Por Antonio Montoya H.*
El presidente Iván Duque, en reciente visita
que realizó al Departamento de Antioquia, hizo referencia al álgido tema de
Hidroituango, y obviamente a las Empresas Públicas de Medellín, EPM, e hizo
hincapié en la importancia de la obra y en las consecuencias para el país sino
se logra su terminación y puesta en marcha. Agregó que no es una obra de la
nación sino departamental y eso está bien, a los antioqueños nos gustó su
alocución, pero, pasados los días caemos en cuenta de que no habló claro y de
fondo, le faltó referirse con contundencia al actual alcalde de la ciudad, que
hace y deshace de los bienes públicos a su amaño, entra en conflicto a diario
con los ciudadanos y la ciudad, y eso parece que no le importa ni interesa al
señor presidente.
Por ello, en forma categórica quiero manifestar
que gobernar no es tarea fácil, son más los enemigos que se adquieren que los
que reconocen la gestión. Debo decir que el presidente es un hombre preparado,
formado en la academia, en el BID, pero no conoció ni de cerca lo que es
manejar con liderazgo a los ciudadanos colombianos, que no comemos cuento, que
somos pujantes y que queremos hombres recios que dirijan con tesón y fuerza el
país. No es el tiempo hoy de decisiones a medias, debe comprometerse con las
grandes tareas que afectan a las ciudades, a los municipios y a los
departamentos, no es el tiempo de conciliar, es el momento de enviar un mensaje
claro y contundente a aquellos que se valen de la palabra democracia para
acabar con el país, no podemos ser indecisos.
Se requiere señor presidente actuar con
decisión, energía y contundencia, para ello cuenta usted con más de cuarenta y
ocho millones de ciudadanos que confían en que la democracia es el mejor
sistema para gobernar una nación, que el ejército, la policía y los ciudadanos
del común creemos y esperamos que las fuerzas que nos protegen, no nos dejen
solos y al arbitrio de mentes locas que pretenden desestabilizar la nación y
crear el caos para salir ellos triunfantes. No lo permitiremos.
Añoro aquellos tiempos lejanos, anteriores a la
constituyente del año 1991, en la que los presidentes designaban a los
gobernadores y estos a su ves designaban a los alcaldes de la ciudad y de los
municipios que están a cargo en su jurisdicción, tiempo en el cual, si uno de
estos fallaba en el ejercicio del mando, era removido inmediatamente de su
cargo. No se aceptaba en esos cargos a personas que fueran en contra de la
ciudad, que alentaran y promovieran el conflicto social y por ende rápidamente
eran removidos y la ciudad o el municipio retomaba el sendero del desarrollo.
No puedo negar, que requerimos modificaciones
profundas en nuestros líderes, porque los actuales, en épocas de crisis no han
logrado abanderar el cambio, no combatieron la corrupción, el desgano
administrativo y el caos; han sido pusilánimes en escuchar a la ciudadanía que
es “la voz del pueblo”, no han
cumplido con sus obligaciones y no salieron a defender la democracia en la época del Paro nacional, no salieron a las calles, se
quedaron camuflados en sus casas, no defendieron la institucionalidad y por
ello, cada día, cada momento nos acercamos al caos y al conflicto.
Por todo esto señor presidente, en nombre de
muchos antioqueños y medellinenses le pedimos el favor de no apoyar la actual
administración de Medellín, no actúe si no quiere, o no puede, en defensa de
nuestros más grandes intereses, pero, por favor absténgase de apoyarlo.
En su alocución no lo mencionó, nosotros sí decimos
que hoy estamos ad portas de un gran conflicto social por cuenta de la
desestabilización, el caos económico y la falta de liderazgo en nuestra ciudad,
la gente se siente sola, desprotegida, ve una ciudad sucia, los jardines
acabados, las vías destrozadas, la indigencia pulula, la criminalidad crece y el
ánimo está a la baja.
Medellín no es así, los ciudadanos pujantes y
emprendedores están desprotegidos, el Concejo de Medellín no cumple con sus
funciones, aunque gracias al destino, ingreso a partir del lunes 11 de octubre
como concejal el abogado Julio Enrique González Villa, quien desde ese instante
está ejerciendo la defensa y protección de Medellín.
Medellín y Antioquia, son el bastión de la
democracia, si la perdemos, si abusan de nuestra gente, si dejamos que nos
manejen y malversen estaremos perdidos y nuestras generaciones se acordarán de
nosotros únicamente para mencionarnos como unos pusilánimes que no defendimos
la ciudad, la antioqueñidad y que dejamos cambiar el rumbo de nuestras vidas.
Las empresas promotoras del trabajo, del
salario, de bienestar de vida, y protección de la familia, desaparecerán. Lo
digo sin miedo, defendamos la democracia, la libertad de empresa, la propiedad
privada, el orden y la disciplina.