martes, 30 de julio de 2019

No lo soporto


Por Antonio Montoya H.*

Antonio Montoya H.
Cada vez me sorprende más la pasividad, indolencia, inactividad de la clase política colombiana, que, por estar pensando en sus intereses personales, están permitiendo que el país continúe por la senda de la inestabilidad, política, moral y social; se perdió el norte, no hay quién lidere un acuerdo para pensar en grande.

Son culpables, sin excepción, sin excluir a ninguno, los presidentes o directores de los partidos políticos, porque o no están previendo la magnitud del problema social que enfrentamos o son parte de él y se hacen los de la vista gorda, seguramente pensando en un futuro hacer parte de las fuerzas políticas contrarias, para ellos no perder el poder.

Estoy desengañado, triste, pero no derrotado y eso me hace persistir. Siempre he dicho que primero la muerte, que perder sin luchar, sin intentar modificar lo que está mal o va empeorando. Por ello invito hoy tan siquiera a uno solo de los que nos leen para que creamos en nuestro país, para unir intereses comunes entre pensamientos e ideologías diferentes y que exijamos, empezando por nosotros mismos, un cambio en nuestro accionar. Es imperativo que definamos que desde donde actuemos debemos respetar, ser solidarios, generar empleo, cero corrupción, y tengamos disciplina y orden. Es más fácil de lo que creemos, porque yo soy el primero en decir que me he equivocado y eso no me impide corregir el rumbo y buscar mantener la democracia.

No tolero el lenguaje de los exguerrilleros, que hablan de concordia, y respeto por la democracia, y llegan a otros escenarios como el foro de Sao Paulo y dicen otra cosa, o van a Venezuela y allí se esconden, se recuperan y desdicen de nuestro país ante los ojos de los venezolanos que defienden el régimen. Así escuché a Maduro, despotricando del expresidente Uribe y vi, lamentablemente para mí, la sonrisa en la cara de Piedad Córdoba, que no sé aun a que juega en este país.

No tolero el desparpajo de la izquierda en Bogotá y la estupidez de los candidatos de centro que se mantienen desunidos. Así van a perder irremediablemente la elección. Son tercos, poco prácticos y no ven más allá de sus propios intereses. Mal ejemplo para la democracia. Desde aquí los invito a que cesen las diferencias y busquen caminos de unidad, que es la única que nos salvará del desastre.

No entiendo cómo nosotros, los ciudadanos, después de haber visto el desastre económico y social de Bogotá, de ciudades capitales del sur del país, persistamos en elegir gobiernos de izquierda, que además han fracasado rotundamente en Suramérica, Centroamérica y Rusia. La única explicación posible que llega a mi mente es que creen en ellos, porque no les contamos las historias trágicas ocurridas en esas regiones por causa de un gobierno de la izquierda.

Tenemos mucho por hacer para generar trabajo, estabilidad social y bienestar, salud y recreación, que al final es lo que todo gobierno debe propender, pero lo debemos lograr en el ejercicio de la democracia.

Soy entonces amigo del referendo, que se promueve a través de Herbin Hoyos, y comparto la promoción de otros cambios a saber: disminución del Congreso de la República, quitar la casa por cárcel para los corruptos privados y públicos, doble instancia sin retroactividad a partir de la aprobación de la ley, que la JEP sea una sala adicional en la corte suprema de justicia, máximo tres periodos en el Congreso, quitar beneficios a los condenados, pena de muerte para el violador y para el secuestrador, así nos creerán y aceleraremos la reconstrucción del país.