viernes, 18 de septiembre de 2020

Se buscan líderes

José Leonardo Rincón Contreras

José Leonardo Rincón, S. J.*

Echando un vistazo global observo que, si por aquí llueve, por otras latitudes no escampa. El vacío efectivo de liderazgo auténtico es enorme. No basta tener el poder, hay que contar con autoridad. No basta gobernar, hay que saber mandar. No basta tener un andamiaje perfecto para controlar, hay que tener respaldo y credibilidad. No basta ocupar los primeros puestos para ser importante, hay que saber servir.

Claro, también es cierto que es muy fácil criticar la corrida de toros desde la barrera, o a los jugadores de fútbol y al árbitro desde la gradería o una cabina de transmisión, o al ciclista que no pudo ascender la cumbre de un premio de montaña desde la sala de televisión, o al jefe porque hizo o no hizo esto o aquello desde el corrillo de lenguas viperinas. De seguro que nunca se han parado solos frente a frente con un miura, no han sido capaces de hacer un solo gol en su vida, no han pedaleado seis horas seguidas subiendo una cuesta, mejor dicho, nunca han tenido ni coraje ni cojones para enfrentarse solos ante grandes retos y toma de decisiones. Pero todos se sienten con derecho a juzgar, descalificar y condenar.

Decía mi mamá que “el que se mete de redentor muere crucificado” porque el pueblo indolente y manipulable es también camaleónico y rastrero. Los mismos que te alabaron el Domingo de Ramos cuando estabas en tu cuarto de hora exitoso, son los mismos que piden crucificarte el Viernes Santo, cuando atraviesas horas difíciles y al caído hay que caerle. Hay que estar preparados y dispuestos para ello. También decía, “uno no es monedita de oro para todos”, “ni se es más porque te alaben ni menos porque te vituperen”. Y también concluía: “el que quiere azul celeste, que le cueste”. Sabiduría de siglos con actual pertinencia.

El líder no nace, se hace. Debe ser auténtico, tener carisma, pasión, ganas, alta capacidad de trabajo, principios y valores bien claros y definidos, capacidad de sacrificio, cuero duro y resistencia, coraje, tesón, capacidad de convocatoria, ascendiente, credibilidad, comportamiento ético, autoridad moral, testimonio de vida, bondad y simpatía, carácter y firmeza, honestidad y transparencia, decisión, eficiencia en la gestión (efectividad + eficacia). Se dirá, un supermán. No, un ser humano de carne y hueso, pero sí un líder de verdad.

No necesitamos mesías. El mesías verdadero, el auténtico, ya vino hace dos mil años y esta es la hora que no le hemos hecho caso. Los otros son seudos, son falsos. Engañan, mienten, generan pánico, dividen y polarizan, levantan muros, incitan al odio, la destrucción, la violencia, la muerte y la guerra. Se mueven por mezquinos intereses, son vengativos, adulan y son obsecuentes hasta que traicionan, hoy sonríen mañana apuñalan, amigos del dinero fácil quieren lucrarse y enriquecerse pronto, ladrones y corruptos. Alimentan su ego de manera insaciable, voraces del poder se sienten morir cuando lo pierden. Se creen imprescindibles y eternos. Se les olvida que son efímeros, que hoy les hacen estatuas y mañana se las derriban. ¡Se buscan líderes!