No puedo dejar de pensar en el resultado de las elecciones
a la Presidencia de la República, tanto la del 29 de mayo, como en la
definitiva de junio 19, fechas cruciales para la democracia, entendida esta
como aquella en la que los ciudadanos son libres, escogen la profesión, arte u
oficio que quieran, se tiene libertad de movimiento, el emprendimiento se
acepta y valora, se respeta la ley, el orden y hay disciplina social, se genera
empleo a través de la existencia de empresas que promueven y empujan el
crecimiento económico, y todos valoramos a los empresarios que son los que con
sus ideas, patrimonio, persistencia y creatividad mantienen viva la economía.
Me dirán ustedes que estoy hablando de otro país, que eso
no es Colombia y yo con respeto y cariño les digo que ese es el país al que le
debemos apuntar, en el que la vida en los municipios colombianos grandes o
pequeños sea generador de vida, de negocios, prosperidad y respeto por los
derechos ajenos. Esto se logra única y exclusivamente si mantenemos la
democracia y damos el salto que se requiere para crecer armónicamente, es decir,
que derrotemos la pobreza y tengamos salud, recreación, opciones de vivienda,
obviamente empleo y sobre todo que cumplamos con la ley, la respetemos y
acojamos porque creemos en ella, confiamos y aceptamos, ahí sí, sus fallos.
Expreso un grito desesperado para que LAS MAYORÍAS
SILENCIOSAS, las que, siendo colombianas, no se pellizcan. Las invito a que
comprendan que su voto, su apoyo es importante. No se podrán lamentar más tarde
de las atrocidades que vivirán y lo que hará con nuestra apreciada democracia. Entiendan
la importancia de esta elección, que no es cualquier cosa, está en juego el
futuro de nosotros, los hijos, la familia y la prosperidad. Esa mayoría hace la
diferencia en la votación, y hace parte de ella el amigo, el vecino, hijo,
esposa, los que están a nuestro alrededor, esos que a diario comparten en el
trabajo y los deportes, ilusiones y sueños. Aquellos que luchan por la
subsistencia de la familia y no se tocan, piensan que el problema es de los
otros, no señores, ustedes que hacen parte de las mayorías silenciosas deben
comprender que los países entran en deterioro porque ustedes no reflexionan ni
toman decisiones de fondo. Por ello, este grito desesperado es para que
despierten y salgan con alma, con sensates y responsabilidad a votar. La
democracia sabrá agradecerles, al vencer a los populistas, mentirosos e
ineptos.
Invito a las mujeres en general, a las que estoy viendo con
alegría que están hoy en las calles trabajando, expresando su opinión y
aportándole al debate, que demuestran su apoyo al candidato Federico Gutiérrez,
para que además llamen, convenzan a las mujeres cabeza de familia que hoy son
otra gran mayoría para que comprendan que, sin trabajo, sin opciones, no abra
vida ni estabilidad para ellas y sus hijos. Ánimo mujeres colombianas, ustedes
son el bastión de la familia, de la disciplina y el orden.
Los pensionados que hoy reciben su mesada porque trabajaron
toda su vida y a los actuales trabajadores que hoy tienen sus aportes a la
vejez en los fondos privados o en Colpensiones, los invito a que también entiendan
que su dinero, esa estabilidad futura está en juego; deben tomar decisiones en favor
de la democracia y votar en contra del populismo y su líder Gustavo Petro.
Salgan a votar masivamente, escuchen este llamado de la patria.
Invito a los colombianos, a que dejemos por una sola vez las diferencias, rencores y animadversiones y pensemos colectivamente para
defender lo que hemos construido en 212 años, tiempo en el que con errores,
guerras civiles, violencia, asesinatos, muertes, secuestros, narcotráfico y terroristas
en el Congreso, se ha venido construyendo un país para todos, que aún no se
percibe el resultado final, pero se verá si actuamos más, si exigimos más y
repudiamos la corrupción, velamos por la justicia y por un Congreso serio y que dé la cara al
pueblo colombiano. Solo se logrará ese mejor país si todos ayudamos. Me
comprometo a que desde mi trabajo diario aportaré a la familia, a los que
trabajen conmigo, a los amigos, con mis mejores aptitudes y actitudes para que
vivamos mejor.
Ayudemos a través de este GRITO DE AUXILIO a salvar la
democracia.