Por John Marulanda*
El corredor estratégico del Norte y sus ramificaciones
es una franja territorial desde la frontera venezolana hasta Panamá. El comandante
de la Séptima División lo describe: “arranca en Catatumbo y recorre
Santander, sur de Bolívar, norte de Antioquia, Bajo Cauca, sur de Córdoba,
Urabá y norte del Chocó. En toda esa región se da la lucha por el control
ilegal para sacar las rentas ilícitas y de extracción ilícita de minerales
hacia Venezuela, al mar Caribe por el golfo de Urabá o al Pacífico por el norte
de Chocó”. Este espacio, agregó, se articula en Norte de Santander con el
que controla el ELN en Venezuela y que va hasta las fronteras con Brasil y
Guyana.
En este corredor del crimen, Medellín es
la ciudad capital, el cerebro; el Bajo Cauca es el corazón, el motor, el núcleo
dinamizador de narcotráfico: minería ilegal, extorsión y otros delitos, e
Ituango es uno de varios puntos críticos. La desactivación de la Fuerza de
Tarea Nudo de Paramillo, no fue lo más adecuado, según mi perspectiva.
El Clan del Golfo, principal actor en
este escenario, confronta rivales como la manguala ELN-FARC, caparros, pelusos,
etcétera, con los cuales habrá alianzas, desavenencias, arreglos, guerra a
muerte, acuerdos, al vaivén de los apetitos de cada jefe de turno.
Las dirigencias políticas regionales se
han quedado cortas en el entendimiento y necesaria coordinación para apoyar el
esfuerzo de la Fuerza Pública para desvertebrar esa avenida que no trae
progreso, pero sí mucho dinero, no construye país, pero sí alcabalas, y aplica
la doctrina narco marxista-leninista de plata o plomo, a discreción.
Antioquia y Medellín registran
preocupantes estadísticas en seguridad: homicidios aumentando en un 13.48%, el
mayor número de desaparecidos del país, cultivos ilícitos, minería ilegal,
extorsión generalizada. Los planes de seguridad del futuro alcalde de Medellín,
deberán ser armonizados con los del área metropolitana y con los de Antioquia,
que a su vez deberá coordinar los suyos con los de los departamentos que
integran este corredor del norte.
Las apuestas por una Medellín “smart
city” 24 horas, por un departamento interconectado y turístico, y tantos
otros proyectos de progreso y bienestar, se desarrollarán con éxito solamente
si se consolida la seguridad. Y esto pasa por participación ciudadana y
académica en los asuntos de la seguridad pública, por tecnologías de “security”
interconectadas a través de diversas fronteras internas y externas, y lideradas
por expertos. Esperamos las propuestas de los candidatos.