En las pasadas elecciones en Venezuela, sucedió lo tan
anunciado. Pero que Zulia, Maracaibo, San Francisco y otras 11 municipalidades
hayan salido de los colmillos del PSUV y pasen a las manos del MUD, podría ser
una bocanada de oxígeno a un cuerpo ya cianótico.
Entre Zulia y Barinas
La confrontación al poder central caraqueño desde el confín
colombiano, uno de cuyos últimos episodios fue la “guarimba” que en Maracaibo
enfrentó la fuerza represiva del Estado en 2015, pareciera abrir un nuevo
capítulo con los resultados electorales recientes que sacaron del poder al PSUV.
Por tratarse de localidades de una zona fronteriza con muy
alta conflictividad, las ejecutorias de los nuevos mandatarios locales, para
tener vocación de éxito, deberán estar coordinadas de alguna manera con las
autoridades colombianas limítrofes. Este obligatorio enlace, bien puede ser
manipulado por Miraflores para apropiárselo y anunciar una integración
fronteriza de facto.
Por otra parte, en Barinas, ante la ganancia electoral del
opositor Freddy Supelano, la dictadura expulsó a 130 representantes de la
Misión de Observación Electoral europea que denunció irregularidades y anuló
las elecciones. Maduro, sin vergüenza, anunció el próximo gobernador producto
de su propio puchero: el comodín de la revolución y excanciller Jorge Arreaza.
Algunos analistas entienden esta situación como una confrontación de poder
entre Maduro y Diosdado en el estado natal de Chávez, gobernado desde hace años
por el padre y los hermanos del coronel.
Mientras tanto en Apure…
Desde Apure, al lado de Barinas, nos llegan noticias de la
“neutralización”, como dicen en el país neogranadino, de dos narcoterroristas
farianos de reconocido prontuario y peligrosidad: alias “el Paisa” y alias
“Romaña”, cabecillas militares de la espuria “Nueva Marquetalia”, encabezada
por alias Iván Márquez, exparlamentario narcotraficante. Meses atrás alias
“Santrich”, segundo de Márquez, supuestamente también fue muerto por los
duartianos en territorio venezolano.
Estos hechos nos muestran varias realidades indiscutibles:
que las FARC operan libremente en Venezuela; que alias “Gentil Duarte” probable
autor de los asesinatos, se empodera cada día más del territorio apureño en
donde derrotó a punta de bombas artesanales a las fuerzas militares
venezolanas; que el narcotráfico alimenta carteles vestidos de revolucionarios
chavistas; que el ELN está pasando inadvertido mientras acumula ganancias de la
minería ilegal procedente de los estados Amazonas y Bolívar, y que ambos, el
frente 10 duartiano de las FARC y el Laín Sáenz del ELN, proyectan su poder
estratégico sobre el vecino departamento de Arauca, en donde, precisamente,
acaban de nombrar a un general retirado como gobernador ante la detención del
mandatario elegido, por sus vínculos con el ELN.
En Bogotá están de plácemes por este canibalismo fariano
mientras en Washington, seguramente los planificadores deben estar frotándose
las manos y confirmando que el asunto de las FARC, es como la cocción de los
calamares: en su propia tinta.
Porque el verdadero problema para Estados Unidos en
Latinoamérica no son las FARC, ni que la izquierda vuelva al poder en la
región, ni que Colombia caiga en manos de Petro. Su preocupación ahora es la
contención militar de Rusia en Bielorrusia, en Ucrania, en Polonia y el bloqueo
de China con su Huawei, su tecnología 5G, su acelerado crecimiento
armamentístico que amenaza a Taiwán y su estratégica ruta de la sede que tiene
como eje articular en esta parte del mundo a Panamá. Complejo ajedrez
geoestratégico, geopolítico y local.
Cota: “…compañero Nicolás, no
estás solo, ¡habemos hombres y mujeres, en las naciones del mundo que estamos
respaldando esta lucha y no los vamos a dejar, y no los vamos a defraudar!
¡Chávez, Chávez es pueblo, pueblo y Latinoamérica y las naciones son Chávez,
hasta la victoria siempre! ¡Unidos venceremos!”, dijo en su discurso
triunfalista la nueva presidente hondureña Xiomara Castro, sí, Castro, esposa
del depuesto presidente Manuel Zelaya. Éxito celebrado por Gustavo Petro en
Bogotá. ¿Alguna duda?