jueves, 21 de noviembre de 2019

Vigía: hoy 21


Por John Marulanda*

Coronel John Marulanda
Si logran instalar en Colombia una perturbación que dure más de 48 horas, con reinas de belleza y obispos a bordo, podríamos empezar a caer en una “guerra social prolongada” o “guerra civil molecular”. Sus planificadores saben que la aplicación selectiva de violencia la generalizará y para los mentecatos marxistas leninistas, la violencia sigue siendo la partera de las nuevas sociedades. Y eso es lo que anhelan, mirando a Ecuador y Chile en donde están logrando constituciones acordes a sus ambiciones de poder. Es el “nuevo eje progresista” que promueven el Grupo de Puebla, Fernández de Argentina y AMLO, protector de narcos, correístas y evistas.

Las técnicas del Ju Jitsu político o golpes suaves del politólogo Gene Sharp, instrumentalizadoras de la primavera árabe, no tienen aquí su principal punto de palanca porque ni Colombia, ni Ecuador, ni Perú, ni Chile, son dictaduras. Por eso funcionaron muy bien en Bolivia, aunque en Venezuela son anticipadas y reprimidas por Cuba, con el narcotráfico en el trasfondo del zaperoco.

A diferencia de Ecuador y Chile, en Colombia ante la previsible violencia “capucha”, estilo Black Bloc, se está promocionando por redes sociales una “legítima defensa” espontánea de ciudadanos cansados de los vandálicos paros sinsentido de Fecode, de avinagrados sindicatos promoviendo un país justo, es decir, ajustado a sus apetitos.

Esta irritación acumulada de una sociedad harta, intoxicada de desinformación, puede estallar incontenida y las fuerzas de seguridad difícilmente podrán contenerla. La policía puede ser desbordada, los militares serán reticentes a utilizar fuerza letal, como en los países mencionados antes y el gobierno estará en graves aprietos.

El discurso rojo del odio de clases se caldea mientras cubanos, orteguistas y chavistas se frotan las manos: la profecía científica de sus gurúes parece estarse cumpliendo, mientras sus conciudadanos esperan su turno de rebelión.

Una contra-brisa está resultando de esta intentona comunista por la retoma del poder regional, utilizando la inconformidad acunada por élites excluyentes, políticos corruptos, una impunidad escandalosa y Estados disfuncionales o inoperantes. Pero si lo de hoy no se radica en el país, será un golpe en el vacío que aumentará el desprestigio de parásitas organizaciones gremiales y ONGs gorronas y que puede sepultar el comunismo en la región, algo merecido después de causar más de 150 millones de muertos desde su fundación y sumir en tribulación y hambre a los países que ha gobernado. Como Venezuela. He ahí la trascendencia de hoy 21.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Con gusto aceptamos sus comentarios mientras no sean innecesariamente ofensivos o vayan en contra de la ley y las buenas costumbres