Por Andrés de Bedout Jaramillo*
En diciembre de 2007,
el alcalde Fajardo y el gerente de EPM, firmaron El Convenio Marco de
Relaciones Municipio de Medellín - Empresas Publicad de Medellín, convenio que
sirvió como hoja de ruta durante esa administración, catalogada como la mejor
del país en su momento, y que ha sido respetado por casi todos los alcaldes, a
excepción, al parecer, por el alcalde que actualmente nos gobierna en la
capital de la montaña.
Este convenio por ser
de duración indefinida y con la obligación de publicarse cualquier variación, obliga
hoy a las partes, porque además este cimentado en la constitución y la ley y
hasta incluye los objetivos para El Desarrollo Sostenible del Pacto Global de
la ONU.
Se pensó en su momento
que este convenio se convertiría en ley entre las partes, aunque lo allí
establecido corresponde a la ratificación de los buenos comportamientos, de las
buenas costumbres, de la decencia, de la moral, del profesionalismo, de la
transparencia, de la publicidad, de la diplomacia y del cumplimiento de la
constitución y la ley, que deben observar, o mejor, que debemos observar todos
los administradores, gerentes y/o presidentes, de todo tipo de empresas y muy
especialmente de una empresa pública de propiedad exclusiva del municipio de Medellín,
que ya venía siendo manoseada por la política, que desafortunadamente lo que
toca lo daña, porque sus actores perdieron hace mucho el rumbo; los buenos se
dejan manejar por los malos, porque a ellos dentro de las debilidades humanas,
les conviene más este tipo de comportamientos, que les produce dividendos
personales, destruyendo el verdadero concepto de servicio al interés general
que debería observar siempre la política.
Desafortunadamente en
Colombia, para que la ley se respete, toca ratificarla a través de convenios;
los órganos de vigilancia y control como que no funcionan y al parecer son
fortines políticos, ojalá demuestren rapidito lo contrario ya que el balance
costo beneficio no cuadra.
En ese convenio marco
del alcalde Fajardo, intervinieron en su elaboración, todos los actores: la academia,
gremios, Cámara de Comercio de Medellín, los sindicatos, las mismas EPM,
haciendo gala de ese espíritu abierto, de respeto por la opinión del contrario,
de inclusión, de sensibilidad social, de transparencia, de que los dineros
públicos son sagrados, de que uno puede meter las patas de buena fe, pero nunca
puede meter las manos., y lo más importante, el interés general sobre el
particular. Esa es la forma de hacer política y gobernar de Fajardo; por
eso unos dicen que es de izquierda, otros que de derecha y otros que de centro.
Más temprano que tarde
tendría que llegar un alcalde, que mandara para la luna El Convenio Marco de
Relaciones Municipio de Medellín - Empresas Públicas de Medellín, en su
totalidad, lo que nos tiene a todos indignados; muchos creímos que los intentos
de la Cámara de Comercio, de los gremios, de los sindicatos, las intervenciones
del presidente Duque, las amenazas de revocatoria, las aparentes denuncias ante
Fiscalía, Procuraduría, Contraloría, Personería, etcétera, obrarían disuasivamente
y el alcalde y el gerente de EPM, dejarían la joda irresponsable de sus
actuares. Parece que el gerente entró en razón y en desgracia con el alcalde.
Yo no entiendo cómo es
posible que en más de un año, las denuncias que dicen haber puesto contra el
alcalde Quintero, no hayan producido ningún efecto jurídico y hoy, en plena
pandemia, toque recurrir a una revocatoria, prácticamente inviable física y
económicamente hablando, revocatoria establecida en la Constitución del 91,
fruto de la paz con el M-19 y que el Congreso no ha reglamentado debidamente en
sus 30 años de existencia; implementarla en plena pandemia, es tan peligroso y
costoso que, entiendo, la Registraduría ha optado por suspenderla.
El presidente y el gobernador
deben inmediatamente reunirse con el alcalde de Medellín, para tratar de
aclarar tantas noticias que están circulando en redes y verificar su veracidad.
Están afectando a EPM. Inclusive deben convencer al alcalde para que cumpla el
Convenio Marco de Fajardo, vigente aún. Yo insisto en que también deben
aprovechar las experiencias de Ecopetrol, ISA, Isagen, Grupo Energía de Bogotá,
etcétera, para que EPM se convierta en una empresa industrial y comercial del
municipio, de mayoría de capital público.
Raro que ni concejales,
ni diputados, ni congresistas, digan nada, ni a favor ni en contra; más
temprano que tarde veremos a otros operadores ofreciendo la prestación de los
servicios de energía, acueducto, alcantarillado, aseo y gas, que hoy solo
prestan EPM.
EPM es una máquina de
producir plata para el Municipio de Medellín, pero al paso que vamos, ya hay
otros grandes jugadores listos a quitarle los mercados, mientras la tienen
distraída.
Que nuestro Señor
Jesucristo nos ilumine a todos.
Vínculo para conocer el
convenio: https://www.epm.com.co/site/Portals/0/centro_de_documentos/centro_de_contacto/relacion_estado/Anexo4-ConvenioMarcoRelacionesEPM-Municipio_001.pdf