sábado, 17 de agosto de 2019

El túnel


Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Andrés de Bedout JaramilloA finales de los años 50, Jacques de Bedout Villa, presentó los primeros estudios sobre el túnel del Oriente y una misión japonesa traída por él los elaboró. Él estaba seguro de la necesidad de unir desde esa época a Medellín con el valle de San Nicolás. La tecnología para su construcción existía y los costos eran muy bajos. Se le vino el mundo encima, fue tildado de loco y el proyecto pasó a dormir el sueño de los justos; esto hace como 60 años.

Hoy hay túnel, inconcluso, pero hay túnel. Los que retomaron la idea y están vivos, en el poder o cerca del poder, se han ganado todos los merecidos reconocimientos. Inclusive el túnel ha servido para tratar de afectar con historias a medias, las carreras políticas de Fajardo y de Gaviria, que también le han servido y tienen cuerda para seguirle sirviendo a nuestro querido departamentos.

Estamos en época preelectoral de elecciones locales, donde como que todo se vale y entre más se logre polarizar, mejores serán los dividendos políticos. Qué vaina que en vez de estar trabajando en una agenda que busque un acuerdo sobre los temas fundamentales de nuestra ciudad y de nuestro departamento, estemos dedicados a aprovecharnos de las circunstancias.

Ya deberíamos saber cuánta plata falta para terminar el túnel, de dónde la vamos a sacar, cuánto tiempo nos demoraremos en terminarlo, cuáles serán las obras complementarias en Medellín y en el valle de San Nicolás, y qué haremos para manejar el gran tráfico que generará el túnel.

Falta que sepamos cuánto valdrá la segunda pista del aeropuerto José María Córdova y los metrocables, trenes o tranvías para mejorar el transporte público al Valle de San Nicolás.

Mañana saldrán los críticos del túnel, como salieron los de la Avenida Oriental, los de las transversales, el Puente de la 4 Sur, los parques del Río, acusándolas de embudos, que no permiten la fluidez que el tráfico requiere.

Yo personalmente, le agradezco a todos los gobernantes, vivos y muertos, que se han arriesgado a plantear la necesidad y a construir las grandes obras, no sin antes recordarles que nos falta mucho para desembotellar a Antioquia, para poder retomar el sendero de la producción industrial, el impulso al turismo y la producción de alimentos para propios y extraños, en nuestro sector rural.

La cuarta revolución industrial, con la inteligencia artificial y la inteligencia de las cosas, estará al servicio de la alta eficiencia en la producción de bienes y servicios que se tendrán que mover por las vías terciarias, secundarias y primarias, utilizar transporte público rápido y eficiente que mejore calidad de vida de los antioqueños.

Ahora toca desde las alcaldías, la gobernación, los consejos y las asambleas, cranear cómo motivar, facilitar, ayudar, a la creación de empresas de todo tipo, que generen empleo, riqueza, bienestar y felicidad para los antioqueños.

Queremos gobernantes austeros, que no se les suba el efímero poder a la cabeza, que ni se roben ni permitan que se pierda un solo peso, que piensen siempre en el interés general, y  que le den prioridad a los niños y ancianos, más necesitados.