Por John Marulanda*
Lo que llevó a
alias Iván Márquez y a sus muchachos a volver al bandolerismo, entre otros
cálculos, es la estatura continental que Maduro les ha prometido y que encaja
muy bien en su irredenta vanidad de revolucionarios. Para el general Carvajal,
exdirector de la inteligencia chavista, el alzamiento obedece a un plan
estratégico de Maduro. Y en ese designio, la posible alianza criminal FARC-ELN,
aunque dificultosa, no es descartable. Las personalidades de Márquez y de alias
Pablito, vedette del ELN, chocan, pero en aras del beneficio mutuo y por
exigencia del gobierno Maduro, es posible que coordinen algunas acciones
perturbadoras como unas seguidillas de atentados explosivos de mayor o menor
magnitud en algunas ciudades. O campañas de propaganda, como hacerse presente
en la reunión ambientalista de Leticia.
Con la
complicidad de sus quintacolumnistas, la minería ilegal, la cocaína y la
miseria del pueblo venezolano, esta “banda narcoterrorista”, como acertadamente
la definió el presidente Duque, crecerá exponencial y rápidamente en hombres y
armamento convirtiéndose en una amenaza para Ecuador, Perú y Brasil, además de
Colombia.
La reacción
militar de Bogotá, pronta y firme, neutralizó una cuadrilla completa de alias
el Paisa, demostrando la efectividad de nuestras FFMM que, a pesar de recibir
ataques semana tras semana, sigue siendo la institución con la opinión más
favorable en el país (58% en la encuesta Gallup de agosto). Petro, jefe
comunista reconocido por recibir fajos de billetes bajo la mesa, siguiendo
instrucciones de Caracas, denunció bizarramente y con falsas imágenes la acción
legal y legítima de nuestros militares en Caquetá. Mientras esperamos la contra
respuesta de las FARC para evaluar sus reales capacidades armadas, seguiremos
soportando montajes de este tipo, además de la permanente y cínica
“preocupación” de Cuba y Noruega, corresponsables de este engaño, costoso en
sangre.
El video es de
una aburrición total, nada diferente al discurso de Marulanda y Arenas en 1964.
Por algo le dicen Marquetalia 2. Se quedaron varados en ese lejano contexto
histórico y se ven tan tiernamente infantiles que sus voces blancas bien
podrían corear la Oda a la Alegría de Beethoven. Serían muy aplaudidos en el
edificio Stortingsbygningen en Oslo, Miraflores, La Casa de los Pueblos en Managua, La Casa Grande del
Pueblo, en la Paz, y por supuesto, en La Habana.
Y mientras por
allá despistados y mamertos aplauden, este gobierno deberá actuar con especial
contundencia. Hay buena correa con que amarrarse los pantalones.