Por Antonio Montoya H.*
Vladimir Putin, político, abogado y exagente de
la temida KGB sabe matar sin piedad y es el actual presidente de la Federación
Rusa, nación que ha gobernado en dos épocas diferentes. Describirlo es bastante
difícil, porque es un hombre retraído, solitario, ambicioso, de mirada
imposible de descifrar, frio como la nieve. En fin, es el que, desde hace
varios años, disque por temor a la OTAN, protege sus fronteras e invade a otras
naciones, ya lo hizo en Crimea y ahora va por Ucrania, que es un país
independiente. En el año 1991 salió del yugo ruso, del cual hicieron parte 15
republicas, que constituyeron la Unión Soviética desde el año1922 hasta como lo
dije anteriormente 1991.
Hemos tenido tantos locos en el poder en
diferentes países a lo largo de los años, que solo demuestran frialdad para
asesinar, embarcarse en conquistas como en siglos anteriores, destruyendo todo
a su paso, la historia, la modernidad y el desarrollo de los pueblos, y lo más
grave enviando soldados, armas, tanques, y todo tipo de misiles para matar, sí,
matar a sangre fría a una población indefensa.
No pensé que la invasión se iba a realizar, sí
se sabía que tenía hombres a lo largo de la frontera con todo el arsenal
militar dispuesto para avanzar, pero, consideré que Putin estaba alertando a
los países aliados quienes se estaban preparando para recibir en la OTAN, a
Ucrania, y que, por consiguiente, por esa amenaza real, ella se abstuviera de
tomar dicha decisión. Pero, no, este hombre tomó la decisión una noche del 24
de febrero y en forma violenta invadió a Ucrania.
Es triste y lamentable ver las escenas en
directo de los ataques, bombardeos y destrucción, por ello, se debe calificar
como un crimen de lesa humanidad y ser juzgado en la corte penal internacional,
donde han sido en su momento juzgados y sentenciados a muerte por los crímenes
de guerra Sadam Hussein, los verdugos nazis, los exterminadores en la guerra de
Yugoeslavia, que condujo a la disolución de ese país y su división en varios
territorios. Muchos otros han sido condenados como Al Bashir de Sudan, Hosni
Mubarak de Egipto, Augusto Pinochet de Chile, Efraín Ríos Montt de Guatemala,
Hissene Habré de Chad, en fin, la lista sería interminable. Allá tarde que
temprano debe llegar este presidente ruso Putin, su accionar no es admisible,
seres inermes, esperando el misil para morir salvajemente, por consiguiente,
debe ser condenado. Otros fueron asesinados por la multitud como Mussolini y
Muhammad Gadafi.
Me voy a concentrar en los hechos actuales, los
que originan la guerra, los ataques, y lo que podría llevar a un conflicto
generalizado sino se establece un dialogo y un cese al fuego bilateral.
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El deseo de Putin es regresar
a controlar a países que hicieron parte de la Unión Soviética, sueño que lo
desvela.
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La riqueza mineral de Ucrania.
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Las exigencias de seguridad de
Putin a la OTAN, para proteger, dice él, el territorio ruso y de ellas hay una
fundamental es que la OTAN, retire sus fuerzas de los países que formaban parte
de la Unión Soviética.
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Demostración de poder y
fuerza.
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Amenaza de una guerra nuclear.
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Perpetuarse en el poder.
Objetivo que tiene desde el año 1999.
Hay muchas más razones, donde impera la
economía, la independencia y la supremacía, todas ellas, conllevan a enfrentamientos
muerte y dolor.
Para resaltar es indudable la demostración de
amor de los ucranianos por su país, su deseo de mantener su independencia y las
muestras de amor, dignidad y entrega, si es necesario, de su vida. Hemos visto
políticos, deportistas, personas del común con las armas en la mano para
defender su tierra, actos de heroísmo múltiples, como cuando personas
desarmadas impidieron el paso de un tanque y este no los atacó, ni paso sobre
ellos, prefirió dar una vuelta y regresar.
La guerra no conduce a nada, la invasión de un
país a otro tampoco, porque el que hace fuerte un país es el sentimiento de
nación y este está en la mente de los hombres. Podrán tomarse a Ucrania, pero
el sentimiento de nación jamás se perderá y los rusos no ganarán nada diferente
al odio y al repudio, aunque estoy seguro que más de la mitad de su población
no quiere guerra. Basta ya. No más muertes sin razón.