Por Santiago Cossio*
Sostener una empresa requiere capital, tiempo, conocimiento
y riesgo. Solo pensar en los trámites iniciales ya es bastante agobiador. Cómo muchos
no tienen el capital toca recurrir al costoso crédito privado para ponerlo a trabajar.
Emprender implica sacrificio, empeño y muchas horas de dedicación. Poner los bienes
y servicios al pueblo es un gran logro y poder competir en el mercado es un gran
reto.
Para vender se necesitan campañas publicitarias: vallas, volantes,
cuñas radiales, comerciales de tv, etc. Hoy veo con preocupación más publicidad
de los políticos que de las empresas. ¿Cuándo se volvió mejor negocio el sector
público, que el sector privado?
Para formular esta hipótesis parto de creer que ninguna empresa
en Colombia tiene hoy la capacidad de inversión publicitaria de lo que gasta un
político.
Las vallas, cuñas radiales, llamadas telefónicas, pastelitos,
afiches, volantes, marketing digital, pasacalles, comerciales de tv, camisetas,
gorras, sancochos y conciertos son el pan diario de los políticos.
¿De dónde sacan más plata los políticos que el sector privado
para una campaña comercial?
El ser político debería ser por amor a la humanidad y no por
amor al poder o al dinero.
El sector público se vanagloria de autodenominarse honorable.
Honorable senador, honorable magistrado etcétera, pero mucha gente, que hace parte
de una construcción social, también debería llamarse honorable. Los que trabajan
recogiendo las basuras de todos, los maestros, los de la Cruz Roja, defensa civil,
scouts, concejos de cultura, etcétera, también son honorables.
Volviendo al tema, qué nos dice una valla política con una foto
y un nombre: nada. Con eso no sabemos si es buena o mala persona, ni con eso sabemos
sus propuestas. Hoy las vallas de políticos están regadas por todo el territorio
nacional. Un empresario va a poner una sola valla y es mucho lo que se tiene que
apretar y eso precisamente es lo que me preocupa.
Hagamos una sumatoria de lo que vale una campaña política contra
lo que se recibe después en forma de salarios. Las inversiones publicitarias son
mayores a lo que ganan y eso levanta ya sospechas. Y pasa en todo el sistema político.
También veo que con los altos salarios no se ha evitado la corrupción.
Senadores en la cárcel, zar anticorrupción en la cárcel por corrupción, magistrados
de la corte vendiendo fallos. Todos tienen buenos salarios y esto no ha detenido
la corrupción. El cambio cultural comienza con un cambio de mentalidad colectiva
dónde guiados por la moral y la ética se recompone incluso el sistema político.
PD. Ojalá algún día se pensara en la política sin rostro. Que
evaluemos los candidatos por sus propuestas y no por su cara o apellido.
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