viernes, 5 de junio de 2020

Intereses

José Leonardo Rincón, S. J.*

José Leonardo Rincón Contreras
No me refiero a los reconocimientos económicos que las entidades bancarias le dan al dinero que se invierte con ellos para que produzca unos réditos. Por cierto, pasan por días difíciles y sus tasas están bajas, de modo que al menos si no se gana mucho, que no se pierda, es lo que uno desea, movido por el interés de tener buenos intereses.

Aludo hoy a los anhelos muchas veces manifiestos, casi siempre ocultos, que se dan en nuestras relaciones con los demás, llámense interpersonales, comerciales, laborales, internacionales. Parece ser que muy poco, casi nada, se da con gratuidad. En general existen motivaciones, algunas ordenadas, otras desordenadas, que jalonan esas relaciones. Por ejemplo, “Amigo cuánto tienes, cuánto vales, principio de la actual filosofía” cantamos por ahí, para decir que hay amigos de ocasión: si eres triunfador exitoso, si te va bien económicamente, acudirán a ti, estarán a tu lado, correrán prestos a hacerte los favores que quieras, pero si te va mal, estás endeudado, en crisis, “llevado de la inmunda”, ignoran conocerte, se desaparecen, ya no eres relevante.

Muchos, por eso, cual perros, les encanta “batir la cola” del modo más servil y obsecuente ante quien es interesante porque detenta el poder y puede ofrecer prebendas y reconocimientos. Esos turiferarios, lambones y cepilleros de ocasión pululan. En tanto puedas serles útil, serán incondicionales contigo. Esos son sus intereses.

En estos días de pandemia he visto que se han movido otro tipo de intereses. Los politiqueros de marras, oportunistas gananciosos, que han aprovechado la crisis para ganar puntos de cara a las futuras elecciones. ¿Les interesa el pueblo y su suerte? ¡Por supuesto que no! Solo les interesa su imagen y su popularidad. Entonces se acercan a “ofrecer puentes donde no hay ríos”, como dice la canción, para engatusar ingenuos, mojar prensa y aparecer en la difícil coyuntura como héroes salvadores. Aparentan gestionar ayudas, mediar en dificultades, ofrecer auxilios. Payasos.

En el sector salud, con todo respeto, veo también sus intereses. ¿Pensábamos que encerrarnos era para cuidarnos? Aparentemente sí, pero en realidad era porque la capacidad hospitalaria se desbordaría pronto si no nos recluían. Había que proveerse de más camas y estar mejor preparados. ¿Pensábamos que nos dejaron salir porque la pandemia estaba controlada? Aparentemente sí, pero en realidad era porque los hospitales estaban medio vacíos y sus UCI, que les renta importantes ingresos, estaban al 20% de su capacidad. Entonces se abrieron temporalmente las compuertas para que se infecten potenciales clientes y este negocio tampoco quiebre, y no solo para reactivar algunos sectores de nuestra economía. Ya lo dijo la alcaldesa de esta comarca: cuando lleguemos al 50% de la capacidad de las UCI, ella entrará a tomar control del asunto y seguramente tendrá que estrechar o cerrar de nuevo las compuertas. Intereses.

De modo que lo que aquí digo es a modo de “petite apéritif”, porque todos podríamos hacer el interesante listado de variados intereses que se agitan por doquier. Nada, casi nada, es gratuito y sincero. Siempre hay intereses de por medio.