Por Antonio Montoya H.
Estoy aterrado, impresionado… es la
primera vez en mi historia de vida, que no es poca, que las encuestas de esta última
semana, final del mes de marzo de 2021, a catorce meses de las elecciones para
la Presidencia de Colombia se muestra como favorito a Gustavo Petro, y por ende, no sé si estoy desvariando o el país está
perdiendo las perspectivas de la realidad, porque el señor Petro, no puede ser presidente de Colombia, no porque yo lo
considere así, sino porque su trayectoria como guerrillero, sus antecedentes
como gobernante, sus actuaciones personales, llevan a que lo considere inviable
para ocupar el cargo. No tiene la empatía frente al sector empresarial del país,
no es confiable en su forma de gobernar, es un ególatra, impredecible y sin respeto
por la institucionalidad de la República de Colombia.
Espero que esa encuesta vaya
cambiando con el trascurrir de los días y meses previos a la elección, tiempo
en el que los ciudadanos podrán reflexionar y cambiar de opinión sobre lo que
se vendría para nuestro país bajo el gobierno de este personaje, a quien ni sus
propios compañeros que tuvieron la oportunidad de trabajar con él y conocerlo a
puertas cerradas, repetirían una experiencia como esa. No concilia con nadie, no
respeta ideas, lo único que sirve es lo que él diga y eso lo vivieron en la
época que fue alcalde de la ciudad de Bogotá. (gobierno que fue un fracaso).
El problema que tenemos en Colombia, es que no tenemos memoria, algunos por que la callamos creyendo que de esa manera borramos el sufrimiento, otros por comodidad y otros esperando que actúen por ellos y así quienes no vivieron esa época los llamados milenios y la generación Z, están siendo manipulados, comiendo cuento, por quiénes hicieron tanto daño en ese momento, Petro y sus secuaces, que les lavan el cerebro. Estos jóvenes lamentablemente no conocen la historia de nuestro país, no se las enseñaron en el colegio, ni sus padres, no sufrieron las consecuencias del narcotráfico, de la violencia guerrillera, ni las muertes de miles de ciudadanos que no hacían parte del conflicto, ni del dolor de las familias que cubrían con sus cuerpos sus muertos en cada ataque guerrillero, ni les contaron de las minas que cegaron la vida de soldados de Colombia y de campesinos inermes en el campo, es pues una historia sin recuerdo, sin respeto, porque hoy se ignora y no se repudia.
Cada familia de Colombia tiene una pérdida, un dolor que no se olvida, sufrimos la muerte de un padre, hermano, hijo, pariente o amigo cercano, nadie se salvó, aun hoy, nos duelen los recuerdos, no hemos superado los traumas, porque no solo es muerte, sino el impacto psicológico que padecimos en ese momento, las bombas, secuestros y daños materiales ocasionados por esas acciones que hacían difíciles la vida diaria.
Si la juventud se tomara el tiempo de escuchar a quienes vivieron y vivimos ese momento, se darían cuenta de que fue la época más sangrienta que sufrió nuestra Colombia amada y de ese sufrimiento es culpable y parte activa Gustavo Petro. La gente no cambia y como decían los abuelos “genio y figura hasta la sepultura”.
A la gente se le olvida que este personaje
mentiroso patológico, no respeta la democracia,
la atacó, se fue lanza en ristre contra ella, formo parte del M19, y tiene en
su haber la triste historia del Palacio de Justicia que conllevo a la muerte de
honorables magistrados y civiles que perecieron allí.
El grupo guerrillero del cual el hacía
parte apoyado por el narcotráfico pretendía hacer rendir a la democracia y
tomarse el poder para gobernar con los narcotraficantes que les pagaron por esa
toma y borrar los expedientes que los condenarían.
Alguien podría creer, que quien ha
vivido toda su vida en la ilegalidad pueda tener los valores y principios para
gobernar un país que está hastiado de la inmoralidad y la injusticia, sería
como entregarle un banco a un ladrón.
Este señor como presidente, no generará
empleo, por el contrario, se perderá, los empresarios saldrán corriendo de Colombia,
no solo los nacionales sino el capital extranjero, no habrá un sistema de
seguridad social integral porque si no hay empleo, no hay seguridad y el
desempleo subirá a niveles superiores al 50% y se iniciará una estampida de
ciudadanos desesperados deambulando por todo el territorio de América,
conllevando miseria y desamparo.
No se nos olvide que ya este esquema
de socialismo del siglo XXI, se está viviendo en otros países con único
resultado de generar miseria, pobreza, vandalismo y hambre y esto es lo que
prevalece; analicen si nuestro país vecino está generando riqueza o miseria,
pregúntense ustedes por qué huyen los propios ciudadanos venezolanos,
arriesgando su vida en la selva antes que vivir en el régimen que quiere toda Suramérica.
Tontos e ilusos son los que no se dan cuenta de ello.
Díganme ustedes señores lectores, qué
es lo que ofrece este candidato guerrillero para Colombia, además de violencia,
desempleo y desarraigo, será que este hombre acompañado con voltearepas como Benedetti,
y Roy Barreras, podrá encauzar a Colombia por senderos de crecimiento y estabilidad,
lo dudo.
Benedetti, yo, desde el interior de Colombia
y concretamente desde Medellín, lo considero un tránsfuga, un hombre que no
genera confianza, es desleal y advenedizo, que se ha paseado impávidamente por
todos los sectores políticos colombianos generando burlas, desconfianza y poca
aceptabilidad.
Y el otro, el del Valle, Roy Barrera,
ambos fracasados, quieren ampararse bajo cualquier sombra, en este caso la de
Petro. Serán entonces confiables, ¿por que como dice el adagio popular “vaca ladrona no olvida el portillo”.
Solo quieren protagonismo y mantenerse en la imagen pública a toda costa.
Hoy le pido a Colombia, a todos los
grupos que la conformamos, a los empresarios, a los ciudadanos del común, a los
trabajadores, a los funcionarios públicos, a los estudiantes, a las mujeres, a
los campesinos, a las familias que no arriesguen por lo menos a soñar con un
futuro digno a su estabilidad económica, que no lleven a Colombia, a su país a
la debacle social, porque allí caeremos todos y no tendremos salvación, solo Petro
y sus secuaces se beneficiaran del caos.
Los invito a que me crean, compartan
conmigo y sus amigos porque yo no estoy en campaña, soy un ciudadano como
ustedes que si estoy viendo el panorama social y económico que se viene, atrevámonos
y defendamos la institucionalidad, la democracia, me preocupa y duele la indiferencia
con que se está tomando esta problemática.
Les pido que me acompañen pidiendo
que la justicia opere, que el Congreso disminuya y que el ejecutivo actué y que
todos nos apersonemos de nuestro futuro.