Por Antonio Montoya H.*
Eso es lo que estamos viendo en
la ciudad, en los últimos días, en forma notoria, porque por todo Medellín, desde
hace algunos años parece que es una constante abrir huecos, cerrarlos,
construir aceras, tumbarlas, y así sucesivamente. Esas decisiones son de la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Infraestructura , y por consiguiente del señor Alcalde de la ciudad.
No es un cuento y se observa en
forma más que evidente con lo que está ocurriendo en la Avenida Oriental que
atraviesa el centro de la ciudad. Allí se realizó una verdadera obra de ornato
y embellecimiento con un corredor verde que implicó una gran inversión, que se mostró
con orgullo al país y que le valió el reconocimiento ciudadano porque demolió
el adefesio arquitectónico de las llamadas pirámides que fueron construidas por
otra administración y que fueron siempre rechazadas en la ciudad.
También resaltamos que
ambientalmente mejoró la calidad de la vida en el centro, volvieron las aves a
posarse en los árboles y miles de personas que pasan a diario por esos lugares hoy
disfrutan de la belleza del ambiente. Nuevamente llegamos a creer en la ciudad
de las flores.
Pero llegó la horrible noche
nuevamente: un día cualquiera del mes de agosto iniciaron nuevos trabajos en
ese sector de la Avenida Oriental y un poco también en la vía hacia El Poblado.
Vimos con estupor que estaban quitando la vegetación recién sembrada, también
las rejas y la división en cemento que servía de protección para que las
personas no se pasaran de un lado a otro poniendo en riesgo la vida y dañando
el paisaje construido.
De todo ese desastre que están
realizando, dan explicaciones a la ciudadanía y entre ellas una que sorprende: —es
que por allí pasará el Metroplús y se construirán 5 estaciones (Barrio Colón, Sandiego, San José,
La Playa y Catedral). A simple vista, parece lógico
y diría uno que el desarrollo y el bienestar general prima sobre la estética, pero
este es un caso que no se puede explicar y mucho menos aceptar. Existe una
evidente ligereza y despilfarro del dinero público al destruir una obra que
demoró varios meses, que afectó la movilidad en grado sumo, que hizo largo y penoso
el recorrido por la ciudad de los vehículos y transporte público y que apenas
unos meses después la destruyen. Nos preguntamos por qué, si ya se sabía que el
Metroplús pasaría por ese sector, no hicieron la construcción a la par o
reservaron los espacios de las estaciones. Nos habríamos evitado muchas molestias,
tanto la alcaldía como los ciudadanos.
No es aceptable, que un alcalde
que lidera una ciudad que lo respeta, permita que sus funcionarios cometan tan
absurdos errores, que deja mal parada a la administración, porque la prevención
y la planeación ha sido, en Medellín, realizada con responsabilidad y seriedad.
Ya se iniciaron las nuevas
obras, es decir construirán nuevamente. Esperamos que, en pocos meses, cuando estén
terminadas no salgan a decir que por ahí no eran las estaciones y volvamos a
tumbar y a construir.
Juicio señores, Medellín no
puede perder el rumbo.