Por John Marulanda*
Tan crucial como la caída del Sha
(1979), el fracaso norteamericano en el rescate de rehenes de Teherán (1980),
del derrocamiento de Saddam en Irak (2003), del bombardeo israelí contra
instalaciones nucleares (2007) y la muerte de Osama (2011), la neutralización
del mayor jefe militar iraní agita la precaria estabilidad del Medio Oriente.
¡Venganza!, clama el presidente Rouhani. Putin permanece al acecho. Tranquilos,
dice el resto del mundo.
Hezbola, la milicia chiita libanesa
creada y patrocinada por Irán y que tiene representantes en casi todos los
países, sería la principal herramienta de retaliación de los Ayatolas. Hezbola
realizó el más grave atentado terrorista en Latinoamérica (Amia, Buenos Aires,
1994), solamente superado por las masacres de las Narcofarc en Colombia. A
partir del 2000, Irán y Hezbola se aposentaron en Venezuela, con el frenético
apoyo de Chávez quien trajo a sus terroristas y los vinculó con las FARC;
estableció células en toda la región y las conectó con las redes del
narcotráfico para lavar dinero, colectar fondos para la causa y adelantar
permanente inteligencia sobre potenciales blancos judíos o gringos. En 2007,
terroristas iraníes planearon atentar contra el Club Carmel o la Embajada de
USA en Bogotá, pero el DAS abortó la intención. Actualmente, Buenaventura y
Maicao han devenido en centros activos de activismo chiita y en la ciudad
guajira Mohammad Jaafar Dasuki, de ascendencia libanesa, fue elegido alcalde
recientemente.
Cualquier acción militar o armada
ocurrirá en algún momento a partir de ahora, de cualquier nivel e intensidad y
en cualquier lugar del mundo, América Latina incluida, particularmente con
Caracas como base de operaciones liderada por Tareck el Aisami, el agente
libanés más prominente de la camarilla madurista.
También es probable que no se decidan a
adelantar ninguna acción en la región para mantener el flujo de recursos del
narcotráfico y la minería ilegal y aprovechar que la corrupción y la debilidad
fronteriza les sirven de aliviadero o escondedero.
En las próximas manifestaciones
estudiantiles veremos pronunciamientos a favor de Irán, desconociendo que,
según HRW, más de 1.000 civiles han sido asesinados por las fuerzas de
seguridad de los ayatolas, durante recientes protestas. Sin embargo, la muerte
del curtido y polémico general Soleimani parece unir a los iraníes en
sentimiento nacionalista contra US. El rumbo que tomarán los acontecimientos no
es claro aún, pero por estos lares no sobra tomar medidas preventivas. Irán
está más cerca de lo que se cree: en Venezuela.