Por Andrés de Bedout
Jaramillo
A estas alturas de las carreras por la gobernación y alcaldías, los
candidatos y candidatas han pulido sus discursos, sus relatos y libretos, a tal
forma, que a los electores conscientes y responsables se les hace más difícil
decidir. Afortunadamente en el fondo están bastante identificados en las
necesidades de nuestros municipios y del departamento. Desafortunadamente
volvemos a caer en la necesidad de utilizar la polarización extrema para que
los ciudadanos tengan que votar verracos y no puedan escoger tranquilamente
entre las alternativas. Definitivamente entran a jugar inclusive otro tipo de
consideraciones, como la del voto útil, la descalificación de candidatos,
montándoles procesos inexistentes, etcétera. No hemos podido superar la
adicción al juego sucio, a la propensión decidida de que el fin justifica los
medios.
Me impresionó
escuchar mediciones, que nos recuerdan situaciones que de no solucionarse nos
seguirán empujando a que el pueblo se decida por dictaduras de extrema
indeseables. Por ejemplo, que para el 70% de la población es más importante la
satisfacción del interés personal que la satisfacción del interés colectivo,
una especie de: sálvese quien pueda; que el 60% de la población hace parte de
la informalidad, con tendencia creciente; que en Urabá, que es donde mejores
salarios, prestaciones y bonificaciones se pagan, la gente no quiere trabajar
en las actividades del campo, menos en las otras zonas agrícolas del
departamento; que el 60% de los usuarios de Savia Salud no cotizan al sistema y
de esos, 500.000 son de Medellín; que los inventarios de los distribuidores de
la FLA son para 18 meses y que aun así, están financiando algunas campañas; que
la pobreza extrema o miseria en Antioquia todavía existe en proporciones
inadmisibles, la falta de viviendas dignas, agua potable, energía, vías, sigue
empujando a la gente a los centros urbanos más poblados; que en Medellín hay
como 70.000 viviendas sin servicios de acueducto, alcantarillado, aseo y gas,
inclusive que muchas de ellas no están legalizadas y no se podrán legalizar por
estar en zonas de alto riesgo; qué mientras no tengamos una ley del Congreso de
la República, no se podrá obligar a la recuperación de los hermanos que se
encuentran en estado crítico por los efectos de la droga y el alcohol; qué hay
una cantidad de alternativas viales, que además de acortar distancias, le
bajarían presión al área metropolitana; que los problemas de la Huesera y la
Sinifana, no tienen soluciones a la vista; que de las más de 3.000
instituciones educativas, solo cerca de 400 tienen internet; qué hay campañas
moviendo dinerales que nadie sabe ni se sabrá de donde vienen; que la apatía o
mejor, la abstención es mayor en las zonas, urbanas y rurales, con más
problemas de pobreza, violencia, falta de oportunidades y abandono del estado,
donde el embarazo adolescente sigue en crecimiento, como prolongaciones de la
cadena de pobreza; que las metas trazadas para nuestro Departamento hace
20 años, no se han cumplido, ni se van a cumplir por el momento; que si bien
tenemos muchas oportunidades en los campos del turismo y la agricultura, toca
invertir mucho en la satisfacción de las necesidades fundamentales de los que
más están sufriendo su paso por este mundo y nuestra indiferencia; que hoy más
que nunca, debemos votar con mucha inteligencia, para que podamos contar con
gobernantes que puedan liderarnos en la búsqueda del bien común, gobernantes
austeros, gobernantes que no tengan que llegar al poder a pagar favores para
cubrir los costos de sus campañas, gobernantes dispuestos al contacto con los
más desfavorecidos, dispuestos a asistirlos, a convocar la solidaridad de
todos, a cambiar la mentalidad personalista de sus gobernados, con la capacidad
de priorizar la utilización de los exiguos recursos, evitando dilapidaciones,
elefantes blancos, enriquecimientos personales, obras innecesarias e
impagables, gobernantes que tengan muy claro que las familias pobres reclaman
la posibilidad de generación de ingresos para su subsistencia, y que a eso hay
que agregarle subsidios y ayudas, focalizadas a ese segmento poblacional.
Consciente de que
es un proceso lograr la sumatoria de acciones necesarias, es lógico y claro que
no tenemos tiempo que perder cuando las cosas van por el camino correcto, donde
la surte de Medellín es la suerte de Antioquia, Medellín debe invertir más en
Antioquia. Yo sigo pensando con todo respeto y admiración por los demás
candidatos(as) que la continuidad en Medellín propuesta por Santiago Gómez es
la mejor alternativa.