domingo, 6 de marzo de 2022

Atroz

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.*

Vladimir Putin, político, abogado y exagente de la temida KGB sabe matar sin piedad y es el actual presidente de la Federación Rusa, nación que ha gobernado en dos épocas diferentes. Describirlo es bastante difícil, porque es un hombre retraído, solitario, ambicioso, de mirada imposible de descifrar, frio como la nieve. En fin, es el que, desde hace varios años, disque por temor a la OTAN, protege sus fronteras e invade a otras naciones, ya lo hizo en Crimea y ahora va por Ucrania, que es un país independiente. En el año 1991 salió del yugo ruso, del cual hicieron parte 15 republicas, que constituyeron la Unión Soviética desde el año1922 hasta como lo dije anteriormente 1991.

Hemos tenido tantos locos en el poder en diferentes países a lo largo de los años, que solo demuestran frialdad para asesinar, embarcarse en conquistas como en siglos anteriores, destruyendo todo a su paso, la historia, la modernidad y el desarrollo de los pueblos, y lo más grave enviando soldados, armas, tanques, y todo tipo de misiles para matar, sí, matar a sangre fría a una población indefensa.

No pensé que la invasión se iba a realizar, sí se sabía que tenía hombres a lo largo de la frontera con todo el arsenal militar dispuesto para avanzar, pero, consideré que Putin estaba alertando a los países aliados quienes se estaban preparando para recibir en la OTAN, a Ucrania, y que, por consiguiente, por esa amenaza real, ella se abstuviera de tomar dicha decisión. Pero, no, este hombre tomó la decisión una noche del 24 de febrero y en forma violenta invadió a Ucrania.

Es triste y lamentable ver las escenas en directo de los ataques, bombardeos y destrucción, por ello, se debe calificar como un crimen de lesa humanidad y ser juzgado en la corte penal internacional, donde han sido en su momento juzgados y sentenciados a muerte por los crímenes de guerra Sadam Hussein, los verdugos nazis, los exterminadores en la guerra de Yugoeslavia, que condujo a la disolución de ese país y su división en varios territorios. Muchos otros han sido condenados como Al Bashir de Sudan, Hosni Mubarak de Egipto, Augusto Pinochet de Chile, Efraín Ríos Montt de Guatemala, Hissene Habré de Chad, en fin, la lista sería interminable. Allá tarde que temprano debe llegar este presidente ruso Putin, su accionar no es admisible, seres inermes, esperando el misil para morir salvajemente, por consiguiente, debe ser condenado. Otros fueron asesinados por la multitud como Mussolini y Muhammad Gadafi.

Me voy a concentrar en los hechos actuales, los que originan la guerra, los ataques, y lo que podría llevar a un conflicto generalizado sino se establece un dialogo y un cese al fuego bilateral.

·         El deseo de Putin es regresar a controlar a países que hicieron parte de la Unión Soviética, sueño que lo desvela.

·         La riqueza mineral de Ucrania.

·         Las exigencias de seguridad de Putin a la OTAN, para proteger, dice él, el territorio ruso y de ellas hay una fundamental es que la OTAN, retire sus fuerzas de los países que formaban parte de la Unión Soviética.

·         Demostración de poder y fuerza.

·         Amenaza de una guerra nuclear.

·         Perpetuarse en el poder. Objetivo que tiene desde el año 1999.

Hay muchas más razones, donde impera la economía, la independencia y la supremacía, todas ellas, conllevan a enfrentamientos muerte y dolor.

Para resaltar es indudable la demostración de amor de los ucranianos por su país, su deseo de mantener su independencia y las muestras de amor, dignidad y entrega, si es necesario, de su vida. Hemos visto políticos, deportistas, personas del común con las armas en la mano para defender su tierra, actos de heroísmo múltiples, como cuando personas desarmadas impidieron el paso de un tanque y este no los atacó, ni paso sobre ellos, prefirió dar una vuelta y regresar.

La guerra no conduce a nada, la invasión de un país a otro tampoco, porque el que hace fuerte un país es el sentimiento de nación y este está en la mente de los hombres. Podrán tomarse a Ucrania, pero el sentimiento de nación jamás se perderá y los rusos no ganarán nada diferente al odio y al repudio, aunque estoy seguro que más de la mitad de su población no quiere guerra. Basta ya. No más muertes sin razón.