lunes, 9 de noviembre de 2020

El Frente Nacional y sus consecuencias

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.*

En la segunda mitad del siglo XX, tuvimos en Colombia serias dificultades sociales y políticas, después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, porque si bien es cierto, desde antes se estaba enraizando el germen de la violencia, fue después de la muerte del caudillo y con los gobiernos de Ospina Pérez, Laureano Gómez y Urdaneta, que reemplazó a Gomez en su enfermedad, que la violencia se despertó cruentamente y en casi todo el territorio nacional. La muerte llegó a los pueblos, a las ciudades, y en general, todas las familias se encontraron con divisiones en su interior; unos liberales y otros conservadores, generaron caos al interior de sus casas, se separaron, murieron unos y los otros salieron en fuga. Esa tragedia nacional solo paró en realidad cuando llegó el general Gustavo Rojas Pinilla al poder mediante un golpe de estado que se concreto el 13 de junio de 1953, periodo en el cual logró pacificar a los liberales del Llano y quienes, como muchos otros, se defendían a lo largo y ancho del país. Vale la pena resaltar que esa paz que se acordó con el gobierno de la dictadura se hizo en forma honesta y logró frutos.

En otra ocasión hablaré de la dictadura, lo bueno y lo malo, y los grandes errores que cometió, que al final lo llevaron a la pérdida del poder.

En esta época hubo un hombre liberal que lideró la posibilidad de lograr un acuerdo con los conservadores y ese fue Alberto Lleras Camargo, presidente dos veces, la primera en reemplazo de Alfonso López Pumarejo y la otra, en propiedad, al ganar las elecciones que lo llevaron a la presidencia durante el periodo de 1958 a 1962.

Este hombre, Alberto Lleras, en España, en el año de 1956, logró sentarse a manteles con Laureano Gómez, y otros personajes, y lograr lo que se denominó el Pacto de Benidorm, firmado el 24 de julio de ese mismo año, que permitió preparar y acometer el trabajo político que terminaría socavando a la dictadura.

En mayo 10 de 1957, salió el dictador y asumió el poder una junta militar integrada por los mayores generales Gabriel París y Deogracias Fonseca, el contralmirante Rubén Piedrahita y los brigadieres generales Rafael Navas Pardo y Luis E. Ordóñez, que gobernó por un año y dirigió el país con serenidad y verdadero espíritu democrático. Así se lograron efectuar elecciones y darle inicio al llamado Frente Nacional, en el año 1958.

Aunque en su momento histórico, este acuerdo de los partidos que se llamó el Frente Nacional, logró dimensionar a nuestro país de otra manera, ya la muerte no era la que invariablemente era la noticia, sino los acuerdos que se lograban, el llamamiento a elecciones con grandes mayorías liberales, y la instauración del primer gobierno del Frente Nacional que encabezó, como lo dije anteriormente, Alberto Lleras Camargo.

Todo esto, extraordinario en su momento e importante en los primeros 16 años de alternancia en el poder, llevó a que en esa época ningún otro movimiento político tuviera acceso al gobierno, únicamente los liberales y conservadores se repartían la burocracia, las gobernaciones y alcaldías; embajadas y consulados eran para sus miembros y nadie más lograba ocupar cargo alguno.

Indudablemente intelectuales, jóvenes profesionales, artistas, políticos y excluidos fueron alimentando la idea de obtener el gobierno y más aun cuando pasados los 16 años de alternancia se siguió repartiéndose el poder, en los años posteriores, entre los dos partidos tradicionales.

Los partidos ya no se diferenciaron, únicamente les quedó el nombre y por ello hoy pagan sus consecuencias. Ya pocos siguen los partidos, las ideologías desaparecieron y aparecieron las empresas electorales que no tienen como objetivo gobernar, sino robarse el erario, con excepción de personajes políticos con conocimiento, preparación y aptitudes de verdaderos dignatarios, que los podemos encontrar fácilmente luchando por la estabilidad de la nación, de diversas tendencias, pero sin tener el apoyo de los partidos tradicionales que se dividieron y optan por el poder.

Ese contraste entre el beneficio del acuerdo del Frente Nacional, tuvo su primer contraste en las elecciones de 1970, cuando habiendo recuperado su dignidad el general Gustavo Rojas Pinilla, casi logra el triunfo a través de un grupo llamado Anapo, que tenía a muchos liberales y conservadores de otras tendencias que querían otra alternativa de gobierno. Allí, como bien saben ustedes, surgió el movimiento guerrillero denominado M19; sus actos conocidos, las muertes que generaron, la toma del palacio, la muerte de su jefe Jaime Bateman en un accidente, el posterior acuerdo con el gobierno del presidente Virgilio Barco, en Caloto, Cauca (1990), y la muerte de su líder Carlos Pizarro León Gomez..

Tuvimos más grupos guerrilleros que partidos políticos, casi todos ellos hoy con acuerdo de paz, pero sin lograr esta de una forma seria y definitiva.

En fin, podría ser interminable, pero en conclusión para aquellos que no recuerdan estas épocas, para los que no la vivieron y no la conocen, les digo que no olvidemos nuestra historia, porque seguiremos repitiéndola sin fin. El conocimiento nos puede hacer pensar distinto y hoy más que nunca debemos pensar en nuestras familias, hijos y la herencia que dejamos. Un país en violencia es inviable y si se requiere otro gran acuerdo nacional entre todas las partes habrá que analizarlo, pensarlo y ejecutarlo; vivimos en el mismo país y todos tenemos un espacio.