sábado, 12 de octubre de 2019

Elecciones


Por Andrés de Bedout Jaramillo

Andrés de Bedout Jaramillo
A estas alturas de las carreras por la gobernación y alcaldías, los candidatos y candidatas han pulido sus discursos, sus relatos y libretos, a tal forma, que a los electores conscientes y responsables se les hace más difícil decidir. Afortunadamente en el fondo están bastante identificados en las necesidades de nuestros municipios y del departamento. Desafortunadamente volvemos a caer en la necesidad de utilizar la polarización extrema para que los ciudadanos tengan que votar verracos y no puedan escoger tranquilamente entre las alternativas. Definitivamente entran a jugar inclusive otro tipo de consideraciones, como la del voto útil, la descalificación de candidatos, montándoles procesos inexistentes, etcétera. No hemos podido superar la adicción al juego sucio, a la propensión decidida de que el fin justifica los medios.

Me impresionó escuchar mediciones, que nos recuerdan situaciones que de no solucionarse nos seguirán empujando a que el pueblo se decida por dictaduras de extrema indeseables. Por ejemplo, que para el 70% de la población es más importante la satisfacción del interés personal que la satisfacción del interés colectivo, una especie de: sálvese quien pueda; que el 60% de la población hace parte de la informalidad, con tendencia creciente; que en Urabá, que es donde mejores salarios, prestaciones y bonificaciones se pagan, la gente no quiere trabajar en las actividades del campo, menos en las otras zonas agrícolas del departamento; que el 60% de los usuarios de Savia Salud no cotizan al sistema y de esos, 500.000 son de Medellín; que los inventarios de los distribuidores de la FLA son para 18 meses y que aun así, están financiando algunas campañas; que la pobreza extrema o miseria en Antioquia todavía existe en proporciones inadmisibles, la falta de viviendas dignas, agua potable, energía, vías, sigue empujando a la gente a los centros urbanos más poblados; que en Medellín hay como 70.000 viviendas sin servicios de acueducto, alcantarillado, aseo y gas, inclusive que muchas de ellas no están legalizadas y no se podrán legalizar por estar en zonas de alto riesgo; qué mientras no tengamos una ley del Congreso de la República, no se podrá obligar a la recuperación de los hermanos que se encuentran en estado crítico por los efectos de la droga y el alcohol; qué hay una cantidad de alternativas viales, que además de acortar distancias, le bajarían presión al área metropolitana; que los problemas de la Huesera y la Sinifana, no tienen soluciones a la vista; que de las más de 3.000 instituciones educativas, solo cerca de 400 tienen internet; qué hay campañas moviendo dinerales que nadie sabe ni se sabrá de donde vienen; que la apatía o mejor, la abstención es mayor en las zonas, urbanas y rurales, con más problemas de pobreza, violencia, falta de oportunidades y abandono del estado, donde el embarazo adolescente sigue en crecimiento, como prolongaciones de la cadena de pobreza; que las metas trazadas para nuestro Departamento hace 20 años, no se han cumplido, ni se van a cumplir por el momento; que si bien tenemos muchas oportunidades en los campos del turismo y la agricultura, toca invertir mucho en la satisfacción de las necesidades fundamentales de los que más están sufriendo su paso por este mundo y nuestra indiferencia; que hoy más que nunca, debemos votar con mucha inteligencia, para que podamos contar con gobernantes que puedan liderarnos en la búsqueda del bien común, gobernantes austeros, gobernantes que no tengan que llegar al poder a pagar favores para cubrir los costos de sus campañas, gobernantes dispuestos al contacto con los más desfavorecidos, dispuestos a asistirlos, a convocar la solidaridad de todos, a cambiar la mentalidad personalista de sus gobernados, con la capacidad de priorizar la utilización de los exiguos recursos, evitando dilapidaciones, elefantes blancos, enriquecimientos personales, obras innecesarias e impagables, gobernantes que tengan muy claro que las familias pobres reclaman la posibilidad de generación de ingresos para su subsistencia, y que a eso hay que agregarle subsidios y ayudas, focalizadas a ese segmento poblacional.

Consciente de que es un proceso lograr la sumatoria de acciones necesarias, es lógico y claro que no tenemos tiempo que perder cuando las cosas van por el camino correcto, donde la surte de Medellín es la suerte de Antioquia, Medellín debe invertir más en Antioquia. Yo sigo pensando con todo respeto y admiración por los demás candidatos(as) que la continuidad en Medellín propuesta por Santiago Gómez es la mejor alternativa.