viernes, 6 de diciembre de 2019

Cínicos

José Leonardo Rincón,S.J.

José Leonardo Rincón Contreras
Consultado el Dr. Google para corroborar la noción que de la palabra tenía, me encontré en designificados.com: “Cínico es un término, que deriva de la palabra griega kynós, que significa perro. El concepto cínico es un adjetivo que se le atribuye a una persona que miente, realiza actos con descaro o sin ocultar ni sentir vergüenza. También se aplica a personas que actúan con falsedad en sus acciones o dichos.”  

Perfecto. Ese es el adjetivo que en este convulsionado país se merecen unos cuantos, desde hace mucho rato, pues hablan y se comportan con un descaro inimaginablemente proverbial. Se podrían escribir varios tomos, dada la recurrente y desvergonzada práctica, pero me voy a fijar sólo en algunos como:

  • El presidente aquel que inspirara tantos chistes, pero que buscando gobernar con los más capaces y honestos en realidad dijo, frente al fenómeno de la corrupción, que habría “que llevarla a sus justas proporciones”.
  • El otro presidente que en pleno apogeo del paro nacional exclamó: “ese tal paro no existe”. Ya había prometido, tallado en piedra, no subir impuestos. 
  • El otro presidente que nos ilusionó tanto porque dizque iba a disolver el congreso corrupto y terminó llenándolo de prebendas, esas mismas que hoy critica como mermelada, pero que repartió a montones para obtener sus propósitos. El mismo que consideraba terrorista cualquier marcha pero desde la oposición las alentaba con entusiasmo.
  • El expresidente caído en desgracia desde la famosa silla vacía que le frustró su show mediático, entregó físicamente un buen pedazo de país a la guerrilla, la fortaleció como nunca lo había logrado en su historia, pero luego se ha dedicado a bombardear la paz y a inventarse que el que sí logró firmar los acuerdos sea quien esté buscando dar golpe de estado.
  • El senador que se cree dueño de ocho millones de colombianos que dizque votaron por él, olvidando que muchos no lo hicieron por él, sino contra el otro candidato.
  • El presidente que se cree dueño de diez millones de colombianos que dizque votaron por él, olvidando que muchos no lo hicieron por él, sino contra el otro candidato. 
  • Los que en esta semana, en la más desvergonzada por la casi inmediata amnesia de que se tenga noticia, aseguran que el paro nacional fracasó, porque la mayoría de las marchas se hicieron en paz, olvidando la diarrea que tuvieron días atrás cuando el pueblo enardecido mostró lo que es capaz de hacer. 
  • El congreso que tenemos, que aprovecha la caótica coyuntura para aprobar a las carreras una serie de leyes ofensivas por lo lesivas, después de que a los que un día se declaraban en oposición, les recordaron que ellos eran de los mismos y que tenían que apoyarse en aras de la institucionalidad. Veremos pronto a cambio de qué, fue el acuerdo.
  • El congreso que tenemos, tan eficiente para aprobar lo que les conviene y tan morrongo para aprobar la ley anticorrupción, para bajarse los sueldos, dar cabida a las víctimas del conflicto o sacar adelante iniciativas de beneficio social y político.
  • El informe que dice que el arma usada por el ESMAD era convencional, no letal, aprobada por la ONU pero, igual, tan de malas, lo mató.
  • La tal Epa, muchachita perturbada y vándala infame que destruyó ante nuestros aterrados ojos una estación de Transmilenio pero que con su vocecita melcochuda ahora se ríe porque no le pasó nada.
  • La tal jueza de la República que no judicializa a la Epa, dizque porque con su pequeño tamaño no representa un peligro para la sociedad. Parece que es la misma que con él mismo rasero ha dicho que declara inocentes a virus y bacterias pues su insignificante tamaño no representan peligro alguno para nadie.
  • Este país, el segundo más desigual del continente, pero dizque poderoso económicamente y creciendo como ningún otro en la región: una inverosímil paradoja!
  • La clase política que cuál veleta llevada a su antojo por el viento, hoy proclama defender con enardecida pasión unas posiciones y mañana hace exactamente lo contrario.
  • Los que no han entendido que es ofensivo que unos se ganen pensiones mensuales millonarias no siempre obtenidas por su justo esfuerzo, en tanto la gran mayoría apenas deba sobrevivir con el mínimo o algo más.
  • Y para dejar ahí, por hoy, los que sacan pecho porque económicamente estamos bien, así socialmente estemos mal, son ciegos, sordos y mudos que siguen creyendo que los que protestan son unos desocupados que no los dejan trabajar y se olvidan que sí, que efectivamente son desocupados por desempleados, muertos de hambre, sin salud, sin educación, reclamando justicia, protestando contra la corrupción. Sí, esos mismos.


Acepto llamados de atención por no haber expuesto una mayor y más contundente información. Si me dicen mamerto e izquierdista por eso, lo que me están confirmando es que son del mismo grupo que hoy hemos criticado.