domingo, 8 de marzo de 2020

La salud, el empleo y la migración


Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Andrés de Bedout Jaramillo
La coyuntura actual nos puso a escoger entre la salud y el empleo, ganó la salud y terminaremos migrando, lo que no sabemos es para dónde.

El grado de contaminación del aire afecta directamente nuestra salud, causando enfermedades respiratorias, se trata del aire que respiramos y sin aire para respirar no es posible la vida.

Yo no sé cuántos empleos se están destruyendo con las medidas extremas requeridas para conservar la vida, protegiendo el aire que respiramos, lo cierto es que todos los negocios del sector formal y del informal también están afectados, y como no producen ni bienes ni servicios, les toca tomar medidas tristes y extremas, despedir personal.

El coronavirus, tiene en estado de semiparálisis las industrias más poderosas del mundo, el sector de la producción de automotores, el sector turístico, el transporte aéreo, en fin, todas las cadenas productivas se suspenden cuando algunos de los suministros, elementos o componentes no pueden llegar a la cadena productiva.

Hoy hay gran preocupación con la producción de medicamentos, si algunos esenciales por falta de un componente, no puede salir al mercado a satisfacer las necesidades de quienes lo requieren para su vida, se puede agravar el tema de salud.

La cantidad de empleos en el mundo que se han destruido por la llegada de este virus, como que son impresionantes; prueba de todo esto la darán los resultados de las empresas formales y no formales y la caída de las bolsas a nivel nacional e internacional.

Escuché que los negocios del hueco están desabastecidos, consecuencia de la semiparálisis que vive China.

Definitivamente, primero está la salud que el empleo; lo que pasa es que, si no hay empleo, tampoco va a haber salud; ¿cómo vamos a satisfacer las necesidades elementales para vivir? ¿Los Estados, estarán en la capacidad económica y logística para alimentar, vestir, atender la salud de sus habitantes? No creo, el efecto será el de más causales de desplazamiento en busca de oportunidades de vida; ya no solo la gente migra por la violencia, por la sequía, por el invierno, ya también va a migrar por los virus, por el aire, por el desabastecimiento, por la falta de empleo.

La vaina es que los emigrantes generan más problemas, más carencias, más virus, más violencia, más contaminación, más gente para los Estados sostener y oír eso es que nadie los quiere en sus territorios.
A lo anterior tocaría agregarle, como si fuera poco, los problemas de corrupción, drogas, alcohol, sexo, degeneramiento, egoísmo, falta de solidaridad y otros males que azotan a nuestras sociedades.

Definitivamente, todos los días se confirman más las frases de que el hombre es un lobo para el hombre y sálvese quien pueda.

Yo creo que todo lo que está sucediendo, obliga a repensar el mundo, vamos demasiado rápido, olvidando que nuestros planes cambian en un segundo.

El calentamiento global, la sociedad de consumo, la globalización, el crecimiento económico, tendrán que regresar a un mundo para la gente, que defina territorios auto sostenibles, autosuficientes, donde las personas se comporten bien, se sientan satisfechas con lo necesario, se cuiden entre sí, cuiden el aire, el agua, los bosques, sean felices con lo que tienen.

Como vamos, vamos mal, no vamos a ser sostenibles, no vamos a ser autosuficientes, no vamos a dejar la corrupción, ni el egoísmo, no vamos a cuidar el medio ambiente, no vamos a dejar de deforestar, los fenómenos naturales, los virus y las pestes nos van a seguir atacando, nuestra salud se va a seguir deteriorando, los empleos se van a seguir destruyendo, por qué seguimos pensando que somos seres superiores, carentes de humildad, de sencillez, carentes de la que debe ser la principal ambición: la satisfacción del interés general sobre el interés particular.

O nos repensamos como personas, como familias, como sociedad, o seguimos trabajando para auto desaparecernos, auto destruirnos.

Es que ni sabemos si el coronavirus fue creado por el hombre o por la naturaleza.

Si lo creó el hombre para enriquecerse, ahí si estamos jodidos.

Lo cierto si es que la polución en Medellín y su área metropolitana la generamos nosotros sus habitantes, imposible que no seamos capaces de aportar, todos, nuestro granito de arena para mejorar el aire que respiramos.

Yo, insisto, practiquemos las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo y oremos para que nos proteja y nos ilumine o atengámonos a las consecuencias.