El país no
está bien, nadie lo duda, es una realidad, la pandemia y los paros nos dejan en
una real situación económica difícil e incierta, nadie aporta de una manera
constructiva, todas las fuerzas tienden al caos y a la crisis, la violencia
sigue creciendo, la economía en barrena, los políticos perdidos, en fin, el
caos por todo ello.
Llegó la
hora de hablar claro, por lo menos de mi parte, que soy un ciudadano del común,
que ve el deterioro social minando cada vez más la estabilidad del gobierno y
por ende poniendo en jaque la gobernabilidad de nuestras instituciones. Por esto
vale la pena reflexionar sobre lo que queremos y pretendemos de nuestra patria
y su futuro, que no es fácil obviamente, pero si corregimos errores podemos
salir adelante. Depende es de nosotros los colombianos el no dejarnos derrotar,
por lo tanto, me hago las siguientes reflexiones:
1. Dónde están los políticos. Me
preguntaran ustedes, que quiénes son ellos y la respuesta es sencilla y simple,
son los que se hacen elegir para representar a los ciudadanos en un periodo de
tiempo determinado, ya sea para juntas de acción comunal, un concejo municipal,
asamblea departamental, o como representantes y senadores, y presidente. Ellos,
que han sido elegidos democráticamente deberían salir a defender la
institucionalidad, presentar los logros que estén obteniendo y combatir con
firmeza a los dirigentes del paro que buscan destruir las ciudades y la
democracia. Lástima que no se ven, nadie sabe donde están, seguramente guardados
y custodiados. Menos se conocen sus pronunciaciones sobre el paro, es decir, no
existen, están mimetizados y no darán la cara ni ellos ni sus jefes.
2. Dónde están los presidentes de Cámara y Senado. Igual que
el caso anterior, no hablan, no modulan, y menos defienden al gobierno o por lo
menos a la democracia, son impávidos escondidos en sus casas sin dar cara a la
problemática social que sacude los cimientos de la sociedad.
3. Dónde están los jefes de los partidos. Pues con
excepción del expresidente Gaviria, no los veo por ninguna parte, no lideran
sus equipos de gobierno, ni sus bancadas, están esperando que los sucesos se
den por si solos y ellos, quietos, no apoyan la gobernabilidad de este país, y
apoyan con el silencio a los destructores de la democracia.
4. Dónde están los estudiantes. No los
vándalos, sino aquellos que les gusta formar y prepararse, que están haciendo
esfuerzos con sus familias para obtener su grado profesional y están
perjudicados pasando el tiempo y perdiendo meses de estudio. Ellos deberían
pronunciarse, regresar a clases y demostrarles a los vándalos, a los
estudiantes mediocres y a aquellos que se la pasan en las aulas por años y años
dañando la mente de nuestros hombres, que ese no es el camino.
5. Dónde están los indígenas. Pues bien,
ninguno de nosotros los colombianos podemos decir que no tenemos ancestros
indígenas, negros, mestizos, blancos y en general que tenemos una fuerte mezcla
de razas que han servido para ser autóctonos, distintos a los de otras regiones
y países. Gracias al esfuerzo y trabajo hemos ido construyendo nuestra propia
raza, luchadora, fecunda intelectualmente y llenas de ilusiones, pero los
indígenas de Cauca, no sabemos por qué razón se han mantenido protegiendo sus
raíces, no avanzan, no construyen, siguen ensimismados en su historia y no mejoran,
ni ayudan a hacer una vida digna para ellos y sus familias. Se aliaron con las
mafias del narcotráfico, a los guerrilleros y creen que tendrán por tiempo indefinido
su gobernabilidad. Son idiotas útiles de los bandidos y se les olvida sus
raíces, no trabajan, están llenos de tierra y piden más, y reciben, además,
dinero en subsidios del Estado colombiano. Eso no es bueno, es nefasto y tiene
que terminar, o trabajan o se friegan. Yo les pregunto a ellos, si los
colombianos, los ciudadanos a los que atacaron en Cali, que fueron agredidos y
violentados en sus casas, fueran de la misma forma y atacaran sus resguardos y
acabaran con sus casas, cosechas y trabajo ¿qué dirían? ¿A quién acudirían? No
lo sé, pero lo que sí les puedo decir es que los guerrilleros y
narcotraficantes no lo harán, y quedarán regados en el campo sus cosechas y
vidas. Por ende, les solicito que trabajen, que respeten la gobernabilidad de
nuestro país, a los ciudadanos que los protegen y se dediquen a construir
comunidades autosuficientes.
6. Dónde están los ciudadanos. Ahí estamos
y están, sufriendo, esperando que todo pase, y todo se mantenga, pero se les
olvida a los que nos atropellan que podremos salir a las calles y a las urnas, y
defender con garra lo que el gobierno no hace, no nos dará miedo defender la
democracia.
Por último,
y para no extenderme, es bueno que sepan que un país herido, donde somos más
los buenos, los trabajadores, los socialmente responsables, no admitiremos los
desmanes continuos, las afectaciones a los bienes públicos y mucho menos a los
seres humanos desvalidos que no tiene protección ante el vandalismo de la
izquierda que no escucha sino las voces de sus líderes por encima de la defensa
de una democracia.
Hoy y siempre por encima de cualquiera, prima la defensa de la democracia.