martes, 14 de enero de 2020

De cara al porvenir: atrás quedó la Navidad


Por Pedro Juan González Carvajal*

Pedro Juan González Carvajal
Como dice el estribillo de la canción decembrina, “Otro año que pasa y yo esperando y yo esperando”. Después de un diciembre que pasa como un relámpago y que se inició con una exitosa alborada, no queda si no reconocer que las campañas contra esta actividad son inocuas y que solo falta que el Estado asuma la organización, diseño y costo de unos juegos pirotécnicos de alto nivel en cada punto de concentración poblacional de la ciudad, manejados por expertos y que se conviertan en un espectáculo seguro y bonito para todos.

En ese orden de ideas sigo esperando que mejore el clima, que se terminen las obras en proceso y las obras inconclusas y que los nuevos gobernantes comiencen con pie derecho.

Sigo esperando que el gobierno central gobierne, que la justicia funcione, que la salud atienda y que la educación sí sirva para alguna cosa.

Sigo esperando que los triunfos de nuestros artistas y deportistas continúen, que superemos del todo la contingencia de Hidroituango y que nos vaya bien en la Copa América.

Sigo esperando que acabemos con la corrupción, que superemos la pobreza y que alcancemos la equidad.

Sigo esperando que los ciudadanos nos comportemos como gente civilizada y que los funcionarios gubernamentales entiendan que son funcionarios al servicio de los ciudadanos.

Sigo esperando que nuestros dirigentes no politicen a las fuerzas militares y de policía y tampoco politicen la carrera diplomática ni las relaciones exteriores.

Sigo esperando que no asesinen niños ni mujeres y que se respeten los derechos de los estudiantes, de los obreros, de los periodistas, de los jueces, de los policías, de los militares, de los campesinos y de los ciudadanos del común.

Sigo esperando que la clase dirigente actúe como tal y que no caiga en pequeñeces, ni que sus intereses personales atenten contra los intereses generales.

Sigo esperando que todos los colombianos valoremos la riqueza natural de nuestro país y que conjuntamente la sepamos cuidar y aprovechar.

Sigo esperando que todos entendamos en qué consiste eso de ser buen ciudadano, y que el respeto, la tolerancia y la solidaridad reinen entre todos nosotros.

Sigo esperando que el proceso de paz y el proceso de restitución de tierras avancen con normalidad y actuemos como miembros de un modelo democrático.

Sigo esperando que los políticos y los empresarios valoren los reclamos de la población, en su mayoría razonables.

Sigo esperando la imparcialidad, objetividad, transparencia y seriedad de los distintos medios de comunicación.

Sigo esperando que a partir del conocimiento y del reconocimiento entendamos la calidad de país que heredamos y que debemos cuidar con esmero.

Sigo esperando que todos entendamos que nuestra casa común es frágil y que es responsabilidad de todos cuidarla y exigir a los tomadores de decisiones que actúen, pero ya.

Sigo esperando que se configuren verdaderos partidos políticos que permitan la supervivencia y desarrollo de nuestra maltrecha democracia.

Sigo esperando que entendamos que somos ciudadanos del siglo XXI, a pesar de que nuestras instituciones y algunos dirigentes actúen como si vivieran en los siglos XIX y XX.

Sigo esperando que el pretenciosamente llamado sistema educativo forme ciudadanos con plena conciencia geográfica e histórica.

Sigo esperando que todos los colombianos volquemos nuestra mirada hacia el campo, si es que consideramos que todavía podemos llegar a tener futuro.

Sigo esperando que solo haya una sola Colombia, la rural y la urbana, y que todos comprendamos de hacemos parte de una misma sociedad.

Sigo esperando que esta espera no sea infructuosa. ¡Un buen 2020!