martes, 15 de septiembre de 2020

De cara al porvenir: "Tapen, tapen, tapen"

Pedro Juan González Carvajal
Por Pedro Juan González Carvajal*

Con esta arenga, Laureano Gómez controvertía a sus adversarios políticos, ya en el Congreso, ya en su gobierno.

La posible deportación de Salvatore Mancuso, líder paramilitar, a Italia y no a Colombia, cerraría el círculo de corrupción de lo que ha sido su proceso. Recordemos sus inicios cuando el gobierno de Uribe abre la puerta de la extradición a los paramilitares para que paguen sus delitos veniales en Estados Unidos, ‒y hablo de veniales ante su abrumador prontuario‒, para que sean condenados por estos y no por los crímenes de lesa humanidad que todavía están pendientes de ser juzgados y castigados por la justicia colombiana, obviamente con sus aliados en las altas esferas, y que ante la incompetencia o complicidad del actual gobierno, por desidia, por equivocaciones sistemáticas premeditadas o por propia conveniencia, pasarán a ser parte del infinito inventario de crímenes impunes en este bendito país.

Las víctimas quedarían por siempre desprotegidas y vacías de la verdad y la reparación que tanto añoran y que el derecho les otorga, de manera casi siempre simbólica. Y es que describir a nuestro país como una zarzuela, un sainete o una tómbola, es lo más cercano a la realidad que nos podemos aproximar. Un acontecimiento es rápidamente reemplazado por otro de manera continuada y es en medio de este frenesí y de estos vertiginosos cambios de la noticia de cada día, que nos hemos acostumbrado a vivir sin justicia y a que la impunidad y la corrupción se campeen triunfantes.

Medios de comunicación gobiernistas o callados por la pauta publicitaria oficial, le hacen flaco favor a la patria con sus posturas incendiarias, pasivas, comprometidas o acomodadas, con las naturales excepciones de cualquier actividad humana.

Financiaciones electorales de narco-dólares, de para-dólares, de intereses económicos ‒dólares o chanchullos‒ son el pan de cada día. La puerta giratoria se mantiene aceitada y no pasa nada.

Esquemas de gobierno cómplices donde no existe una verdadera función de oposición en el sentido constructivo, y donde muchas veces la mermelada reemplaza al estudio, o al concreto, ya sea que hablemos de proyectos de ley o de obras de infraestructura.

Asevera el caricaturista de “Cándida” que el fiscal general tiene toda la razón cuando sostiene que “no es amigo de Uribe” sino que “es su subalterno”.

Del sonado caso de corrupción de cuello blanco de Interbolsa solo quedan tres acusados a quienes los delitos que les imputaron no les han prescrito, pero es cuestión de semanas para que esto suceda y vuelva a ganar la impunidad.

Se llora por una niña violada, por una mujer asesinada, por un homosexual agredido, por un escándalo sexual en cualquier tipo de organización, por los desmanes de las autoridades, por la caducidad de términos, por el choque de trenes, por el desequilibrio de poderes, por la falta de gol de la Selección Colombia, por la banca de James, por el invierno intenso, por el verano intenso, porque sí y porque no.

Que fracking sí, que fracking no. Que glifosato sí, que glifosato no. Que restitución de tierras sí, que restitución de tierras no. Que chatarrización sí, que chatarrización no. Que apoyo a Trump sí, que apoyo a Trump no. Que respeto a la oposición sí, que respeto a la oposición no. Que sustitución de cultivos sí, que sustitución de cultivos no.

Consideramos como enemigo público a las disidencias, a los paramilitares (?), a la delincuencia común, a los corruptos, a los politiqueros de oficio, a los mineros ilegales y obviamente a Zidane.

Exterminio abierto de ciudadanos comunes, de líderes sociales, de reinsertados, de defensores de los derechos humanos, de indígenas, de defensores del medio ambiente, no pasan de ser anécdotas. Agreden y matan a nuestros policías y a nuestros soldados. Lo malo es que así llevamos casi 70 años de desangre y parece que a nadie le interesa ni le importa. Hablamos de post violencia partidista y seguimos matando contradictores. Hablamos de post Pablo Escobar y el negocio sigue creciendo. Hablamos de acuerdos con los paramilitares y continúa su accionar. Hablamos de post acuerdos de paz y no hay paz, y obviamente, hablaremos de post pandemia sin haberla superado.

¡Qué viva Locombia!