viernes, 10 de diciembre de 2021

Convocatoria para nuestros jóvenes

José Leonardo Rincón Contreras
Por José Leonardo Rincón, S. J.*

Siempre he creído en nuestros jóvenes. Y lo hago porque “yo también tuve 20 años” y muchos adultos de entonces creyeron en mí. Recuerdo mis experiencias de ser a los 16 años secretario del Comité Arquidiocesano de Laicos y a los 18 presidente de la Comisión de Juventud del Consejo Nacional de Laicos. Jesuitas y lasallistas educadores creyeron en mi liderazgo y muy pronto me confiaron responsabilidades. Años atrás el Concilio Vaticano II nos había dicho que nosotros éramos los primeros evangelizadores de nuestros coetáneos y los obispos en Puebla hicieron una opción explícita por los jóvenes.

Ya jesuita educador creamos el Curso Taller de Formación Integral, una experiencia para formar jóvenes líderes que ha marcado en más de tres décadas a cientos de estudiantes de nuestros colegios. Estoy convencido de que los jóvenes no son el futuro, son el presente. Siempre lo han sido. Algunos lo entendieron así y ahora se destacan por su servicio a la sociedad desde responsabilidades diferentes. Otros, pudiendo explotar sus talentos, prefirieron ser del montón.

Con ocasión de la jornada electoral del pasado domingo que eligió los Consejos de Juventud y donde la abstención fue alta y la participación promedio fue de poco más del 10%, me he quedado pensando en qué pasó con esos miles de jóvenes que salieron durante las marchas, muchos pacíficamente, otros con expresiones más agresivas o incluso violentas, ¿Qué se hicieron? Porque era domingo, ¿les dio pereza ejercer su legítimo derecho? Ya había pasado en la jornada del plebiscito cuando la gente creyó en las encuestas que daban ganador al SÍ con un 80%, se abstuvieron de votar y resultaron perdiendo por un margen pequeño. Al otro día los jóvenes salieron a marchar con antorchas para mostrar su respaldo a los acuerdos: ¿ya para qué?

Queridos jóvenes: ¡este es su cuarto de hora! En nuestra democracia tenemos espacios institucionales para que se hagan sentir, para expresarse en sus anhelos y sueños, para participar en los ámbitos de decisión, para promover cambios y sacarlos adelante, para liderar la transformación de nuestro país. No importa de qué color son sus preferencias, lo que importa es que vean en la política una opción válida y lo hagan a fondo, con honestidad y firmeza, dispuestos a no repetir la dramática historia que hemos vivido, decididos a construir un mejor país para todos rechazando con firmeza todos esos males sociales que nos agobian y apostando por lo que parecería un sueño imposible.

Todavía estemos a tiempo. Sería maravilloso verlos organizados dando un primer paso a través de los órganos legislativos de participación donde podrían tener una representación importante y comenzar a cambiar hacia un mejor futuro para todos. Solo falta hacer evidente su vocación de servicio, la decisión de trabajar duro y parejo en equipo y sin mezquindades, mostrando lo mejor y más noble en valores que ustedes poseen. A las generaciones precedentes les quedó grande el reto, a la de ustedes no. Háganlo ahora o no vuelvan a quejarse. No es fácil, pero es mejor que cruzarse de brazos, resignarse o preferir dormir hasta mediodía después de ver películas toda la noche. ¡Es su turno, ha llegado su hora, adelante!