Por Santiago Cossio
En el paro nacional
del 2021 se vivió el sentir de los indígenas, quienes tumbaron el monumento a Belalcázar
en Cali. Meses atrás habían destruido otro en Popayán. Y ya había sido
destruido años atrás. Esto me llevo a investigar quién fue realmente Belalcázar
y por qué del odio indígena a un monumento del conquistador español que habitara
estas tierras hace 500 años.
Sebastián de Belalcázar,
de nombre original Sebastián Moyano, nacido en 1480 en Belalcázar, España, llegó
en el segundo viaje de Cristóbal Colón y fue el conquistador español que la
corona declaró como gobernador propietario.
Recordemos que en los
años 1500 gran parte del continente americano fue denominado como Nueva España.
Un claro nombre a la intención de conquistar y poseer este gran descubrimiento.
Huyó de España por
asesinar a su hermano. Asesino muchos indígenas, fundó las ciudades para recaudar
tributos, fue un obsesionado por la leyenda de El Dorado, sometió y esclavizó a
los pueblos con un régimen de terror. Siendo gobernador mando decapitar al
vecino gobernador de Antioquía, el también español, mariscal Jorge Robledo y fue
condenado a muerte por la corona española por este delito.
Palabras del exalcalde de Cali Gustavo Álvarez Gardeazábal: “siempre lo dije, nos mostraron y nos creímos a Belalcázar como un prócer, pero resulta que fue un asesino”. la caída de este monumento tiene un gran significado.
El monumento fue
erigido en los años 30 y desde esos años se le ha rendido tributo. El
pronunciamiento del Ministerio de Cultura fue el rechazo al vandalismo y el
clamor de la protección al "patrimonio cultural". Según el Ministerio
se volverá a restaurar el monumento.
Hay que ver cómo 500
años después unos defienden y otros condenan. Pero deberíamos reflexionar sobre
el sentir indígena y hacernos la pregunta: ¿y si tienen razón? ¿Le hemos
rendido tributo a quien posiblemente no lo merece?
Lo único cierto es que los indígenas 500 años después, aún claman justicia.