martes, 31 de mayo de 2022

De cara al porvenir: prudente optimismo

Pedro Juan González Carvajal
Por Pedro Juan González Carvajal*

De cara a los acontecimientos que por estos días nos entretienen, tengamos en cuenta algunos aspectos que nos obligan a no tirar la toalla, a persistir, insistir y nunca desistir, pero manteniendo siempre un prudente optimismo.

Acaba de concluir la cumbre de Davos que volvió a ser presencial y los analistas muestran preocupación por una probable recesión económica mundial. No hemos terminado de dominar al COVID-19 y ya vamos por la cuarta de “N” dosis y están apareciendo nuevas variantes. Una de las principales ciudades chinas, Shanghái, continúa encerrada por cuarentena. Crece de nuevo el nivel de contagios a nivel mundial, aparecen nuevas variantes y para colmo, aparece la llamada “Viruela del Mono”. Continúan los tropiezos en los flujos logísticos de aprovisionamiento a nivel planetario y la guerra entre Rusia y Ucrania va para largo. Y sin que podamos pasarlo por alto, el cambio climático comienza a mostrar pequeños pero graves anticipos de lo que serán sus impactos y repercusiones a nivel mundial.

En lo local, hay un revolcón a nivel político, pues los poderes tradicionales han sufrido un descalabro electoral sin precedentes, ante lo cual tendrán que hacer un análisis de conciencia y sobre todo un gran propósito de enmienda que les permita no solamente ejercer una oposición adecuada, sino irse preparando como alternativa real para los comicios del 2026.

Los resultados de la primera vuelta son una bofetada enorme al establecimiento.

No se puede seguir pensando que temas como el mal gobierno, el deterioro de la imagen del expresidente Uribe, la corrupción, la impunidad y los permanentes escándalos se pueden seguir tapando con las manos, pues ante la evidencia de las urnas, pues no es así.

No podemos dejar a un lado ni la iniquidad, ni la pobreza, ni los impactos del narcotráfico, ni la crisis del campo, ni la informalidad de la economía, ni la problemática de la tenencia y la propiedad de la tierra, entre otros temas álgidos, que son todos asuntos estructurales, que deben ser enfrentados con creatividad, compromiso, continuidad y sobre todo con una verdadera voluntad política, así como comprometerse en serio, de una vez por todas, con el tema de la paz.

Ojalá se tuviera la claridad conceptual en términos políticos y la entereza moral y organizacional para enfrentar estos cuatro años que vienen bajo un verdadero esquema de gobierno-oposición, para comenzar a dar síntomas de que por el lado de los perdedores se está pensando en algo serio y diferente a lo tradicional.

Habrá que fortalecer a los partidos políticos y entender, por fin, que sin partidos políticos no hay democracia y que los llamados movimientos políticos son figuras temporales y de coyuntura.

Se ha criticado y se critica con enorme acidez a los dos candidatos que pasan a la segunda vuelta, pero ¿se esperará de manera oportunista y descarada hacer parte de la burocracia del próximo gobierno?

¡Amanecerá y veremos!

Es el momento de poner los ojos sobre la sindéresis, la coherencia y la consecuencia de ganadores y de perdedores… Es lo malo de hacer campañas ofensivas y descalificadoras, pues finalmente, alguno tendrá que ganar y los perdedores querrán al menos sobrevivir en términos políticos.

Tengamos en cuenta que ninguno de los dos candidatos que pasan a la segunda vuelta tiene mayorías en el Congreso de la República. Ojalá quien resulte electo como presidente de los colombianos y los Congresistas recientemente elegidos no nos salgan con más de lo mismo y que la mermelada, la mantequilla, la grasa, los ungüentos o la pomada no aparezcan de nuevo tratando de conseguir por parte del gobierno entrante, la gobernabilidad que se requiere para sacar adelante sus principales proyectos bajo el ejercicio democrático, contando con la coalición que le permita obtener las mayorías necesarias. ¡No más corruptela a la luz del día y ante los ojos de todos!

El sol seguirá saliendo, nacerán y morirán colombianos, tendremos que seguir trabajando, la Selección Colombiana de Fútbol sigue sin técnico y como dice la protagonista de la película “Lo que el viento se llevó”, Scarlett O’Hara en su última e histórica frase, “Mañana será otro día”.