Por Pedro Juan González Carvajal*
Entrando en los inicios de las
campañas electorales para Congreso y Presidencia del próximo año, y aún con
restricciones por el covid-19, es muy posible que veamos un crecimiento notorio
del empleo de redes sociales y herramientas de comunicación como Twitter y WhatsApp,
entre otras varias, con todo el trasfondo de información o de desinformación
que se ha evidenciado, por ejemplo, en los Estados Unidos y en menor dimensión,
acá mismo.
Lo anterior, no solo por el tema de la
pandemia y los diferentes tipos de encierro, lo cual afectará la manera
tradicional de hacer campañas, desde la plaza hasta los debates televisivos,
pasando por concentraciones y reuniones cerradas, sino, además, por el evidente
crecimiento en volumen de usuarios e influencia de estas herramientas
tecnológicas en los medios de comunicación.
Una reflexión profunda llevaría a
reconocer que la política es razón y mediación y que la comunicación sin
comunidad no es comunicación.
La política ventila ideologías, ideas,
diagnósticos, críticas, propuestas y alternativas hacia los grupos de humanos
que tienen intereses o se ven afectados por las decisiones que se toman con o
sin su participación, estableciendo la relación representante-representados. La
comunicación establece interrelaciones entre emisores y receptores, siendo
tradicionalmente mayor el número de receptores, lo cual se asocia a la creación
o existencia de grupos, sociedades o comunidades de humanos con los cuales se
tiene una conversación, un diálogo o un discurso. Siendo así, la comunicación
sin comunidad no es verdadera comunicación, entendiendo que la tecnología ha
permitido establecer o simular el establecimiento de comunicaciones uno a uno,
simulando individualización, enviando mensajes a direcciones personalizadas o
grupales a través de correos o mensajerías masivas, pero sin preocuparse de la
existencia o no de grupos organizados, de sociedades, o de comunidades.
El concepto ético entra a jugar un
papel preponderante, pues la capacidad de arrastre de los mensajes en las redes
es simplemente asombrosa. Decía Maquiavelo qué, para manejar a los humanos, se
debería recurrir a la manipulación de las emociones, siendo las principales el
miedo, el odio y la esperanza, como hemos visto, entre otras curiosidades,
cuando algunos caudillos de todo el planeta y a nivel local, han manejado,
manejan y quieren seguir manejando a sus pueblos una vez llegan al poder o
están en el proyecto de reconquistarlo.
Las llamadas fake news,
las noticias falsas, sirven y se emplean para generar desconcierto, generar
zozobra, buscar reacciones primarias y manipular las reacciones calientes de
los influenciados por los influencers políticos.
Las comunicaciones vía redes,
despersonalizan la relación entre el oferente político y el cliente político,
tanto es así que muchas veces no es el candidato, sino los empleados de los calls
centers quienes, siguiendo adecuadamente los guiones preparados previamente
por los asesores de los candidatos o por ellos mismos, envían en momentos del
tiempo previamente calculados mensajes que se pueden convertir en virales (por
su expansión y divulgación rápida), generando lo que hoy se conoce como tendencias.
Entregar un mensaje que viaja por la
red a la velocidad de la luz a miles de miles de personas, puede generar un
nivel de conciencia o inconciencia temporal que ayuda a crear o a destruir una
idea, un acontecimiento o una persona.
Los tiempos cambian, las costumbres se
modifican, la tecnología evoluciona e impacta exponencialmente, mientras en el
mundo crece la iniquidad, la pobreza y la injusticia.
¿Para qué entonces nos ha servido
finalmente la tecnología?
Nota final: la geopolítica del cambio climático y la orientación
necesaria hacia las economías limpias ‒si no nos queremos extinguir‒, de acabar
con el uso de los hidrocarburos y potenciar el consumo de energías renovables,
hará que países como Colombia, cuyo uno de sus principales productos de
exportación es el carbón, replantee prontamente las estrategias actuales para
saber con cuáles renglones de exportación lo vamos a reemplazar.