Por Pedro Juan González Carvajal*
Lo que comienza mal, usualmente termina mal. El Registrador
Nacional del Estado Civil, hablaba con tono amenazante y descalificador antes
de las elecciones para Senado y Cámara, y ahora queda como un forro por la
cantidad de problemas que se presentaron en el conteo de los votos y el alto
nivel de desconfianza que se ha creado alrededor de su gestión y del importante
procedimiento democrático que realiza la entidad a su cargo.
Ni qué decir de la Selección Colombiana de Fútbol y su fracaso
anunciado. Lamentablemente la cúpula del fútbol colombiano, responsable directo
de esta nueva frustración, supo realizar casi que al escondido su Asamblea General
para hacerse reelegir por otros 4 años. Estos personajes que manejan el fútbol
como cosa propia, están acabando con él y su atornillamiento en los cargos
directivos semeja un comportamiento propio de sociedades oscuras.
Resulta imperdonable lo que viene sucediendo con el Inpec.
Esto no es de ahora. Lleva muchísimo tiempo y ya sea por acción o por omisión,
los altos funcionarios del gobierno son los responsables directos de lo que
allí acontece.
Es un verdadero albur el resultado de la “gestión” de un presidente
de Ecopetrol. Sin mover un dedo, su gestión puede ser calificada de brillante o
de pésima, todo debido al comportamiento del precio internacional del petróleo,
sobre el cual él no tiene ninguna posibilidad de intervención.
Se acabó este gobierno y finalmente Providencia no fue
reconstruida como fue anunciado en su momento con bombos y platillos. Fuera del
oso por el incumplimiento, les seguimos dando argumentos a nuestros hermanos
raizales para que cada vez se desprendan más afectivamente de Colombia, que no
solo los mantiene olvidados, sino que además no les cumple, en lo que parece
una burla consuetudinaria.
Parece que el concepto de verano se embolató el último año.
Llevamos un invierno continuado, con algunas intermitencias que los
especialistas denominan como “veranillos” y cada vez el número de tragedias y
de afectados aumenta. Un signo inequívoco de la magnitud del impacto invernal
es que ya se comienza a hablar del riesgo que se tiene con el Canal del Dique y
las catástrofes alrededor de La Mojana.
Muy complicada la dependencia que hoy se tiene y se pone en
evidencia con respecto a países que hoy están en guerra para poder acceder a
productos e insumos agroquímicos y combustibles fósiles.
La crisis de las EPS no para y cada mes están cerrando una.
Hoy quedan 32 y hay 11 en riesgo Este es un ejemplo de la mala concepción y del
mal funcionamiento de nuestro sistema de salud, a pesar de ciertos avances que
son innegables.
La OCDE presenta una radiografía de la economía en Colombia
y advierte de nuevo sobre la iniquidad pensional y del riesgo de llegar a un fenómeno
de estanflación.
Mientras tanto se nombra al ministro de Hacienda como el
mejor de Latinoamérica, lo cual, sin desconocer los atributos del ministro, está
ligado al histórico estricto cumplimiento de Colombia a sus compromisos
adquiridos con la banca multilateral.
Sigo insistiendo que el formato actual de los llamados
“debates” con los precandidatos y luego con los candidatos a la presidencia,
está mandado a recoger.
Habrá que esperar que en otras latitudes se inventen un
formato nuevo para poder correr a copiarlo.
Nota final 1: reconoce el inepto y
soberbio Registrador Nacional que en las pasadas elecciones no se contaron un
millón de votos (El Colombiano, miércoles 13 de abril, páginas. 2-3), y no pasa
nada. Obviamente a este personajillo no se le ocurre renunciar ni existe la
voluntad política para sacarlo de su cargo. Sin embargo, yo como simple
ciudadano y ante el reconocimiento pleno de que lo que voy a plantear es
ingenuo, decretaría nulas las pasadas elecciones y las haría repetir. ¿Con cuál
tranquilidad y confianza en la Registraduría vamos a participar todos, sin
excepción, en las próximas elecciones?
Nota final 2: El próximo jueves, 21
de abril, la Corte Internacional de Justicia de La Haya dará a conocer su
decisión sobre el litigio entre Colombia y Nicaragua por San Andrés en torno al
no acatamiento del primer fallo, tal como lo decidió el gobierno Santos.
¡Amanecerá y veremos!