jueves, 5 de septiembre de 2019

Vigía: hay correa para amarrarse los pantalones


Por John Marulanda*

Coronel John Marulanda
Lo que llevó a alias Iván Márquez y a sus muchachos a volver al bandolerismo, entre otros cálculos, es la estatura continental que Maduro les ha prometido y que encaja muy bien en su irredenta vanidad de revolucionarios. Para el general Carvajal, exdirector de la inteligencia chavista, el alzamiento obedece a un plan estratégico de Maduro. Y en ese designio, la posible alianza criminal FARC-ELN, aunque dificultosa, no es descartable. Las personalidades de Márquez y de alias Pablito, vedette del ELN, chocan, pero en aras del beneficio mutuo y por exigencia del gobierno Maduro, es posible que coordinen algunas acciones perturbadoras como unas seguidillas de atentados explosivos de mayor o menor magnitud en algunas ciudades. O campañas de propaganda, como hacerse presente en la reunión ambientalista de Leticia.

Con la complicidad de sus quintacolumnistas, la minería ilegal, la cocaína y la miseria del pueblo venezolano, esta “banda narcoterrorista”, como acertadamente la definió el presidente Duque, crecerá exponencial y rápidamente en hombres y armamento convirtiéndose en una amenaza para Ecuador, Perú y Brasil, además de Colombia.

La reacción militar de Bogotá, pronta y firme, neutralizó una cuadrilla completa de alias el Paisa, demostrando la efectividad de nuestras FFMM que, a pesar de recibir ataques semana tras semana, sigue siendo la institución con la opinión más favorable en el país (58% en la encuesta Gallup de agosto). Petro, jefe comunista reconocido por recibir fajos de billetes bajo la mesa, siguiendo instrucciones de Caracas, denunció bizarramente y con falsas imágenes la acción legal y legítima de nuestros militares en Caquetá. Mientras esperamos la contra respuesta de las FARC para evaluar sus reales capacidades armadas, seguiremos soportando montajes de este tipo, además de la permanente y cínica “preocupación” de Cuba y Noruega, corresponsables de este engaño, costoso en sangre.

El video es de una aburrición total, nada diferente al discurso de Marulanda y Arenas en 1964. Por algo le dicen Marquetalia 2. Se quedaron varados en ese lejano contexto histórico y se ven tan tiernamente infantiles que sus voces blancas bien podrían corear la Oda a la Alegría de Beethoven. Serían muy aplaudidos en el edificio Stortingsbygningen en Oslo, Miraflores, La Casa de los Pueblos en Managua, La Casa Grande del Pueblo, en la Paz, y por supuesto, en La Habana.

Y mientras por allá despistados y mamertos aplauden, este gobierno deberá actuar con especial contundencia. Hay buena correa con que amarrarse los pantalones.