luis Alfonso García Carmona*
La difusión de los
espeluznantes videos que develaron la sucia estrategia de la campaña “petrista”
ha marcado un punto de inflexión en la carrera por el poder.
Mientras el
ingeniero Hernández continúa imperturbable su proverbial tarea de hablarle en
forma sencilla pero directa al pueblo colombiano, por las toldas del
exguerrillero campea el desconcierto. Uno de sus cerebros, el senador
Roy Barreras calificó al hermano de Petro de ser un “g…” por haber ido a La
Picota a negociar con delincuentes, y manifestó su disgusto por tener que ir a
una emisora a explicar lo inexplicable.
Con la colaboración
de influenciadores prepagos tratan de desviar la atención del electorado
con cualquier tema, pero cada vez crece más la ola de indignación por
los vergonzosos métodos utilizados contra sus oponentes y las execrables
actuaciones de lo que ahora llaman el Pacto de La Picota.
Al bombazo que
significó la aparición de los “petrovideos” se suman las infames amenazas
de la hija de Petro y de los estudiantes de la U. Pedagógica, la Nacional y
la Distrital que, junto con los vándalos de la Primera Línea de Bogotá, Cali y
Bucaramanga, están aterrorizando al país con la destrucción de las ciudades
y con violentos disturbios más sangrientos que los promovidos por Petro,
el incendiario, el pasado año. Lo único que han logrado con tan tenebroso reto
es alentar la unión de los ciudadanos honestos y trabajadores, que constituyen
la mayoría de este país, para salir a defender pacíficamente con su voto el
derecho a vivir en paz y a trabajar por su bienestar y el de sus familias.
Como si lo anterior
fuera poco, se descubre ahora en Popayán el asesinato del líder indígena Jesús
Antonio Montaño, quien pocos días antes de su muerte denunció a Petro como
aliado de las FARC y de otras organizaciones criminales que están obligando
a las comunidades indígenas a votar por Petro. ¿Aceptaremos los colombianos
tanta ignominia por parte de quien se cree por encima de la ley? ¿Es de esta
manera como pretende ganar las elecciones el candidato del Foro de Sao Paulo,
de las FARC, del ELN y de los dictadores Maduro, Ortega y Díaz-Canel?
Simultáneamente se
conoce en Medellín el video de unos párvulos de 3 a 4 años coreando en el
aula escolar el nombre de Petro bajo la dirección de sus maestros. Mientras
los padres y madres confían en que están recibiendo la enseñanza de valores y
principios que los conviertan en buenos ciudadanos, aprenden a adular a un
asesino, violador, secuestrador y terrorista. ¿Es este el país que queremos
para nuestros hijos? No podemos consentir que hasta la inocencia de los niños
se convierta en instrumento electoral.
Toda la verdad está
saliendo a la luz. Los escándalos de los pactos secretos con criminales, las
andanzas de Piedad Córdoba en el trasteo de dólares, las falsas promesas para
captar incautos, la rastrera campaña de desprestigio a los oponentes y toda la
farsa de la extrema izquierda, evidencian que la campaña del exguerrillero va
de tumbo en tumbo hasta su derrota final.
Está en nuestras
manos evitar la llegada de criminales de esta laya al poder. ¡Por Colombia,
todos podemos hacer más!